En el pasado Festival de Cine Canadiense pudimos ver el nuevo film del ‘niño mimado de Cannes’, Xavier Dolan, que se estrena el 19 de junio en España.

 

Por Lucas Cavallo

 

En una escena, ya cerca del final de la película, que al principio puede parecer erótica, pero como últimamente ocurre en todos los films de Dolan, se torna violenta, Maxime le dice a Matthias que tienen que hablar porque necesita ‘entender’. Esta frase puede resumir perfectamente lo que le ocurre a buena parte de los espectadores que, para poder enfrentarse a la relación de estos dos protagonistas, necesitan saber qué es lo que les pasa, qué es lo que sienten, por qué se llevan de esta manera. El director, a través de silencios y miradas, en lugar de construir un puente entre personajes y público parece más bien que levanta un muro que muchas veces es infranqueable de cara a poder identificarnos con lo que ocurre en la pantalla. Desde Yo maté a mi madre Dolan se ha convertido en el niño mimado del Festival de Cannes y con razón. Sus películas puede que no gusten a todo el mundo, pero siempre han demostrado un universo diferente, muchas veces inusual que, a través de la belleza de sus imágenes y una maravillosa musicalización, ha creado una voz propia totalmente identificable. Luego de haber logrado la armonía entre fondo y forma (búsqueda incansable de todos los directores, pero al alcance de unos pocos) con la excepcional Mommy, sus dos siguientes películas fueron pasos en falso, así que el estreno de esta última despertaba muchas expectativas.

En resumidas cuentas, Matthias & Maxime narra la historia de un grupo de amigos de la zona francófona de Canadá que se reúne porque uno de ellos (Maxime) va a viajar a Australia para trabajar. Nos habla de ese momento en el cual dejamos de vivir nuestra extendida adolescencia y dejamos atrás el trabajo, la familia y los amigos para intentar encontrar nuestro lugar en el mundo. La grabación de un corto por parte de la hermana de uno de los amigos sirve como excusa para que Dolan nos enseñe el vínculo de los personajes que dan título a la película. Como ya comenté al principio del texto, esta relación, basada muchas veces en la negación o la indiferencia, no logra transmitir la pasión o el sentimiento que se supone que debería ocurrir en toda separación. A pesar de que este film contiene varios defectos y muchos de los excesos a los que Dolan nos tiene acostumbrados y que, en este caso, sobran (la relación tormentosa con la madre, las conversaciones a través de gritos en las reuniones de amigos, el movimiento muchas veces al borde de la taquicardia de la cámara, las interpretaciones de los protagonistas que podrían ser más cuidadas, el final ‘made in Hollywood’), debemos reconocer que alcanza niveles de grandeza cinematográfica con los diálogos del grupo de amigos en la casa del lago, la gracia rozando el ridículo del personaje de la insoportable hermana que hace el corto, el momento justo antes de grabarlo, los planos de los protagonistas lavando los platos o en la despensa, la forma de filmar la lluvia caer, las escenas de baile, la música, su famosa música. Al terminar la proyección me vi envuelto en una sensación de gozo, de haber pasado un buen rato en el cine y siendo consiente que no me encontré ante una obra maestra sí que puedo afirmar que Xavier Dolan está llegando al mismo grado de madurez al que llega su personaje al final de la película.

 

Matthias & Maxime será distribuida en nuestro país por Avalon Distribución Audiovisual y se estrenará en salas el próximo 3 de abril.