SUSCRÍBETE

La entrevista despótica a… María Folguera

Por nico guau / @nico_guau

Quedo en entrevistar a María Folguera con motivo de su segunda aventura Fortún, en el CDN. La primera fue Celia en la revolución, basada en una de las novelas de Celia, que se pudo ver en noviembre de 2019, y esta segunda incursión es sobre la vida de la propia Elena Fortún.

Pero Folguera está tan ocupada investigando a Elena Fortún que nunca tiene tiempo… Así que pasan días y días… Confieso que estoy a punto de tirar la toalla y pensar despóticamente ‘pues no te entrevisto’, pero, claro, no puedo hacer eso… que soy fan de María Folguera en varias de sus facetas… Bueno he de confesar que yo, como dálmata teatrero, también he estado algo liado y que no ha sido solo por ella que no hemos podido coincidir… Pero eso no se lo he dicho a ella.

El encuentro es a través de Facebook, mi medio favorito para hacer una entrevista despótica, sobre todo a alguien tan ilustre como María Folguera. Me quedo mirando por encima del hombro al ordenador esperando la hora convenida… Pasan unos minutos… Creo que estoy en el momento justo de despotismo e indiferencia… En cuanto aparezca se va a enterar… Uy, que ya está aquí… ‘Muy buenas tardes’ me dice…

 

Aquí estaba esperándote.

Yo estaba leyendo cositas sobre Elena Fortún.

 

¿No te lo sabes ya todo?

Una nunca lo sabe todo…

 

En fin… ¿Estás lista y preparada para una entrevista despótica?

Lista.

 

Muy bien… A ver, ¿qué te ha dado a ti con Elena Fortún? Esta ya es la segunda que estrenas.

Elena Fortún es un referente muy importante para mí, una autora que me ha marcado como lectora y como escritora. Pero hasta hace unos años yo no sabía nada de ella, solo que firmaba aquellos libros que tanto me apasionaron de niña. Recientemente, Nuria Capdevila-Argüelles y María Jesús Fraga, expertas investigadoras de su obra, han empezado a publicar y difundir todo el material inédito u oculto, junto con la editorial Renacimiento. He seguido cada novedad hasta hacerme «experta» en Elena Fortún, siempre como discípula de Nuria y María Jesús.

 

¿Y entonces qué rescatas de su personalidad o de su historia? ¿En qué crees que deberíamos imitarla ahora en el siglo XXI?

Podemos acceder a su estilo como autora, a su claridad, sencillez, humor… Sus entrevistas a niños trabajadores, sus cuentos, son tan divertidos… Pero en sus cartas a autoras más jóvenes (Carmen Laforet, Esther Tusquets) ella parece insistir más bien en qué no imitar de ella, de su vida, que fue bastante desgraciada: no dejarse arrastrar por relaciones tóxicas y destructivas, cuidar bien un tiempo y espacio propios para la escritura y los pequeños placeres… Hay un fragmento de sus cartas con Laforet que aparece en nuestro montaje, y que me parece lamentable: Carmen y Elena reflexionan sobre cómo todo es más fácil si anulas tu propio deseo, si renuncias a la vida y la libertad. Estamos hablando de mujeres que escriben a principios de los años 50, en una España que ha escondido en el armario muchos deseos y alegrías.

 

¿Está siendo fácil que tu equipo de actores entienda todos estos valores?

¡Sí! El equipo se ha entregado a profundizar en su obra, y también en la de otras autoras importantes que aparecen como personajes en nuestro texto: Matilde Ras, Carmen Laforet, Victorina Durán, María Lejárraga… Toda la vida cultural del Madrid de los años 30: la editorial Aguilar, el Lyceum Club, el teatro de vanguardia de Lorca -el marido de Elena, Eusebio de Gorbea, era dramaturgo y actor habitual de Lorca-. Actrices, actores y diseñadoras se han volcado a investigar, a compartir información… Durante los ensayos debatimos cuestiones como por qué María Lejárraga, precursora del feminismo, trabajó durante años bajo la firma de su marido, o por qué Carmen Laforet llegó a esas etapas de bloqueo y ruptura de su obra. Estoy feliz de comprobar cada día la inteligencia, sensibilidad y generosidad de mis compañeras y compañeros.

 

¡Me alegro! Uy… Me estoy poniendo un poco blando… Espera, que voy a mirar la pantalla del ordenador por encima del hombro otra vez… Creo que ya… ¡Espero que controles a Julia de Castro como solo tú sabes!

Nadie, nunca, ha podido controlar a Julia de Castro.

 

Ah, ¿no? Yo creo que si alguien alguna vez ha podido con ella, esa eres tú. ¿Interpreta ella a Elena Fortún?

