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Willy Wonka abre su fábrica en Madrid

El Espacio Ibercaja Delicias apuesta esta temporada por el público familiar estrenando el musical Charlie y la fábrica de chocolate. Una producción que además de su historia, música y coreografías, nos sorprenderá con efectos visuales y magia para adentrarnos en el universo creado por Roald Dahl.

Hace unos días tuvimos la oportunidad de acudir a la presentación para medios y pudimos charlar con su protagonista, Edu Soto, con el director del espectáculo, Federico Bellone, y con el productor de Letsgo Iñaki Fernández.

 

Se estrena Charlie y la fábrica de chocolate

 

 

Por José Antonio Alba

 

De repente, el Espacio Ibercaja Delicias se ha convertido en una especie de parque de ocio dedicado al universo de Tim Burton; en unos días se va a inaugurar una experiencia inmersiva que lleva por nombre Tim Burton, el laberinto, y justo al lado, en la carpa principal, se acaba de estrenar el musical Charlie y la fábrica de chocolate. Un espectáculo que el gran público conoce, mayoritariamente por la película firmada por Burton con Johnny Depp como protagonista. Aunque realmente su origen es un cuento escrito por Roald Dahl -autor presente por partida doble en nuestra cartelera con el estreno de otro musical, Matilda, en el Nuevo Teatro Alcalá-, y que viene precedido por las producciones estrenadas tanto en el West End como en Broadway, en el 2013 y 2017 respectivamente.

Pero la versión que vamos a encontrarnos en Madrid es una evolución con respecto a la que el director Federico Bellone ya realizó en Milán, «en una fábrica de verdad». Una producción para toda la familia de Letsgo que, según nos contaba el productor Iñaki Fernández: «Es un ‘restyle’ de la versión que se estrenó en Italia. La hemos engrandecido, le hemos metido ‘video mapping’ y 30 efectos de magia», y a partir de ahí, contando con la adaptación de Silvia Montesinos y la dirección musical de Julio Awad, han jugado a combinar el universo de los dos films estrenados sobre el texto de Dahl, el protagonizado por Gene Wilder, que también era musical, y el ya mencionado de Burton.

La puesta en escena, que cuenta con el beneplácito del mismísimo Burton, ha supuesto todo un reto técnico donde veremos un ascensor volar sobre el público, gente desaparecer o hincharse más allá de lo humano… Pero el mayor de los retos, sin duda, y así nos lo explicaba el director del espectáculo, era encontrar a alguien con el carisma suficiente como para encarnar la excentricidad de Willy Wonka sobre el escenario: «Es muy difícil, tiene muchísimo texto, muchísima danza y mucho canto». Finalmente, el encargado de darle vida ha sido Edu Soto. “Tengo una relación muy cercana con los productores de Letsgo, conocen perfectamente mi perfil, mi personalidad, y me dijeron que, si no les decía que sí, no harían el musical, -nos explicaba el actor durante la presentación-. No soy un gran amante de los musicales, pero es un personaje al que tienes que decirle que sí. Me pasó lo mismo con el Maestro de Ceremonias de Cabaret -personaje que también interpretó Víctor Massán, actor alternante en el rol de Wonka-. Es que no puedo rechazar estos caramelos, ¡nunca mejor dicho!, que me ofrece la vida”.

 

Willy Wonka abre su fábrica en Madrid en Madrid
Escena de Charlie y la fábrica de chocolate.

Construyendo un personaje icónico

Al preguntar a Edu Soto por los retos que le ha supuesto dar vida a Wonka, nos cuenta que “en el imaginario de la gente hay algo muy específico, todos vienen a ver un personajazo. Eso tiene que estar ahí, yo lo tengo muy claro y he trabajado en esa dirección, para que se encuentren un personaje ágil, con dobles intenciones, bidireccional, que sea elegante, que baile, que transmita, es una exigencia muy dura”.

