“En esta obra hablamos de personas invisibles, aquellas a las que no miramos”
Alberto Berzal, Israel Frías y Luis Rallo son tres intérpretes que se conocen desde hace 27 años. Han trabajado juntos en multitud de proyectos y ahora dan un paso más, forman compañía propia (con el mismo nombre de la obra que estrenan) para crecer y consolidarse como equipo, como familia. En este viaje han contado con José Troncoso (el autor y director de la pieza) para dar forma a un sueño que se materializa en Teatro del Barrio. Ellos son Los Despiertos.
En una charla que mantuvimos en la Plaza de Cascorro, los tres intérpretes nos van hablando de su trayectoria, de lo que significa ejercer esta profesión, de sus aspiraciones y de una obra que nos acerca a los pequeños universos de aquellas personas anónimas que transitan por la vida en silencio, realizando sus funciones de la forma más honesta y digna posible para que el mundo siga moviéndose de la forma en la que lo hace. Los Despiertos es una obra llena de poesía y verdad, como la vida. Llena de amor y humanidad también. Como la vida, sin lugar a dudas.
Los Despiertos en Teatro del Barrio
Por Sergio Díaz
Fotos: Paco Ureña
Es viernes a mediodía y estoy viendo patinaje artístico por la televisión. La final de los JJ.OO. de invierno de 2022. Y de repente, siento que cada vez que termina una propuesta se me cierra la garganta. Es precioso el durísimo ejercicio que acaban de realizar, y la emoción me embarga cuando la pareja acaba y se miran, se sonríen, se abrazan, lloran… Un tsunami de humanidad me llena por dentro. Me parece precioso. Me han hecho sentir la conexión de ambos patinadores. Cómo se miran y se tocan, la complicidad entre ambos, confiar en tu compañero, olvidarte de ti mismo y entregarte al otro, poner el corazón… eso es lo que da sentido a todo esto que llamamos vida.
Es viernes por la tarde y he quedado para hablar con Alberto Berzal, Israel Frías y Luis Rallo. Ellos son Los Despiertos, tres actores de larga trayectoria que han formado nueva compañía y que se estrenan en marzo con una obra (del mismo nombre que la compañía formada), un texto escrito y dirigido por José Troncoso. Durante el tiempo que dura la conversación entre pregunta y respuesta, veo cómo los tres compañeros se miran, se tocan, se sonríen… Veo mucha complicidad, mucha ilusión en este nuevo proyecto, mucho esfuerzo por sacarlo adelante y mucho amor. Mucho amor por la profesión, por la buena gente de la que se rodean y entre ellos. Y me encanta. Los tres nos van contando su periplo vital para llegar hasta aquí.
William Layton: el origen
Luis Rallo: Sí, en esa escuela nos conocimos, en un cursillo de verano. Era como un cursillo de selección en el que de los 100 que se presentaban cogían a 30. De los distintos grupos nos cogieron y en otoño de 1994 coincidimos ya los tres y hasta ahora.
Alberto Berzal: A los dos años de estar en el Laboratorio fallece William Layton y entonces antiguos profesores y alumnos vienen a homenajear su figura estando más presentes. Vinieron Mariano Barroso, Miguel Narros y José Carlos Plaza y el grupo nuestro con Plaza enganchó muy bien. Una vez que terminamos allí en 1997 el grupo se mantuvo, se fue incorporando gente y todo eso desembocó en un primer texto que era una versión de La naranja mecánica que había hecho Eduardo Fuentes, que también había sido alumno de la escuela y de Jose Carlos Plaza. Y con ese texto se creó la compañía William Layton. Era 1999.
Siempre juntos
Israel Frías: Sí, hemos coincidido en muchos proyectos. Por ejemplo, con Miguel Narros conectamos muy bien también. Luis y yo trabajamos con él en Panorama desde el puente, y hemos ido coincidiendo en bastantes trabajos a lo largo de nuestra carrera, también porque lo hemos fomentado.
