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Isabel Valdés: «El juicio de La Manada ha cambiado a la sociedad por completo»

Por Sergio Díaz

Foto: Carlos Rosillo

 

Es periodista de El País, autora del libro Violadas o muertas -sobre el caso de La Manada- y está colaborando en la obra teatral Jauría, que se sigue representando en El Pavón Teatro Kamikaze. Uniendo estas dos cuestiones hablamos con ella sobre libros, teatro y sobre todo feminismo, la valiente lucha que Isabel emprende cada día en sus reportajes, sus artículos, sus RRSS y en su vida diaria.

 

¿Cómo surge este proyecto?

No se me ocurrió a mí la idea. El 26 de abril de 2018 salió la sentencia de La Manada y yo, aunque no había cubierto directamente el caso, lo había seguido muy de cerca porque era algo que me tenía totalmente traumatizada. Entonces, ese día, Ramón Perelló, que era el jefe de Península me llamó y me dijo: «te propongo hacer esto, tiene que ser muy rápido -porque Península se encarga de hacer cosas al hilo de la actualidad, muy inmediatas-, dime algo». Me dio unas horas para pensarlo, porque era algo muy loco. Pero me hizo mucha ilusión, creía que podía poner un poco en orden, no solo mis ideas, sino un cúmulo de cosas que habían sucedido en los últimos dos años y le dije que sí. Creo que es una de las mejores cosas que me ha dado la vida.

 

¿Tú no estuviste cubriendo directamente el juicio, entonces?

Nosotros, en El País, tenemos un corresponsal en Pamplona, Javier Doria, que es el que se encargó de cubrir el juicio. Yo recopilé toda la información, estuve día a día al tanto de lo que pasaba, fui en dos ocasiones a Pamplona y tuve reuniones con gente cercana al juicio, como por ejemplo con Agustín Martínez, el abogado defensor de La Manda. Yo también escribí cosas sobre el juicio para el periódico pero el periodista oficial que cubrió el caso fue Javier Doria.

 

Hablando del abogado defensor, la persona que ha salido hablando en todos los lados sobre el proceso. ¿Crees que ha sido positivo que el juicio haya sido tan mediático? ¿Crees que se ha expuesto bien, que nos ha llegado de forma correcta a la gente?

Fíjate que hace un año o hace dos te hubiera dicho que no, pero hoy no tengo ninguna duda que sí, que fue positivo. Este juicio, gracias a lo mediático que ha sido y a la historia que cuenta, ha cambiado a la sociedad de este país, pero por completo. Una cosa que, cada vez que la pienso, me duele y me hace muy feliz, a la vez. La cobertura que ha tenido, sobre todo en televisiones nacionales de lo que estaba pasando, ha hecho primero, que se pusiera un foco erróneo en la víctima, en el comportamiento de la víctima, en lo que no tiene que ser, para luego pasar a hacer una revisión y una reflexión también mediática de todo lo que se había hecho mal y de repente dar un giro. Eso cambió el año pasado en las manifestaciones espontáneas tras el 26 de abril, que para mí fue un marcador claro de lo que estaba pasando. El 8M, justo antes, había sido también un indicador de que algo estaba cambiando y que venía de La Manada. Todo este año con todas las cosas que han ido pasando alrededor del juicio también han movilizado a la gente, el cambio por ejemplo en el grupo de expertos que revisan el Código Penal para los delitos sexuales, cuando los de La Manada salieron a la calle la gente respondió de forma muy vehemente y muy inmediata… Entonces creo que sí, que fue positivo. Los medios tienen una responsabilidad y a veces se ejerce mal y a veces se ejerce bien y en este caso y ahora, mayoritariamente, se está ejerciendo bien.

