Un ‘Chanelazo’ al año

 

Por Pilar Almansa/@PilarGAlmansa

Foto de portada: Chanel en su segundo ensayo en Eurovisión 2022. RTVE

 

Hasta qué punto andaba frustrado este país con sus malos resultados en Eurovisión que el tercer puesto de Chanel ha sido celebrado como si el Real Madrid hubiera ganado la Champions. Felicitaciones de la Casa Real, recibimientos multitudinarios y programas especiales con la artista, sola o con sus bailarines, a todas horas en televisión. No sabemos cuánto durará esta estrella en el firmamento, pero por la cuenta que nos trae, esperemos que no sea fugaz.

 

Y es que con ese tercer puesto, Chanel Terrero, actriz, cantante y bailarina de musicales, ha realizado, junto a su equipo, dos proezas quizá de mayor calado. La primero, callar bocas de cualquier ideología. Hay que cortarse un pelo, o dos, antes de denostar el trabajo de un artista, sea de nuestro palo o no, porque una actuación solo es la punta del iceberg. Desde que ganó el BenidormFest, cada vez que hablaba en público y a pesar del odio recibido en redes sociales, ese prodigio de entereza mental que es Chanel solo tenía una palabra en la boca: “trabajo”. No entró jamás a polemizar, justificarse o debatir. Chanel solo quería hacer una buena actuación, en eso se centró, en eso se centraron todos y en eso consistió nuestra representación: un trabajo bien hecho. No sé qué hubiera sido de SloMo en otros cuerpos y mentes; lo que está claro es que Chanel, los bailarines y el resto del equipo se han centrado en hacerlo muy bien, y ha funcionado.

 

Por si fuera poco, cuando Chanel demostró que las casas de apuestas no se equivocaban y se llevó la euromedalla de bronce, lo primero que dijo al coger el micrófono iba dedicado a todos aquellos que vivimos alrededor de un escenario. Su segundo logro, consecuencia del primero: poner el trabajo escénico en el foco. Habló de lo duro que es el mundo del musical, de la danza, siempre en primera persona del plural, siempre teniendo claro que forma parte de un equipo, comunicando a los bailarines (que nunca salían de plano) las preguntas que le iban haciendo desde estudio. Si algo es el teatro, es eso: recordar permanentemente que da igual cuántos Swarovskis le pongan a tu traje, lo que brilla es siempre el conjunto.

 

Si Chanel aporta algo muy distinto al panorama musical, es su corporativismo: es carne de escenario, lo lleva a gala y lo recuerda cada vez que puede. Ha dado protagonismo al elenco, y por eso cuando la entrevistan muchas veces la acompañan. Reivindica que es intérprete y que eso en sí mismo es muy duro. Me juego lo que sea a que defendería con la misma firmeza su trabajo si estuviera representando a Shakespeare, los Álvarez Quintero, Cantajuegos o Billy Elliot. Y su mensaje está llegando a todo el mundo. Quizá Chanel sea de lo mejor que le ha pasado a las Artes Escénicas en los últimos años.

 

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