Alberto Berzal: Yo, con Miguel Narros trabajé en La dama no es para la hoguera, junto a Carlos Martínez-Abarca, que también es de la misma promoción, y formaba parte de este grupo de la cía. Layton y ese núcleo con el que estábamos tan a gusto nos hemos ido buscando para colaborar en diversos proyectos. Con Carlos hicimos también 1984. Lo mismo pasó con True West, una obra en la que estuvimos también juntos los tres y con la que abrimos la Sala Negra de los Teatros del Canal.
Israel Frías: Digamos que la historia que vamos a contar ahora con nuestra compañía, Los Despiertos, nace ahí, en La naranja mecánica. Hemos ido caminando bajo distintos nombres de compañías y produciendo diferentes montajes, pero el germen está ahí, ese espíritu de trabajar nosotros tres ha estado siempre y ahora se materializa.
Nueva compañía. Nuevos caminos
Luis Rallo: Esta nueva compañía es algo distinto, es un cambio en nuestra trayectoria. Nosotros hasta ahora hemos hecho textos anglosajones que ya estaban escritos. Ahora queremos buscar autoras y autores contemporáneos que escriban cosas para nosotros como compañía. En ese sentido Alberto nos propuso a José Troncoso, pensó que podíamos encajar. Nos reunimos con él, acepta y empieza a escribir un texto que nace a partir de lo que él ve en nosotros, surge una dramaturgia que se escribe ex profeso para nosotros tres.
Alberto Berzal: Somos tres intérpretes que hemos tenido mucha suerte en nuestra trayectoria, porque hemos trabajado con grandes profesionales del sector, con textos interesantes y motivadores, obras con mucho peso y sigue siendo maravilloso hacerlo así, pero no habíamos tenido en nuestro recorrido la posibilidad de ser parte de la creación de un texto y eso es lo que nos ha llevado a buscar una dramaturgia nueva y lo que nos ha llevado a Troncoso. Luis Rallo: Para nosotros también es un riesgo este camino que hemos cogido. Troncoso viene de la escuela de Philippe Gaulier, con una técnica muy concreta, con un estilo de escribir muy particular y eso es nuevo, nos coloca en un sitio de más inseguridad, pero nos apetece mucho ese reto.
Israel Frías: Es un código totalmente distinto al que nos hemos ido moviendo hasta ahora, cosa que también nos ayuda a sumar más herramientas de trabajo que nos servirán para el futuro, y eso es algo muy enriquecedor. Además es que queríamos asumir ese reto. Nosotros fuimos a ver a Teatro del Barrio, precisamente, Las princesas del Pacífico (maravillosa obra de Troncoso) y nos subyugó. Y ya por aquel entonces (junio de 2019) nos reunimos con él para proponerle esto, queríamos trabajar con él desde el principio sabiendo que era une experiencia novedosa.
Luis Rallo: Y además surgió una cosa muy bonita, no solo con Troncoso, sino también con Alicia Rodríguez y Belén Ponce de León (las Princesas) con las que forma su compañía La Estampida y es que de repente te reconoces en el otro. Hemos llevado caminos distintos pero en el fondo hay algo de familiaridad.
Israel Frías: En noviembre del 2019 hicimos un taller nosotros tres con el equipo de La Estampida y con gente que también está vinculada a nosotros y fue un acercamiento maravilloso.
Alberto Berzal: Intentamos de alguna manera, que este proceso no sea muy endogámico. Somos nosotros tres, pero nos gusta que haya miradas externas que nos aporten ideas, frescura, otra manera de ver… porque eso también nos enseña a cambiar de registros y a explorar otros caminos, que sin esa mirada, no escogeríamos. Muchas veces en un curso no consigues profundizar en el trabajo y es en un proceso un poco más elaborado y más largo en el que empiezas a experimentar de una manera mucho más orgánica esa forma de trabajo. Porque al final nosotros tenemos un bagaje, una formación, venimos de William Layton, Jose Carlos Plaza es nuestro maestro y el que nos ha dado todas las armas técnicas para poder hacer nuestro trabajo de la mejor forma posible, pero luego hay formas nuevas de trabajar, caminos nuevos, como venimos diciendo, que también son interesantes de abordar y que nos van a ayudar a crecer como actores.