 

A pesar de que esa mediatización del juicio también provocó el efecto contrario, que muchas fuerzas se posicionaran a favor de La Manada y arremetieran contra la víctima…

Sí. Tenemos que tener en cuenta de que a pesar de que vivimos en una sociedad muy avanzada, España es un lugar muy seguro para las mujeres, tenemos unos indicadores feministas bastante altos…, pero no dejamos de ser un país por el que solo han pasado 40 años de democracia, con una población muy envejecida, y donde como en cualquier otro lugar, cuando hay una fuerza siempre se levanta una contrafuerza. Creo que no podemos pensar ni esperar que todo vaya a cambiar tan rápido. Es cierto que el impulso ha sido brutal, pero hace falta asentar e incluso convencer a mucha gente de que esto no puede seguir y que tenemos cierta mochila histórica de la que tenemos que desprendernos. La realidad es que todavía vivimos en un sistema patriarcal y machista.

 

Dices que España es país seguro para las mujeres, y es verdad en comparación con otros lugares, pero leyendo datos como que hay 4 violaciones al día, que han muerto 990 mujeres en los últimos diez años (hasta el momento)… son datos escalofriantes y como sociedad avanzada que decimos ser, no nos podemos permitir ni una sola muerte…

Eso por supuesto. Mira, tengo los datos aquí apuntados, lo cual es una cosa que me tiene traumatizada lo de tener que aquí en el móvil las cifras de mujeres asesinadas, de violaciones… Y tener que ir actualizándolas cada día. El año pasado hubo 1702 delitos de violación denunciados. De violación con penetración (agresión sexual con penetración). Eso son 4,66 violaciones al día. En los datos de las violaciones, que han aumentado un 22, 7% respecto a 2017, yo sinceramente no creo -y los expertos con los que hablo cada día así me lo corroboran- que hayan aumentado las violaciones. Lo que han aumentado han sido las denuncias. Y a mí eso me parece esencial, porque la visibilidad de estos problemas es lo primero que tiene que suceder para cambiarlos. Y esa ‘libertad’ que tienen ahora las mujeres de poder decir, sin miedo a no ser creídas, que han sido víctimas de violación me parece un paso impresionante.

Los datos solo funcionan con comparaciones, porque somos incapaces de verlos aislados y por ejemplo, respecto a países como Dinamarca o Finlandia, a pesar de lo que pudiera parecer, España está muy bien. Si nos comparamos con África o Latinoamérica pues estamos mucho mejor aún. Eso no quiere decir que no tengamos que seguir puliendo lo que nos queda, y nos quedan aún muchas cosas por mejorar: Cambios legislativos, cambios sociales, cambios educativos… para que en ningún lugar del mundo tenga que morir una mujer por el hecho de serlo.

 

Al hilo de los datos comparados, más o menos sabemos lo que ocurre aquí, que parece algo brutal y excepcional. Pero es que en países de nuestro entorno cercano ocurre lo mismo y es algo incomprensible. La cultura de la violación es algo global.

Sí, así es. La ONU y la OMS dicen que la violencia contra las mujeres es una pandemia, un problema de salud global. La cosa es muy histórica, muy cultural y aquí como en Estados Unidos, como en Francia, como en Uganda, como en Latinoamérica sucede lo mismo, a distintos niveles, pero ocurre de la misma manera. Pensamos que los países nórdicos son el paraíso, el súmmun de la felicidad. Pero no es así. Tienen indicadores muy buenos en brecha salarial, ascenso de las mujeres, permisos de paternidad, etc. Sin embargo miras la violencia sexual y resulta que Dinamarca, un país que tiene 5,7 millones de habitantes, en comparación con España tiene 5 veces más violaciones. Así, que sí, vivimos en un planeta donde la cultura de la violación está a la orden del día en cualquier lugar.

 

En tu libro recoges un punto de inflexión para ese despertar de las mujeres…

Aunque pongamos siempre hitos para ubicarnos en el tiempo, esto es algo que lleva pasando décadas y si me apuras de forma histórica tres siglos. Creo que la segunda década del 2000 fue importante. Pero si tenemos que poner un hito, La Manada en España marcó ese punto de inflexión. Y en Estados Unidos toda la locura cuando llegó Trump, que fue otoño de 2016, meses después de La Manada, el #MeToo, el #YoSíTeCreo en España. Así que yo creo que 2016 es el salto de trampolín de una nueva ola feminista.

