Que los musicales continúen en una hibernación forzosa no quiere decir que los profesionales que se dedican al género permanezcan parados, de hecho, tienen muy claro que mientras el telón continúe bajado hay que invertir en la formación de nuevos artistas que, llegado el momento, sirvan para volver a reanudar la marcha manteniendo el grado de excelencia alcanzado por el género en nuestro país. Ese es el caso de SOM Produce que, viendo el fantástico resultado que dio la creación de la Escuela Billy Elliot, han querido crear su propia escuela de teatro musical integral: SOM Academy. 

 

«Necesitamos un número creciente de nuevos artistas»

 

Por Redacción

Foto portada César Cámara

 

Son tiempos complicados para el teatro en general, pero para el género musical en particular está resultando toda una tragedia. Mientras otros espectáculos han ido levantando el telón y volviendo a la actividad, los musicales de gran formato continúan con el telón echado – Cerca del 80% de su público son espectadores que vienen desde otras ciudades – Broadway, el West End o nuestra Gran Vía madrileña continúan con las puertas cerradas a la espera de que esta tormenta pandémica amaine. Actualmente se maneja la primavera del 2021 como fecha de reapertura.

Mientras este terrible momento continúa, las productoras dedicadas al teatro musical siguen adelante proyectándose en el futuro; y si no, que se lo pregunten a los responsables de SOM Produce, una de las grandes productoras dentro del género en nuestro país. Suyos son éxitos como: Sonrisas y Lágrimas, Priscilla, reina del desierto, Cabaret, West Side Story o Billy Elliot. Ya que de momento no pueden poner en marcha las nuevas producciones que tenían previstas – Billy Elliot se estrenaba en Barcelona, a Madrid llegaba una nueva versión de Grease dirigida por David Serrano y Matilda estaba en pleno desarrollo – han decidido que lo mejor es invertir en la formación de nuevos artistas creando su propia escuela: SOM Academy.

Claudio Tolcachir Revista Godot
Claudio Tolcachir impartiendo una clase en SOM Academy. Foto César Cámara

Hace cinco años, cuando se decidió estrenar Billy Elliot en Madrid, esta productora tuvo claro que para llegar a los niveles de excelencia que el montaje exigía, debían formar a niños y niñas que supieran interpretar, cantar y bailar con la solvencia y profesionalidad como para dejar que el peso de una megaproducción como esta recayera sobre sus hombros. Había que ofrecer a los artistas una formación completa que diera como resultado un producto de calidad, para ello crearon la Escuela de Billy Elliot, donde recibieron la formación adecuada que ha ido alimentando los diferentes elencos que hemos podido ver a lo largo de estos tres años ininterrumpidos de funciones, hasta la llegada del confinamiento que obligó a finalizar la producción de manera abrupta en marzo de este año.

«Madrid es la Capital Mundial de los Musicales en español y los productores de musicales necesitamos un número creciente de nuevos artistas formados en danza, canto e interpretación»  Dicen sus responsables que además de contar con David Serrano como responsable de la supervisión creativa, han querido que la dirección académica recaiga sobre Fernando Lázaro e Iker Karrera, quienes además se encargarán de la jefatura de estudio de danza; completando el equipo con Claudio Tolcachir, en una alianza entre la productora y Timbre4 de la que es fundador el creador argentino, siendo el responsable de la jefatura de estudio de interpretación; y la actriz y cantante, Verónica Ronda, de la de canto.

Dentro de la escuela encontramos diferentes niveles, grados y talleres que se ajustan a la edad, las necesidades y el nivel académico de los estudiantes, siendo su prioridad «dotar a los participantes de las herramientas necesarias para ser los mejores profesionales dentro del mercado del teatro musical». Desde un nivel destinado a los estudiantes más jóvenes, de 6 a 17 años, con SOM Junior Academy, pasando por el pre-grado de Teatro Musical, nivel de iniciación con vistas al desarrollo de artistas profesionales que sirve, además, como escalón de acceso al Grado de Teatro Musical, el cual se encuentra dividido en cuatro ciclos formativos donde los estudiantes, a partir de 14 años, recibirán una formación artística integral: «La especialización permite desarrollar todo el potencial de cada artista hacia los ámbitos donde puede dirigir posteriormente su carrera, ya sea como intérprete, como miembro de un cuerpo de baile o como actriz o actor, pero sin descuidar el resto de las disciplinas, multiplicando así su capacidad de adaptación a diferentes entornos, papeles y medios» informan sus responsables.

Toda la información sobre SOM Academy la puedes encontrar AQUÍ.