Soñar despierto. La obra
Luis Rallo: En Los Despiertos vamos a descubrir a tres personajes que son tres en uno, son tres filosofías de vida en las que cualquier espectador se puede ver representado. Son tres personas, cada una con entidad propia y que defiende un punto de vista, pero en conjunto forman una unidad también. Ellos trabajan y viven mientras los demás duermen, suya es la noche. Tienen un oficio, que es limpiar la basura de todo el mundo y su vida transcurre en un mundo que se mueve entre lo real y lo onírico.
Alberto Berzal: Ellos reflexionan sobre el tipo de vida y sobre el tipo de trabajo que tienen, un traba- jo anónimo y muy ingrato. Van reflexionando sobre las cosas que se encuentran en la basura, sobre lo que la gente tira… y también hablan del amor y sus propios sentimientos.
Luis Rallo: Las relaciones familiares también están presentes. Son como piezas de puzzle que el espectador tendrá que ir completando y con ese juego que tiene la obra acerca de lo que es real pero que a la vez parece un sueño. La obra tiene mucho humor, pero también tiene algo de surrealismo, algo de absurdo, hay algo de Valle, Buñuel, La Zaranda, Goya… algo de toda esa tradición que es tan nuestra y que muestra una realidad descarnada.
Israel Frías: La obra tiene su dureza, pero desde la poética de Troncoso que es capaz de presentarte algo muy agrio y muy amargo, pero hacerlo bello. Desde que estamos ensayando yo me he encontrado a varios despiertos por la calle -o me voy fijando más también-, porque estos personajes son invisibles, son gente a la que no miramos cuando pasamos por su lado.
Alberto Berzal: La obra habla también de la deshumanización en la que estamos inmersos como sociedad y es algo que abarca toda la dramaturgia, poner nombres y apellidos a seres anónimos que desarrollan una importante labor, pero que son invisibles.
Luis Rallo: La grandeza de la gente corriente. Es la aventura de tres personajes a lo largo de una noche de sus vidas, pero una noche muy larga.
Israel Frías: Una noche perpetua, la de un día y otro día…
La basura no tiene corazón
Alberto Berzal: El texto está trufado de frases maravillosas y una de ellas es esta: «La basura no tiene corazón».
Israel Frías: Tiene que ver con algo que le pasa a un personaje en un determinado momento en la función, aunque cada uno de nosotros le hemos ido buscando un significando a lo largo del proceso. La gente tira a la basura lo que no quiere, no necesita o quiere ocultar… pero el corazón no, el corazón se lo queda la gente, al igual que las cosas que importan.
Luis Rallo: Como cada uno de los tres personajes tiene una filosofía de vida o un punto de vista sobre lo que sucede, cada espectador se va a ver representado en uno de los personajes o en los tres.
Israel Frías: Pues con el corazón pasa lo mismo, cada espectador lo pondrá en un momento dado y para cada espectador la basura será una cosa y no otra.
Alberto Berzal: En la basura te puedes encontrar muchas cosas, un corazón quizá no… pero los corazones también tienen varias vidas, hay corazones que se rompen, corazones que se arrancan y se tiran y otras personas lo recogen, te ayudan a recomponerlo y ese corazón vuelve a latir.
Poesía marca de la casa
Hay mucha más gente que ha hecho posible este montaje como Kike Gómez, todo el equipo de La Estampida, Eslinga Producciones, pero el cuarto elemento, a quien hemos nombrado en varias ocasiones, es el reconocido dramaturgo, actor y director José Troncoso, el encargado de escribir y dirigir este texto.
Israel Frías: Es muy sorprendente trabajar con él. Como él parte del juego, los ensayos los hace muy lúdicos, pero también es muy exigente, muy disciplinado, igual que nosotros tres. Él nos hace buscar en nosotros mismos ese niño que a veces se ha quedado olvidado, y en cuanto conectas con él ya todo toma sentido.
Luis Rallo: Troncoso habla mucho de trabajar desde la búsqueda del placer, y del juego, pero como algo muy serio, que a veces es lo difícil. Luego te da mucha libertad, aunque también es verdad que él tiene muy claro por dónde deben ir las cosas. Hemos establecido una relación entre iguales, no es una estructura jerárquica, o al menos yo no la estoy sintiendo así.