 

Isabel Valdés: "El juicio de La Manada ha cambiado a la sociedad por completo" en Madrid
Portada del libro ‘Violadas o muertas’, de Isabel Valdés

 

Sin embargo es paradójico que justo cuando el movimiento feminista crece, se visibiliza a nivel global y se hace más fuerte, es cuando la ultraderecha, la principal fuerza de oposición al movimiento, crece aún más.

Yo no soy politóloga ni socióloga y no puedo hacer un análisis de lo que está sucediendo, pero desde mi punto de vista la extrema derecha ya estaba creciendo en Europa desde hace una década más o menos (Amanecer Dorado, Le Pen en Francia…). Yo sinceramente sí que creo que este auge de la ultraderecha tiene que ver con el crecimiento del feminismo. Cuando hay un movimiento revolucionario que implica a la mitad de la población -lo cual no significa que la mitad de la población se esté manifestando, pero es un alto porcentaje de mujeres el que está diciendo: «hasta aquí hemos llegado»- un sistema tan patriarcal como el que rige en el mundo basado en una estructura de poder en la que el sujeto es el hombre por definición, de repente ve que algo se tambalea y se mueve y no quiere eso, lo cual genera resistencias. Es lo que te decía antes, a toda revolución le surge una contrarrevolución. ¿Y qué pasa? Que una revolución a nivel mundial es algo muy gordo, y es que en todos los países se están levantando mujeres feministas que están intentando cambiar su entorno y por eso están creciendo esas resistencias. ¿Es paradójico?, sí. ¿Era de esperar? También. ¿Miedo? A mí me da muchísimo. Yo tengo un pánico atroz al 28 de abril. Pero sí que creo que este último 8M fue un reflejo de que las mujeres, y los hombres por supuesto, no están dispuestos a ceder tan pronto todo lo que se va consiguiendo.

 

Las veces que he hablado con gente que va a votar a VOX, con mujeres que van a votar a VOX, les pregunto por una de las propuestas que llevan en su programa electoral, lo de derogar La Ley de Violencia de género por considerarla injusta y represiva contra los hombres, ya que hay muchos hombres encarcelados injustamente por denuncias falsas… ¿Qué opinas de eso?

Sí, una ley represiva contra los hombres, ya… Eso es totalmente falso. Y volvemos a hacer uso de los datos. En enero escribí en un artículo que se llamaba ‘Las cifras que desmienten el discurso de Vox sobre la violencia de género’, en el que quería poner un poco de realidad frente a este partido de ultraderecha que no hace sino mentir cada vez que abre la boca con este tema. Desde 2009 y hasta 2016 se interpusieron 1.055.912 denuncias por violencia de género, de ellas 79 resultaron ser falsas. Es decir, el 0,0075% Estos son datos de la Fiscalía. A ver, yo no puedo negar la realidad de que haya una mujer entre un millón que haga una denuncia falsa, pero tampoco puedo negar la realidad de que hay miles de denuncias por violencia de género, por maltrato, por acoso, por abuso, por agresiones sexuales en este país diariamente. 79 denuncias falsas en 7 años frente a las cientos de miles verdaderas, a mí me dice que nuestra ley represiva no es, me dice que está protegiendo a una parte de la población, a la mitad de la población que son las mujeres, que por el simple hecho de tener vagina sufren esa violencia.

Los lunes en el Pavón Teatro Kamikaze hacemos lo que llamamos los «lunes de institutos» con Jauría, donde hacemos un coloquio tras la función con un patio de butacas lleno de gente joven que es una cosa impresionante. El otro día yo les pregunté que cómo se informaban y que cómo habían seguido el caso de La Manada. Y ellos decían, twitter, RRSS, la tele… Esas mujeres de las que me hablabas tú antes, probablemente su forma de informarse sea acudiendo a medios de comunicación sesgados sin ningún tipo de neutralidad ni objetividad informativa, RRSS y su propio círculo. Cuando tú te enfrentas a la realidad de otra manera, buscando información en sitios que tengan un mínimo de credibilidad y sean medios honestos no puedes votar a VOX, porque el discurso de VOX contradice la realidad en la que vivimos. Y para mí contradice el camino hacia un mundo mucho mejor, un mundo en el que todo el mundo está incluido, que es lo que busca el feminismo.

