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La coartada de María Castro

«El silencio puede llegar a ser muy atronador, puede ser de todo menos silencio»

 

En febrero 2021 en Ermua arrancó la gira de La Coartada, una coproducción de Talycual, Txalo y La Alegría Producciones, que ahora se estrena en Madrid en el Teatro Bellas artes y que estará programada durante mes y medio.

La pieza, que es una adaptación del texto de la autora estadounidense Christy Hall está dirigida por Bernabé Rico y cuenta en su reparto con María Castro, Daniel Muriel y Miguel Hermoso.

Hablamos con María Castro que interpreta, dentro de este drama de suspense policíaco, el papel de una mujer separada que tiene que recuperar la custodia de su hija y está al borde de un ataque de nervios porque no se la dejan ver. Setenta minutos de ritmo frenético en las que el espectador se adentrará en la mente de su protagonista y haciénole estremecer en la butaca.

 

El instinto animal de una madre

 

 

Por Ka Penichet

Foto de portada Pablo Abad. Cortesía de Tandem Talent.

 

¿Cómo llega este trabajo a ti y qué te hizo no rechazar esta propuesta?

Me llegó cuando estaba trabajando en la anterior obra través del director, Juan Carlos Rubio, y cuando vi el texto supe que lo tenía que hacer porque es un personaje muy complejo, pero a la vez lleno de matices. Es como un reto, de hecho, creo que es lo más difícil que he hecho encima de las tablas desde que empecé en esto y bueno, tenía que estar ahí. Encima, se subió al carro Gorka Otxoa que ahora no está en el elenco, pero es como un hermano para mí. Lo dirige Bernabé Rico que todo lo que toca lo convierte en oro y estaba nominado a los Goya como mejor director novel. Quería estar cerquita por si acaso. Con Miguel Hermoso ya había trabajado en Amar es para siempre y tengo con él una relación estupenda. Todo era como a favor.

 

¿No había nada en contra?

Pues mira, justo al firmarla me quedé embarazada. No es que esté en contra, pero lógicamente tienes que adaptarte a la situación. Lo que pasa es que luego vino el coronavirus, me permitió tener a mi hija tranquilamente y poder engancharme luego a la función. Así que, obviamente, para todos fue un drama social, sanitario y mundial, pero, en mi caso particular, me permitió desarrollarlo todo sin tener que dejar ningún trabajo atrás.

 

Empezaste la gira de La Coartada al poco de dar a luz, ¿cómo lo compaginaste?

La gira empezó cuando la niña tenía 3 o 4 meses y allí me fui con mi padre, el hombre heroico de la familia, que ya había pasado la Covid_19 y era el que tenía más anticuerpos. Empezamos en Ermua en una pensión súper chiquitita. Allí me fui con la teta a cuestas, el bebé y mi padre para cuidármela. La conciliación esta que no existe. Hay que hacer malabares para poder llegar a todo.

 

 

En esta ocasión cambias tu registro habitual de comedia por thriller, ¿cuál es el reto?

Ya había hecho drama y suspense como La ratonera de Agatha Christie y Crimen Perfecto. Lo que pasa en este caso es que lo que la función cuenta es la historia de mi personaje. Además de ser un personaje súper complejo de desarrollar, tiene mucho diálogo y muy repetitivo. Siempre digo lo mismo, pero de una manera ligeramente distinta porque estoy elaborando una coartada. Lo difícil es que, aunque el diálogo sea repetitivo en ocasiones hay que evitar que no caiga como tal. Ahí radica que la interpretación sea muy distinta, que el ritmo sea vertiginoso para que en ningún momento el espectador baje la guardia, que me consta además que no ocurre porque a la gente se le hace demasiado corta. Habla de un tema que, habiendo sido madre, me cuesta muy poquito interpretar porque los sentimientos que desarrolla esta mujer, que está intentando recuperar a su hija Julia, tan cerca a lo que es el amor animal y más salvaje de una madre los tengo muy presentes. Y, sobre todo, que la función habla de algo que no te puedo contar porque entonces te contaría el final (risas), habla de un tema que es bastante tabú del que la gente no suele hablar, muy relacionado con la maternidad.

 

¿Por qué dirías que es necesaria esta función?

Funciones como esta son necesarias porque cuando uno normaliza las cosas y las habla, las naturaliza y, si te ocurren, te hacen sentir un poco más desgraciado. Creo que está muy bien escuchar a esta mujer y todo lo que le ocurre y lo resquebrajada que tiene el alma para poder llegar a comprender lo que siente una madre en esta situación.

 

¿Te has inspirado en algún caso de alguna madre coraje mediáticamente conocida para trabajar el personaje?

Madre coraje conocida no. Es mucho más cercano que todo eso. Ya te darás cuenta cuando veas la función. Es algo que no sé si les ha pasado a muchas y es muy difícil de superar.

 

Comentas lo fácil que ha sido comprenderla, pero ¿qué ha sido lo más difícil a la hora de ponerte en su piel?