Alberto Berzal: El proceso está siendo muy disfrutón. Estamos trabajando desde otras maneras para llegar a la organicidad del personaje, a contar la historia desde otros sitios al que estamos acostumbrados. Hay veces en las que las cosas no salen y tiendes a ser muy autocrítico y a censurarte y él nos ayuda a quitarnos esos temores de que no salgan las cosas a la primera. Está siendo muy comprensivo y nos refuerza en todos los sentidos.
Luis Rallo: En ese taller que hicimos en noviembre de 2019 que ya hemos comentado, donde también estaban Ana Turpin, Sauce Ena, María Isasi, Óscar Ortiz de Zárate… gente que nos dio mucho, pues como digo, en ese momento surgen una serie de improvisaciones que a Troncoso le dan ideas para crear escenas, de situaciones, de relaciones… él lo va articulando para ver por dónde pueden ir los personajes y en ese mismo taller ya nos da la posibilidad de leer la primera escena de Los Despiertos, cosa que celebramos como si fuese un estreno (risas).
Israel Frías: Fue muy bonito, además, porque surgieron muchas ideas y muchos personajes que finalmente no salen físicamente en la función, porque solo somos nosotros tres, pero sí están de alguna manera porque para nosotros fueron reales en ese momento. Y volvemos a lo de antes, en la novedad que supone para nosotros ese proceso de creación de una función con esos personajes surgidos a partir de nuestro trabajo, y ver cómo Troncoso lo ha ido modelando, es apasionante. Porque lo estamos viviendo en cada ensayo, porque hemos empezado a ensayar sin que la función estuviera cerrada y con lo que ha ido ocurriendo en los ensayos Troncoso ha cerrado porque es algo que no suele pasar, en cine y televisión tú ya conoces el arco del personaje y en teatro en las funciones ya escritas pasa lo mismo también. El ir descubriendo vivencias nuevas del personaje cuando ya estás metido en su piel es muy interesante.
Consolidarse
Alberto Berzal: Nuestra idea con esta función es estar tiempo. Ojalá funcione y nos vaya muy bien y que la obra pueda girar y podamos consolidarnos como equipo, como compañía.
Luis Rallo: La idea es dejar de ser el Guadiana y convertirnos en algo visible siempre.
Alberto Berzal: Tener una compañía estable puede convertirse en algo endogámico, te puede limitar en cierto momento también, pero es verdad que te permite contar las cosas a tu manera y sacar proyectos que a lo mejor de otra manera no puedes. Muchas veces, te entra la inquietud y el gusanillo, a veces de forma inconsciente, de sacar adelante cosas, porque lo necesitas y si tienes la suerte de que se aúnen todas las fuerzas pues se materializa, como está siendo el caso de Los Despiertos, una obra que vamos a estrenar tras dos años de trabajo y ¡qué dos años!, en plena pandemia, que es totalmente un acto de fe por parte de todos y hemos tenido que salvar muchas dificultades. Lo que prima es intentar mostrar un trabajo que a nosotros nos llena y que queremos compartir, no lo hacemos pensando en el rendimiento económico a priori…
Luis Rallo: pero que tampoco lo descartamos, una cosa no quita a la otra (risas). Sacar adelante una compañía o una producción es muy difícil y que eso se mantenga en el tiempo es complicado, de ahí esa cosa de que apareces y desapareces, porque la propia realidad teatral te impone esas circunstancias.
Israel Frías: Tanto en Los últimos días de Judas Iscariote, como en True West, como en 1984, como en Los Despiertos nuestro tiempo de preparación han sido dos años o dos años y medio, desde el momento que comienza todo hasta que se materializa en un estreno, y eso es complicado de llevar a cabo.
Alberto Berzal: También nuestra tendencia es a mostrar textos complicados, lo que conlleva una dificultad añadida. Tampoco tenemos un gran nombre para los productores o programadores, a pesar de llevar casi 25 años de trayectoria, lo cual es una dificultad añadida y es un trabajo más arduo.
Luis Rallo: Y sin embargo, a todas nuestras producciones va mucho público y la gente sale encantada y recibimos muy buenas críticas, lo cual esperamos que se repita ahora. El romance y la conexión con el público sí que está.