 

Yo soy un hombre y no lo entiendo. Nunca he podido entender que se ejerza ningún tipo de violencia, contra nadie lo primero, y por supuesto contra ninguna mujer. Tú qué estás metida tan a fondo en este tema ¿Por qué demonios sucede?

Yo sé que la gente que no es machista no lo entiende. Yo me he criado en un pueblo muy pequeño de La Mancha, y he conocido ese mundo que a veces no es ni siquiera consciente. Es decir, tú vives en un mundo con todo en orden y de repente cuando ese orden empieza a cambiar tú te empiezas a preguntar ¿qué es lo que está pasando? Porque algo no es normal. Claro, si además ese orden te beneficia y los cambios que se están produciendo te van a dejar de beneficiar… te preocupa. Entonces, los argumentos de los machistas es que un grupo de hembristas-feministas quiere acabar con los hombres y alzarse en el poder. Lo cual es totalmente absurdo porque cualquiera que sepa lo que es el feminismo, y espero que a estas alturas todo el mundo lo sepa, es la igualdad entre hombres y mujeres. Por eso, ese argumento absurdo de: «Ni machismo, ni feminismo» es tan vacío de contenido que es difícil de comprender. Me resulta muy curioso que todavía haya gente que compre ese discurso. Con toda la información que se da diariamente sobre este tema. El machismo es la supremacía del hombre sobre la mujer y todas esas actitudes que lo llevan a ejercer el poder. Sin embargo el feminismo es la pretensión de que nosotras y vosotros seamos lo mismo.

 

Yo también soy de pueblo y entiendo esa parte que comentas, y sé que lo más fácil en este país es ser hombre, machista, hetero y blanco. Pero cuando mueren asesinadas alrededor de 50 mujeres cada año, si tienes un mínimo de cabeza tienes que pensar que algo no funciona bien, no puedes seguir en esa actitud

La cosa es que creo que ellos no ven un problema en esto…

 

Pero sí lo veía la gente con el terrorismo, que tantos años hemos sufrido en este país, y sin embargo la violencia machista se ha llevado por delante más a mujeres que la violencia de ETA en toda su existencia.

Pero porque la gente lo veía como algo muy político, muy de ofensa a lo que somos. Te repito que salimos de una dictadura de 40 años y el sentimiento de patria y de pertenencia era muy alto y de repente algo que amenazaba eso como fue el terrorismo de ETA unió a este país. Sin embargo el feminismo nunca se ve como política. Y no hay nada más político que el feminismo, un movimiento que pretende cambiar todas las estructuras de poder, sociales, económicas… Todo! Hasta que no entendamos eso, hasta que no entendamos que el feminismo no es el deseo de unas cuantas locas que se echan a la calle… y que es otra forma de ver el mundo, otra forma de estar en el mundo y otra forma de entender el mundo no vamos a avanzar. Entonces yo creo que esta gente machista no ve eso. Esta gente recuerda a las feministas como una horda de tías sin depilar que quiere enseñar las tetas. Eso es lo que creo que aún piensan, porque si no no lo entiendo yo tampoco.

 

¿La educación es la base de todo?

Absolutamente. Estoy convencida. Yo siempre digo que si hoy todos los niños que nacen el mundo a partir de este instante estuvieran educados en la igualdad probablemente en dos o tres generaciones veríamos un sistema estable. Lo que pasa es que luego lo pienso y siento que es un poco utópico, porque en este mundo siempre ha funcionado con sistemas de poder y por eso hay machismo, racismo, homofobia… Nos cuesta mucho a los humanos cuando estamos en un buen lugar ceder ese poder. Haría falta más empatía también, no solo incluyendo a las mujeres como la mitad de la población, sino tendría que acabarse cualquier tipo de discriminación para que viviéramos en un buen mundo.

