El Teatro Infanta Isabel nos presenta Onán, primer texto teatral de Nacho Faerna, interpretado por Llum Barrera, Iñaki Miramón y Fernando Soto, quien además asume la dirección del espectáculo. A partir del próximo día 25 de agosto podremos ver esta comedia que habla de los conflictos, las apariencias y los traumas sociales a través de los problemas domésticos.

 

La masturbación, ¿un conflicto o un superpoder?

 

 

Por Redacción

 

“¿Hemos nacido para convivir de por vida junto a otro ser humano o hemos nacido para estar solos? ¿y cuando queremos estar solos, y lo logramos, no empieza a aparecer la necesidad del otro?” estas son alguna de las reflexiones que Fernando Soto puso sobre la mesa al comienzo de los ensayos de Onán, comedia que dirige y en la que además comparte escenario con Llum Barrera e Iñaki Miramón, abordando temas como la convivencia y la pareja a través del conflicto que nos supone sacar a la palestra nuestra relación con el sexo o el placer, y cuestionarnos por qué nos escandaliza en público lo que hacemos en privado. Asunto que en esta ocasión tiene como detonante la relación con los hijos, esa fuente de felicidad, pero también de preocupación, de conflicto y de desgaste marital.

 

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Llum Barrera e Iñaki Miramón en una escena de ‘Onán’.

 

La historia arranca cuando Laura (Llum Barrera) y Jaime (Iñaki Miramón) reciben la llamada de Ricardo (Fernando Soto), tutor del hijo adolescente de ambos, para informarles de que el muchacho se salta las clases para encerrarse en los baños del instituto para masturbarse. Un pequeño conflicto que acaba por desatar una serie de problemas que “enfrenta a la pareja con sus propios deseos y contradicciones”.

Onán es el primer texto teatral de Nacho Faerna, escritor y guionista que ha trabajado en series como Amar es para siempre, El comisario o El asesinato de Carrero Blanco o películas como La mujer más fea del mundo; quien también cuenta con dos premios Goya al mejor cortometraje. “Uno de los personajes de Onán afirma que ser capaz de proporcionarse un orgasmo es un gran superpoder – cuenta su autor – Normalmente, los placeres de la vida, grandes y pequeños, exigen algún tipo de colaboración, dinero, o las cosas (…) Pero para experimentar el placer físico más intenso no nos hace falta nada ni nadie. Y es totalmente gratis. ¿No debería bastarnos con eso para ser razonablemente felices? ¿Por qué nos complicamos tanto la vida si todos tenemos la satisfacción sexual al alcance, literalmente, de la mano?”.

 

 

Una invitación a reflexionar, desde la risa, sobre la creciente necesidad de impostar felicidad y corrección de cara a la galería, la ansiedad que generan las (falsas) buenas maneras y el temor, pereza -¡o vaya usted a saber qué!- a enfrentarnos a nuestros propios problemas. En definitiva, una mirada a la relación que tenemos con nosotros mismos desde la comedia.