Precariedad Cultural
Luis Rallo: Nosotros hemos tenido la suerte de poder vivir de nuestro trabajo, a veces mejor y a veces peor, pero hemos podido salir adelante y muchas veces sí que estamos en proyectos distintos, en otros formatos o con otro desarrollo que nos permiten llevar a cabo estas apuestas más personales. Hemos tenido una continuidad de 20 años para acá, pero cada vez es más complicado. Yo creo que hay una grieta enorme entre grandes producciones que tienen un desarrollo lógico y la mayoría de las producciones, que apenas sobreviven y si lo hacen, es invirtiendo mucho esfuerzo y con un rendimiento económico muy bajo.
Israel Frías: En precario se vive muy mal. Hay que trabajar mucho para no caer en el desánimo, hay que pelear mucho y echarle muchas ganas para seguir dedicándote a lo que amas y no caer, pero el pozo está ahí y a veces tira de ti. Cada vez la cosa está más difícil, las condiciones de trabajo, el trato que recibes también es peor ahora en general, algo muy deshumanizado también, igual que decíamos antes. Cuando te vas haciendo mayor es más difícil asumir estas condiciones. Lo que intentamos es rodearnos de gente con la que se trabaja a gusto, de hacer familia, como es nuestro caso, y de mantenerse optimista, activo y sobre todo despierto…
Alberto Berzal: En nuestro trabajo siempre empiezas de 0 porque siempre estás a prueba. No vives del trabajo que hiciste ayer, siempre estás en un examen. Aquí puedes hacer un trabajo de calidad y puede que no llegues a la gente y no guste y caigas en el ostracismo hasta la próxima vez que te den la oportunidad de redimirte… si es que te dan esa oportunidad. Y en cuanto a la precariedad yo quiero decir que ahora mismo está la Unión de Actores trabajando en el Estatuto del Artista que se están fijando mucho en cómo está el tema de la intermitencia -algo inherente a nuestra profesión- en Francia y si se llega a aprobar con unas condiciones que se asemeja a lo que tienen allí sería de muchísima ayuda porque tendríamos mucha más tranquilidad a la hora de desarrollarnos y centrarnos en nuestro oficio. Aquí estamos muy desamparados. Lo que hay que explicar bien es que la Cultura, nuestro trabajo, proporciona riqueza, y proporciona retorno económico.
Luis Rallo: Lo que te genera una profesión tan vocacional al final puede con cualquier situación adversa.
Israel Frías: Y cuando te toca hacer otras cosas que se alejan un poco de tu pasión, de esa pulsión creativa, porque no te queda más remedio, eso hace que te cargues de más energía y más fuerza para seguir focalizado en tu camino, en alcanzar las metas propuestas. Y también hace que seas capaz de disfrutar más los momentos como este que estamos viviendo ahora mismo.
Alberto Berzal: Y uniendo la pasión con la precariedad muchas veces llegamos a la precariedad por la pasión, es decir, a ti te viene un fontanero a casa y te dice: “el arreglo vale 300 euros”, y tú le dices: “no le puedo pagar”, y el fontanero se va. A nosotros nos dicen: “Mira qué personaje tenemos para ti, en esta propuesta interesantísima” y cuando les preguntas si te van a pagar, te dicen lo de “bueno, ya veremos si queda algo al final para poder darte”, y así nos va muchas veces.
Una profesión con corazón
Israel Frías: Esta profesión es muy dura, pero también es lo que nos mueve. Claro que tiene corazón, pero no hay que dejar de alimentarlo. Hay que alimentar al amor bien, porque si dejas de hacerlo se para. Y hay que rodearse de gente querida y en eso somos muy afortunados, porque estamos nosotros tres, que somos familia, pero además nos hemos juntado con Troncoso, que es un profesional increíble, pero como ser humano es más grande aún, y eso es maravilloso, es abono para alimentar el corazón y abono para crecer y crear, porque estás muy vulnerable en el proceso de creación, estás en carne vida y te duelen más las cosas. Y tener un equipo que te haga sentir tan arropado ayuda mucho.
Espero que entiendan ahora la introducción del principio y lo maravilloso que es conocer a según qué personas a lo largo de cada gestación de una Godot.
