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Llueve en Barcelona en Teatros Luchana

«Todo el mundo tiene algún amigo que se ha prostituido o ha ido a un club, pero son temas de los que no se hablan»

 

A principios de julio, Teatros Luchana acogió el regreso a Madrid de Llueve en Barcelona, un texto de Pau Miró que se estrenó en el Teatro Valle Inclán en el año 2009. Trece años después, Antonio Cantos, productor y director, rescata la pieza, programada hasta el 13 de agosto, que cuenta las relaciones que se establecen entre Lali (Almudena Ardit), una prostituta del Raval con Carlos (Pablo Sanmartín), su novio y a la vez proxeneta, y David (Javi Martínez) uno de sus clientes, dueño de una librería del barrio que le abre una ventana a un mundo desconocido para ella.

Para acercarnos a la pieza, hablamos con Almudena Ardit, que nos contó que el circuito alternativo de Madrid le abrió muchas puertas desde que aterrizó en esta ciudad en el año 2010 proveniente de Segorbe (Castellón).

 

¿Qué pasa cuando nos sentimos solos en esta vida?

 

 

Por Ka Penichet

 

¿Cómo te llega este trabajo?

Fue muy curioso porque ya había comenzado el montaje y la actriz principal tuvo que dejarlo y como se acercaba una posible fecha de estreno, Antonio Cantos, el director, me propuso para sustituirla. No conocía el texto y al leerlo me pareció muy bonito.

 

 

Subirse así al proyecto debió ser todo un reto ¿no?

Sí, porque el texto tiene mucho ritmo. La obra dura una hora de hecho, está todo muy condensando con una poesía muy bonita. Me monté en esta aventura que comenzamos a ensayar la última semana de mayo y estrenamos el 1 de julio. Como decimos en Valencia, la obra fue “pensat i fet” (pensado y hecho).

 

¿Te has inspirado en alguien para ponerte en la piel de una prostituta?

A mí me hubiera encantado ir al Raval, lo que pasa que con el tiempo tan justo no tuve la oportunidad. Sí que hay como personajes de varias series que me han servido de guía. Hay muchas Lali por el mundo que pueden ser putas o no. También me vi un documental sobre Mónica, una prostituta del Raval, que no tiene que ver con la prostitución, pero me ayudó a hablar con más facilidad sobre el sexo.

 

Si tuvieras que presentar a tu personaje ¿cómo lo harías?

Lali es una prostituta del Raval con muchas inquietudes porque ha descubierto a través de un cliente que hay otro mundo posible, que puede ser otra persona. Ha descubierto que es sensible, que puede ser creativa, que tiene esperanza a salir de este mundo. Está en un proceso de crisálida. No sabe muy bien lo que le pasa, pero si sabe que quiere dejar esta profesión. Si lo logra o no, no lo voy a desvelar. Es una persona que tiene mucho miedo porque no ha conocido otra cosa y, de repente, tiene inquietudes, va a la universidad y le gusta…

 

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Escena de Llueve en Barcelona de Pau Miró.

 

¿Qué cosas te acercaban a Lali y qué cosas te alejaban de ella?

Me aleja mucho la forma de ser tan externa. Yo comunico mucho las cosas, me gusta hablar mucho las cosas, hago un trabajo muy de escucha, muy de emoción y ella tiene una forma como muy superficial. Sin embargo, con el cambio que está haciendo sí que me he sentido muy identificada. En algún momento u otro, todos pasamos por ahí. A lo mejor no es lo mismo. Tuve que abandonar una relación para encontrarme porque estaba dejando de ser yo. Ahí hubo un cambio en el que el miedo me paralizaba. Otras veces me he cuestionado quién soy para trabajar como actriz regular, para poder vivir de mi profesión. Entonces te infravaloras, crees que no eres capaz, que no vas a poder lograrlo nunca, te esfuerzas, pero nunca te llega el momento. Hay muchas cosas de Lali en nosotras. Puedes arriesgarte en la vida y cambiar eso, pero claro cuesta y hasta que llega ese momento o te llega una oportunidad pueden pasar muchas cosas. Llevo toda la vida dedicándome a la hostelería desde que me empecé a pagar la carrera y no puedo dejarlo, me encantaría. ¿Cuál es mi plan B? No tengo plan B. Soy actriz y soy actriz. Todo eso también está en el texto. Yo recuerdo ir al bar llorando todas las tardes. Te planteas mil cosas. Tantos años en Madrid y sientes que estás en el mismo punto.