 

Tú que estás en contacto con jóvenes ahora a través de Jauría, ¿percibes ese cambio en las nuevas generaciones? Porque hay muchos jóvenes muy bien informados y muy combativos, pero también huy mucha violencia sexual en edades tempranas que se supone que se han educado en otro modelo.

Es cierto que estamos sufriendo unos cambios brutales de forma muy rápida, pero no olvidemos que los niños y las niñas siguen naciendo hoy en un mundo machista. Que yo, con 33 años, he sido educada en un mundo machista, que mi hermano que tiene 21 años también y una hermana que tengo que tiene 6 años también ha sido educada en un mundo machista. ¿Estamos haciendo avances? Sí. ¿Todavía hay muchos resquicios por los que se cuela el machismo? También.

Por ejemplo yo veo en las jóvenes (y en ellos también) un nivel de educación feminista, de argumentos claros frente al machismo, de ideas que ya no les entran en la cabeza que es maravilloso. Luego los datos me dicen que todavía hay mucho por hacer. Hace un par de años leí un estudio que decía que había crecido mucho la violencia de género entre los jóvenes. Y que muchos de ellos veían normal el control sobre la pareja: mirar el móvil, controlas las contraseñas… una locura, vaya. Pero sí que creo que todo esto tiene mucho que ver con los ambientes en los que uno crece y que se va puliendo con la edad. Y con toda la información que ya hay sobre el feminismo, espero que todo eso vaya haciendo mella en las nuevas generaciones.

 

¿Y el cambio se tiene que producir desde abajo hacia arriba, desde el feminismo de trinchera y que se vaya extendiendo por todas las estructuras o al revés?

A lo largo de la historia ha sido la gente la que ha movido las estructuras, siempre. Aquí es igual. Las mujeres salen a la calle y entonces empiezan a cambiar las cosas. Una vez que ya estamos en la calle, una vez que gritamos, una vez que exigimos… de nada vale si el sistema no cambia, si no es permeable a esas reivindicaciones, pero lo está haciendo, de forma lenta, pero lo está haciendo. Está habiendo cambios en la judicatura, está habiendo cambios a nivel político, en las empresas… pero todo surge desde la trinchera, de la lucha en las calles.

 

¿Qué opinión te merecen aquellas mujeres que cuestionan movimientos como el #MeToo, que juzgan el feminismo porque sienten que coarta su libertad?

A mí nunca me ha gustado que se utilice el feminismo para enfrentar a las mujeres, ni entre ellas ni contra los hombres. Feminismo es toda una teoría política que va mucho más allá de lo que 100, 200 ó 1000 mujeres piensen. Y yo no pienso igual que muchas otras mujeres, por supuesto. Pero yo jamás le voy a decir a una mujer que si lleva minifalda no es feminista, que si se pinta los labios no es feminista, que si se peina no es feminista… me parece muy absurdo. Y es una banalización de feminismo brutal. Luego, sí es cierto que en ese tipo de comentarios, en ese tipo de ideas hay un gran machismo incrustado. Yo muchas veces me pregunto a mí misma: ¿me gusta echarme rimmel en el ojo por mí o es porque me he criado en una cultura en la que impera la belleza occidental y me obliga? Bueno, pues ahora con 33 años tengo las ideas muy claras, soy feminista y me echo rimmel porque me da la gana, salgo a la calle en minifalda si me da la gana, llevo escote si me da la gana y hago lo que me da la gana. Y no voy a permitir que nadie me diga que soy o no feminista. Creo que las decisiones entre nosotras deben ser profundas y no banales y creo que el respeto y la empatía con el resto de mujeres debe ser lo principal.

 

Tras el caso de La Manada estamos conociendo nuevos ataques iguales a mujeres como los de Sabadell, Villalba, Azuqueca. ¿Qué tienen unos casos para ser mediáticos y otros no?