Un trabajo en el que, según nos contaba, Edu ha trabajado para que el texto tenga la misma importancia que tiene la partitura o a las coreografías. “Lo que me preocupa es la historia que estamos contando, que se entienda, que haga risa, que emocione cuando tiene que emocionar, para llegar a un puerto con mejores condiciones”. Incluso nos contaba que cree que es bueno que alguien que normalmente no se dedica a hacer musicales, como es su caso, tome las riendas de un personaje como este: “Llegar virgen es muy bueno muchas veces, no solo al musical, también al cine, a las series, al teatro. Es bueno tener a gente novata, con experiencia en otros campos, es refrescante, aporta cosas nuevas. Lo que se hace en un musical es un ejercicio de malabares tan exigente, que lo respeto muchísimo. Son gente super preparada, pero a veces falta este animalismo de fuera que creo que le daría al musical en España otro carácter (…) Es un trabajo muy delicado y complicado porque hay un texto que ya viene, hay una versión española que ya viene, hay un montaje que ya viene y tú tienes que poner tu historia ahí, nadie puede decir cómo te ríes, cómo gesticulas, qué voz pones, todo eso ya lo pongo yo. Ha habido un trabajo de afinar muy importante”.

 

Willy Wonka abre su fábrica en Madrid en Madrid

La árdua labor de ampliar públicos

«Creo que Charlie atrae a un público que no solo consume musical, es un musical que está muy bien para los fans, pero que está abierto a atraer a mucha más gente a este gran género y crear nuevos seguidores para el musical», nos dice Iñaki Fernández, responsable de que hayamos podido ver en la capital espectáculos como Kinky Boots, Ghost, Dirty Dancing, The Hole, La familia Addams o El jovencito Frankenstein. «Buscamos espectáculos que abran las fronteras de un público que no ha ido nunca a ver un musical, y que sea a la vez para el público que ya lo consume. Títulos que sean bastante conocidos, intentamos tener un protagonista que sea un reclamo como puede ser ahora Edu Soto o como lo fue Bustamante en Ghost, para llegar al gran público y seguir cultivando y atrayendo a nuevos seguidores. Porque vienes, te gusta y comienzas a consumir más».

Una estrategia que conviene aplicar si tenemos en cuenta la avalancha de títulos musicales que se nos vienen en las próximas semanas, Iñaki lo tiene claro: «Creo que la labor que se está haciendo en Madrid de tener tantos espectáculos en cartel es muy importante. Creo que habrá un antes y un después de tanta oferta. La oferta genera demanda y la demanda se va cultivando. Todos hemos aportado nuestro granito de arena para que hoy en día Madrid sea la primera ciudad del mundo, de habla hispana, en tener tantos musicales al nivel de Broadway o el West End. Estamos muy felices».

 

¿Y cuál es la moraleja?

No nos podíamos marchar sin preguntar a nuestros entrevistados por el mensaje que lanza Charlie y la fábrica de chocolate, no en vano es un cuento y, como tal, posee su propia moraleja. Pero viniendo de la imaginación de Roald Dahl, la cosa se presta a diferentes interpretaciones, y así nos lo confirmaron:

Para Federico Bellone, sin lugar a dudas, es la importancia de prestar atención al amor: «Parece algo banal y es universal. El amor es algo que le preocupa a todo el mundo; nos dedicamos al trabajo y no pensamos en nuestra pareja o la familia». Hablando de la familia, para Iñaki Fernández el mensaje viene dado para los padres: «Te dice que ojo con la educación que le das a tus hijos y lo que les permites porque se te puede venir en contra». Y para Edu la cosa posee un punto de rebeldía contra lo implantado: «Habla de romper las reglas, de que lo establecido no siempre es bueno. No por hacer lo establecido, estamos haciéndolo bien». Quizá lo interesante sea adentrarse en la fábrica y sacar nuestra propia conclusión.

 

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