Pues en realidad nada porque está muy bien escrita. Lo difícil de está función es que es muy dramática y, dentro del drama que supone, hay que dar momentos de alivio al espectador. Es increíble que en una función así también te puedas reír. Es lo sorprendente. Está tan bien escrita y dirigida que, dentro del drama, hay muchos momentos donde se destensa y también se genera la risa. Eso como actriz es muy bonito de ver. Estás contando algo tan verdadero y doloroso y el espectador empatiza tanto que, cuando el personaje se relaja, el público también lo hace.

 

<i>La coartada</i> de María Castro en Madrid
María Castro junto a Daniel Muriel en una escena de La coartada.

 

¿Pone la función al espectador un espejo de los prejuicios que puedan llegar a tener?

A lo mejor el espectador empieza empatizando o juzgando a un personaje, pero a lo largo de la función con lo que ocurre estoy segura de que les pasará con otro personaje y comprenderán. En esta función se trata de comprender porque le ocurre a esta mujer y lo que hace es extremadamente loco y atormentado, pero cuando se descubre el por qué le pasa todo esto, creo que la gente va a decir: “Si es que la entiendo”. Ese es el objetivo que tenemos. Lo más complicado es que el público empatice y nos entiendan como actores. Si al final eso no se consigue, aunque sea el malo de la película, como no consiga entender por qué el personaje hace esas cosas, no voy a poder defenderlo.

 

Háblanos de Christy Hall, la autora del texto que ha versionado Bernabé Rico

Sé que Bernabé vio la obra y le encantó lo que se narraba y cómo estaba contado y decidió comprar los derechos para hacerla aquí, pero luego la adaptación es de él. No tengo mucha más información, también es verdad, que cuando hago una obra de otra persona, intento no ver mucho más allá porque prefiero que sea el director, que es el capitán del barco, el que dirija todo el cotarro y no contaminarme con otras ideas generadas por mí antes o viendo elementos de otras personas. Sí que sé que todo lo que escribe es maravilloso según las palabras de Bernabé.

 

Si pudieras describirlo con palabras, ¿a qué suena el silencio?

A tormenta, así lo dice el personaje. El personaje dice: “El silencio suena a tormenta. El vacío que está dentro de mí resuena avisándome del huracán que viene a devorarme. Y entonces apareces tú. Y engulles el silencio justo antes de que ocurra y me siento a salvo”. El silencio puede llegar a ser muy atronador, puede ser de todo menos silencio.

 

¿Cómo ha sido trabajar un personaje con la sensibilidad de esta mujer rodeada de un equipo de hombres?  

Yo creo que Bernabé es una persona con muchísima sensibilidad y tiene muy claro lo que quiere transmitir y cómo lo quiere transmitir. También creo que tiene mucha escucha. Habiendo pasado por lo que he pasado, en mis experiencias personales, creo que se ha dejado arrastrar por mis sentimientos y mis emociones en cada caso. Sí que me dirigió. Hay un monólogo muy grande que son como cuatro páginas seguidas y ahí, a nivel interpretativo, en cuanto a sentimientos, apenas hubo corrección. Creo que los vio tan verdaderos y desde un lugar tan real, que prefirió no meterse. Sí me modificó la forma: más lento aquí, más rápido aquí, esa luz de la que hablas, que se note en tus ojos que está ahí o mira este foco para que este foco simule el sol del que estás hablando…pero a nivel de intensidad o de sentimientos no se metió mucho, yo creo que los vio muy puros.

 

El suspense no es un género teatral que en España esté muy explorado, o quizás, se asocia más al cine, ¿cuál es la clave para mantener la atmósfera de tensión?

El objetivo fundamental es que el espectador se meta en mi cabeza porque sino no lo va a entender. De hecho, luego veréis que está en mi cabeza literalmente, sobre todo a mitad de la función. Los espectadores van a navegar por mi mente, tal cual. Yo creo que aquí ayuda muchísimo la luz y también la música. Ambos nos ayudan a transitar sentimientos y emociones que a lo mejor, a nivel escenográfico, tampoco es una gran creación, sí que tiene sus cositas, pero creo que la luz y el sonido son otros personajes de la función y que ayudan a que sean unos sentimientos más puros.

 

En el escenario te acompañan Miguel Hermoso y Daniel Muriel, que entra sustituyendo a Gorka Otxoa, ¿qué nos puedes contar de tus compañeros de reparto?

Miguel es uno de los actores con mayor dominio de la voz y de la palabra. Se agradece muchísimo que lo narre con ese aplomo y esa verdad; y a nivel personal, genial porque ya había trabajado con él. Y Dani es una pasada porque lo conocía a través de Candela, mi hermana de Seis Hermanas, pero no había trabajado con él. Sí que me gustan mucho los trabajos en los que le había visto, pero no sabía lo currante que era. Acaba de entrar a hacer una sustitución, que a veces en el teatro es lo más difícil porque la obra ya está avanzada y tú entras en un tren que ya está en marcha, pero trajo un trabajo previo hecho de casa, vamos, el primer día que llegó estaba casi para estrenar y eso se agradece muchísimo. Feliz de estar junto a ellos porque son un amor.

 

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