 

Pau Miró escribió un texto sencillo con mucha profundidad, poniéndolo a disposición del director y de los intérpretes…

Por eso para mí fue un reto porque nunca había trabajado con textos tan livianos y que por debajo se estuviesen diciendo muchas más cosas de las que se dicen. Además de que entre los personajes no saben bien cómo comunicarse, pero por dentro tienen que estar bullendo, hay un fuego interno y las emociones están a flor de piel. Recuerdo que Antonio me puso un ejercicio muy bonito que era contestar 5 veces seguidas a una pregunta a la que todas las respuestas les seguían un por qué. Cuando te preguntas tantas veces por una cosa, la quinta será la respuesta real. Vas profundizando en esas preguntas y en esas respuestas. Es como una comunicación normal en la vida cuando quieres conseguir algo de otra persona, pero no eres muy directa, vas indagando poco a poco. El texto hace mucho esto.

 

Este texto está firmado en 2009, ¿qué evolución hay en el montaje?

La verdad que no hemos tenido que realizar muchos cambios. La base está, pero sí hemos realizado algún cambio. En el texto se hacía referencia a que estas personas tenían teléfono fijo y eso lo hemos tenido que cambiar por un móvil. Eso ha llevado a que Lali salga y coja el teléfono todo el rato. Es su herramienta de trabajo. También hemos eliminado acciones que podrían ensuciar el montaje como por ejemplo pintarte las uñas en una cama. Son pequeñas cosas que no cambian nada la historia.

 

Leyendo noticias sobre la prostitución en 2009 y noticias actuales, el debate abolición vs regulación se mantiene estanco…

Personalmente, me parece muy difícil que la prostitución desaparezca. Estamos hablando de una profesión que tiene miles y miles de años, va a la par del teatro. La regulación ayudaría mucho a la trata de mujeres que son explotadas. Hay prostitutas que están encantadas de hacer lo que hacen, pero obviamente, deberían cotizar. También te digo que tengo sentimientos encontrados. Creo que la regulación ayudaría algo. Creo que de alguna forma se está saliendo del tabú. Todo el mundo tiene algún amigo que se ha prostituido o ha ido a un club, pero son temas de los que no se hablan. Sería una buena oportunidad ponerlo sobre la mesa.

 

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¿Cómo ha sido trabajar con tus compañeros?

Ha sido un tiempo muy cortito, yo quería más. Estoy contentísima con todos ellos. De hecho, no los conocía, luego hemos descubierto que teníamos amigos comunes pero el proceso con ellos ha sido muy chulo.

 

Ellos interpretan los papeles de un proxeneta y de un putero, ¿has empatizado más con alguno de los personajes?

Con los dos. Es verdad que me fue mucho más fácil conectar con el cliente/consumidor que con el proxeneta que era mi pareja. Al final, los procesos de cada uno son diferentes y cuando he conseguido conectar con el personaje de mi compañero, ha sido una maravilla porque ahí se terminaron de encajar todas las piezas.

 

¿Qué crees que tienen en común estos tres personajes?

Al final son tres personajes que están solos. ¿Qué pasa cuando nos sentimos solos en esta vida? Al final, todos buscamos compañía que nos haga sentirnos valiosos. Estos tres personajes pasan por estos mundos.  La pareja de Carlos y Lali vienen de un nivel social más bajo y es más fácil entender esa soledad, pero el cliente viene de otro mundo, no ha tenido como problemas en la vida, sin embargo, la soledad nos atraviesa a todos. De repente, se han juntado personas diferentes. Quién no te dice que alguien del barrio de Salamanca pueda acabar buscando compañía o vivienda una historia de amor en Carabanchel.

 

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