La adversidad y los problemas se multiplican para las salas teatrales en tiempos de COVID. Pero la dificultad de planificar una programación con el tiempo suficiente al que suelen estar habituados, también brinda oportunidades como la que lanzan este mes de febrero en Nave 73, con un cartel compuesto casi en su totalidad por compañías emergentes. ¿Quién dijo miedo?

 

Febrero en Nave 73

 

Por Redacción

Foto portada: Anafha, de Teatro de los Invisibles

 

Para tiempos complicados, soluciones rápidas, originales e innovadoras. Así funcionan ahora mismo los espacios escénicos, capeando el temporal como pueden, modificando programaciones sobre la marcha y buscando la mejor forma de seguir a flote. Pero se lo ponen todo tan difícil que resulta increíble que sigan adelante sin caer en el desánimo. Héroes y heroínas de esta ciudad que están luchando lo indecible para que la Cultura no caiga. Porque si la Cultura cae no habrá esperanza.

Este mes de febrero que comienza con más restricciones las salas madrileñas lo han tenido muy complicado poder conformar una programación teatral.  En Nave 73 -al igual que el resto de espacios- han tenido que hacer malabarismos para poder articular su cartelera. Y han optado por dar voz al futuro, para que sean los jóvenes creadores los que respondan a esta llamada de resistencia activa frente a la incertidumbre, así Nave 73 ha armado una programación en torno a varias de estas nuevas figuras de la escena madrileña que están llamadas a protagonizar el espectro teatral del futuro más próximo. En febrero comienzan con dos de estas compañías.

El primer espectáculo será Anafha (3 y 10 de febrero), de Teatro de los Invisibles, obra de teatro documental creada a partir del diario de una niña afgana nacida en Pakistán. Una historia real contada desde los ojos infantiles de su escritora, la propia Anafha, que lucha junto a su familia por ser reconocida como refugiada para poder viajar a otro país en el que, en palabras de ella misma, “existan derechos de la mujer”.

El segundo espectáculo será Después del ruido (17 y 24 de febrero), de Colectivo Trance, una obra sobre las despedidas. Y es que decir adiós nunca es fácil… y es la consecuencia a una ruptura espacio temporal. No atreverse a pronunciar esa palabra deja abierta una grieta que quizás no cicatrice nunca. Después del ruido es justo ese momento que se hace presente entre el adiós y esa primera bocanada de aire.

Sin salirse de la etiqueta de los nuevos creadores, también veremos en febrero a la compañía Quemar las Naves con su espectáculo Éramos unos niños que escuchaban música en su cuarto (18, 19 y 20 de febrero). Itziar Manero y Carlos Pulpón, ex alumnos de la Escuela Nave 73, son los responsables de este viaje mágico-musical entre el Bilbao industrial y la Nueva York más underground de los años 70.

También se pone al frente de la dirección y adaptación de un espectáculo por vez primera Paula Castellano con Dirección Gritadero . Una fiel e interesante revisión del exitoso texto de Guy Foissy que vuelve a Nave 73 en dos fechas únicas (4 y 5 de febrero) tras su estreno en esta misma sala a finales de 2019.

 

De la joven soprano y actriz Paula Mendoza parte la idea original de Natural Selection (11, 12 y 13 de febrero). Una innovadora propuesta que combina la música clásica contemporánea (firmada por Jake Heggie) con el teatro y la performance. Un espectáculo que se desarrolla íntegramente en inglés (idioma original de las composiciones musicales que lo protagonizan) y que habla, entre otros muchos temas, sobre la identidad femenina, el reconocimiento del propio ser y el deseo de romper con los patrones aprendidos.

Un maravilloso híbrido entre el manifiesto poético, la música electrónica y el acto escénico es Salvaje Manifiesto de las Flores. La propuesta con la que Arturo Babel ha dado vida al Capítulo III (Apéndice 1º) de su Decálogo de La Ciudad Sin Nombre. Una llamada a celebrar el fin del mundo para dar paso a uno más libre y salvaje. Una fiesta en la que podrás participar la mañana del sábado 6 de febrero en Nave 73.