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Miradas al cuerpo XIV (II). Oceánida

«El arte es un medio muy potente de concienciación y

de reflexión sobre temáticas sociales»

 

Un año más, el Teatro Lagrada apuesta por la danza con el Festival Miradas al Cuerpo. Ya es la décimocuarta ocasión en que varias compañías dedicadas a esta disciplina desfilan por el escenario de este teatro del barrio de Embajadores mostrando algunas de las creaciones más actuales y experimentales de la danza contemporánea.

Si la semana pasada hablábamos con la compañía Al descubierto Physical Theatre, primera en abrir esta edición, esta semana del 4 al 6 de junio será el turno de Inervo Art Company. Con ellos también hemos conversado, tal y como haremos con las dos compañías restantes que participan este año (Compañía Samuel Ramirez y Bolonia Experimental Company), del mundo de la danza y del espectáculo que presentan: Oceánida.

 

Carlotta Storelli es la creadora, dramaturga y coreógrafa de Oceánida, que dirige David Puillange.

 

Por Rubén Cabaleiro (Periodista y bailarín solista del Ballett am Rhein)

 

Para la creación de esta obra has escogido un tema muy actual como es la presencia de plástico en los océanos y el efecto del micro-plástico en el medio ambiente y la humanidad, ¿os habéis documentado mucho para llevar a cabo la propuesta?

Sí, ciertamente nos hemos documentado muchísimo. Empezamos nuestra investigación sobre el tema, tanto a nivel científico como social, en 2016, a la vez que indagamos sobre nuevos materiales que sustituyan el plástico. También tuvimos muchos intercambios con biólogos, estudiantes en biología y constructores de instalaciones eco-responsables.

 

 

¿En qué medida crees que el arte puede servir como medio de concienciación de la sociedad y qué se puede conseguir con este medio que no se pueda alcanzar con otro tipo de campañas?

Estoy firmemente convencida de que el arte es un medio muy potente de concienciación y de reflexión sobre temáticas sociales, así como vehículo de cambio y exposición de soluciones. El arte tiene la característica de ser más cercano al público y, a través de la conexión emotiva y empática que se establece entre artista, propuesta artística y espectador, el mensaje llega de una forma más sutil a la vez que impactante e íntima, transformándose en algo personal para aquel que lo recibe; esto hace que le otorgue un valor y una importancia más propia.

 

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Eres, a la vez, la coreógrafa y una de los intérpretes de la obra, ¿qué dificultades te ha supuesto asumir los dos roles y cómo has conseguido ver la pieza con la perspectiva que el coreógrafo, en principio, necesita?

En realidad, no supone una dificultad puesto que, aunque sea coreógrafa y bailarina, la pieza la dirige David Pouillanges, por lo tanto las posibles dificultades desaparecen. De todas formas, el proceso mediante el cual llego a componer una coreografía procede de una investigación corporal propia o en pareja junto a mi compañero Denis Lavie, con el que he comenzado el proyecto. Luego la limpiamos, la coordinamos y adaptamos a través de los ojos y la habilidad de David. Nuestra forma de trabajar es cooperativa y se basa en un respeto mutuo, así como en una investigación y desarrollo de un lenguaje propio e individual a nivel coreográfico.

 

¿Cuáles son las técnicas, teatrales y dancísticas, con las que has trabajado en la creación de Oceánida? ¿Cómo compañía soléis apostar por lo interdisciplinar?

Trabajamos uniendo danza contemporánea, teatro físico, improvisación y técnica de objetos. Además, integramos propuestas procedentes del mundo de las artes plásticas, como la instalación lumínica y el uso del objeto lumínico, tanto en escena como a nivel de desarrollo creativo. La compañía trabaja solo con lenguajes internacionales en todas sus propuestas, siendo la base de nuestra investigación y desarrollo lingüístico.

 

¿Qué os ha aportado la colaboración con Green Cycles?

La colaboración con Green Cycles aporta coherencia a la pieza y a nuestra filosofía, así como al mensaje que queremos transmitir. A su vez, nos proporciona ofrecer al público una visión sobre soluciones al uso del plástico, conocimiento sobre nuevos materiales y un acercamiento a la industria de los recursos eco-sostenibles.

 

¿En este espectáculo nos encontramos con que la instalación lumínica se convierte en una pieza fundamental de la obra con la que los intérpretes interactúan, ¿qué aporta este elemento a la composición?

Lo aporta todo, es la apuesta principal. Todo se desarrolla entre la luz y la sombra que los bailarines producen inspirándose en las criaturas bioluminiscentes de las profundidades del mar para llevar al espectador en un viaje mágico por el ambiente submarino.

 

 

¿Qué es 80 Despertadores?

Nuestra compañía, Inervo Art Company, se dedica desde 2014 a lenguajes escénicos interdisciplinarios en lo que se refiere a creaciones escénicas, intervenciones artísticas y acciones de mediación cultural y pedagógicas en toda Europa y Estados Unidos. Durante la pandemia se reúne en colaboración con dos nuevos miembros de la compañía, Sabine Lane y Javier Arocena, junto con la productora de audiovisuales Tuke Produce y decide abrir una rama dedicada principalmente a la creación de propuestas artísticas audiovisuales, como vídeo danza y vídeo arte, así como a la creación de instalaciones y recorridos sensoriales a grande escala; siempre en el contexto de la interdisciplinariedad y la concienciación social, ambiental y de género. Desde su creación llevamos ya 5 festivales internacionales de vídeo y danza en Nueva York, Polonia, Inglaterra, Japón y África, fuimos expuestos en Rusia, y estamos ahora activando un proyecto de instalación a gran escala en España. En sí, 80 Despertadores sigue siendo Inervo Art Company, solo es la rama más enfocada a artes visuales y plásticas en relación con las otras disciplinas, mientras que Inervo Art Company es el marco con el que se definen las producciones teatrales, dancísticas, pedagógicas y de mediación cultural.

 

Como consecuencia de la pandemia el aforo en los teatros es más reducido que de costumbre, ¿conlleva esto a un cambio en la relación entre los bailarines y el espectador?

En principio no. El bailarín en el escenario está compartiendo un acto íntimo y trascendente en relación con la energía de los espectadores entregándose a ellos y a ese intercambio energético y comunicativo de igual manera dance para uno o para miles.

 

¿Qué supone para compañías como la vuestra iniciativas como este festival de Lagrada?

Supone un intercambio muy bello con un espacio en el que la compañía se siente muy cómoda trabajando y nos permite presentar el proyecto en el marco de una actividad específica que nos posibilita conectar con más diversidad de público.

 

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