Julia de Castro interpreta a María Lejárraga, a Inés Field (amiga en el exilio en Buenos Aires), y a otros personajes. Montse Díez interpreta a Elena Fortún. Tanto Julia como Ana Mayo, Irene Martín Guillén, Luis Moreno y Javier Pérez-Acebrón interpretan a muchos personajes que entran y salen de los recuerdos e historias de Elena.

 

¿Va a haber una tercera pieza? ¿Quizá una que aúne circo y Elena Fortún? ¿Habla Elena Fortún de circo alguna vez?

Para Elena Fortún el circo es un tema recurrente. En la novela Celia, lo que dice hay un capítulo en que van al circo; no se dice qué circo es, pero si se trata de un edificio en el Madrid de los años 20, sin duda es el Price. Celia fantasea con fugarse con un circo en Celia en el colegio… Y en Oculto sendero, la gran novela sobre deseo armarizado de Elena Fortún, la protagonista tiene su primer flechazo a la vista de una écuyère vestida de hombre, haciendo acrobacias sobre el caballo. Sería bonito hacer una tercera pieza, claro. En Celia en la revolución hubo un poquito de malabares con naranjas, a cargo de Ramiro Melgar, no me pude resistir. Hoy en el ensayo alguien ha dicho que había un aire circense en la estética, en la puesta en escena. La cabra (yo) tira al monte.

 

Pues desde aquí yo le propongo al CDN que te encargue una tercera pieza de Fortún y circo. ¿Cómo ves el futuro del teatro español? ¿Crees que le falta más circo? ¿O que al circo le falta más teatro?

Sí. El circo ofrece un lugar de atrevimiento y mejor comprensión del cuerpo, una exploración más profunda. El teatro, una relación más antigua con la palabra y lo verbalizable. Cuando se unen a trabajar quienes vienen de distintos mundos, el resultado siempre nos va a llevar a un sitio nuevo.

 

La entrevista despótica a... María Folguera en Madrid
©marcosGpunto

 

¿No crees que los críticos y periodistas de teatro, y los espectadores de teatro deberían ir al circo por lo menos una vez al mes?

Sí.

 

¿Qué es lo que más te ha gustado en lo que va de temporada? Mójate. Puede ser circo también.

Pues, si lo que llamamos de temporada es desde septiembre…

 

Si no se te viene nada a la mente en 30 segundos, o estás cansada o es que no hay nada rescatable.

Le Vide en el Price. Y también me gustó mucho La tragedia de Inés de Castro de Nao d’amores.

 

¡Aaaaaaah! ¡A mí también! ¡Ambas! Te estoy tratando de hacer una entrevista despótica y me dices solo cosas que me gustan, ¡así no se puede! ¿Y lo que menos?

Lo que menos… mmm… qué injustooo. La serie de Barbie que ve mi hija. Barbie en la casa de los sueños.

 

Te ha entrado la cobardía, lo suponía. ¿Le lees a tu hija los libros de Celia?

Todavía es pequeña. Sí ha visto partes de la serie de TVE, y le fascina el momento en que Celia le corta el pelo a todas sus muñecas y a su gata Pirracas, o cuando doña Benita (Aurora Redondo) le canta El día que nací yo.

 

¿Qué planes teatrales tienes próximamente?

Como espectadora, tengo muchas ganas de ver Como una perra en un descampado, en el CDN. Y de llevar a mi hija a ver Rojo estándar, de Lanördika, compañía de circo, en la Cuarta Pared.

 

Sabes perfectamente que no me refería a eso… ¡Tus planes como creadora! ¿Se pueden contar?

Pues voy a dedicar 2020 a poner unas palabras en orden… y será narrativa. Ya sé que Julia de Castro se viste de luto cada vez que escribo narrativa. Le diré que prepare su velo negro de madrina.

 

Ah, ¿otra novela? ¡Qué alegría! ¡Me la leeré!

Novela, puede ser, pero siempre con su poquito de ensayo, y esta vez más claramente confesional. En cuanto a teatro, hay proyectos que empezaron hace tiempo, como La Blanca, con Anahí Beholi, y La fuerza de la sangre, con Celia Freijeiro, que están esperando un tiempo para resurgir en forma definitiva. Espero que 2020 sea también su año. Y ahora, si me disculpas, he de seguir investigando a Elena Fortún, que es toda una fuente de inspiración.

 

Vale, espera, espera, ¿he sido lo suficientemente despótico?

Nada. Nada, de Carmen Laforet.

 

Y ahí me dejó, con la sensación de no haber sabido mostrarme en mi máximo despotismo… Y ya que no lo había hecho con ella, aproveché entonces para mostrar absoluta indiferencia a mi dueño (te he de recordar que soy un perro) que entró en su habitación y me vio toqueteando su ordenador…

Comparte este post