Pues a mí también me resulta curioso. En lo de La Manada se dieron unas circunstancias concretas y temporales que así lo hicieron. San Fermín, fiesta internacional, con muchos medios de comunicación del mundo entero poniendo el foco ahí, en Pamplona. Una chica de 18 años, de Madrid. 5 tíos que se llaman a sí mismos La Manada. Un guardia civil y un militar de por medio. Si alguien hubiera querido inventar una historia aposta para reflejar la mierda de la cultura de la violación no lo hubiera inventado mejor. Y si los medios de comunicación ponen el foco en un caso así eso genera una onda expansiva que se lo come todo. ¿En el resto de casos? Pues no lo sé muy bien porque no se genera tanto ruido y es algo muy absurdo, porque es igual de grave.

 

Y en el caso de Villalba también hay implicados hombres que pertenecen a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado…

Sí, es igual de grave. Pero de repente los medios no se centran en eso y no tengo muy bien la respuesta de porqué es así. Creo que tiene mucho que ver la televisión. Por ejemplo, mi periódico cubrió el caso de La Manada con creces y ha publicado información sobre el resto de casos, pero creo que al final es la televisión la que hace que algo sea más o menos mediático. Los periódicos informan, la tele entretiene, pero la tele es masiva y los periódicos no.

 

Ya lo has comentado antes un poco por encima, pero háblanos un poco de tu participación en Jauría.

Pues me sorprendió mucho cuando Miguel del Arco me llamó. Yo soy una enamorada del teatro, desde que tengo uso de razón, he hecho durante años teatro amateur en mi pueblo, he cubierto muchas cosas de teatro para el periódico… me fascina el teatro en definitiva. Quedé un día a desayunar con él y cuando me dijo lo que iba a hacer, sinceramente me acojoné y pensé: madre día donde nos vamos a meter. Miguel me pasó el texto de Jordi Casanovas y lo tuve al 99,9% claro. Pensaba que no tenía posibilidad de fallo. Estaban muy bien elegidos los momentos, los extractos de la sentencia, para contar lo que querían contar. Eran impecables. Me parecía un trabajo, delicado, meticuloso, responsable… y feminista. La historia estaba contada desde un punto de vista que a lo largo de los dos últimos años no la habíamos visto, teniendo en cuenta que La Manada había tenido un foco público de la leche, sus abogados lo han alimentado y teníamos su versión. Pero la víctima no ha salido a decir absolutamente nada.

 

Isabel Valdés: "El juicio de La Manada ha cambiado a la sociedad por completo" en Madrid
‘Jauría’, la obra que se está representando en El Pavón Teatro Kamikaze

 

Bueno, a ella la han sacado contra su voluntad y han expuesto su vida y la han denostado y acosado (de nuevo)

Efectivamente. Lo que conocemos de ella es que medios de ultraderecha la han estado insultando, gente que no ha respetado su privacidad… Cuando salió lo de los detectives privados tuve ganas de vomitar, literal. Todo esto de la ‘mala violada’, la mala víctima porque ella intentaba retomar su vida… me revolvió todo al pensar en el puto mundo de mierda en el que vivimos para pensar que en este país sucedan cosas así. Entonces de repente vi esta historia contada desde donde yo la sentía y desde donde yo la había visto. Y dije: «yo me meto aquí de cabeza», y así se lo dije a Miguel. Y esto se ha convertido también en una de las cosas más bonitas que me han pasado. Es brutal, todo el equipo es maravilloso: María, Miguel, toda la gente de El Pavón que es alucinante… pero es que el compromiso de este proyecto va mucho más allá del teatro. Es un compromiso social como yo no he visto en mucho tiempo. Con Jauría han conseguido mucho más y en muy poco tiempo que todo lo que yo haya podido conseguir escribiendo. Creo que están haciendo algo muy bueno por el mundo. Están ayudando a transformarlo a través del teatro.

Yo voy cada noche al teatro porque me interesa mucho a nivel personal y profesional (por los temas sobre los que yo escribo) ver las reacciones de la gente, sentir cómo lo vive el público. Y luego revisamos los comentarios en RRSS y no hay ninguno negativo. Todos son felicitaciones porque el trabajo actoral es impresionante, pero es también un gracias a esta nueva forma de ver lo que ha pasado y de ver lo que está pasando. Y por eso sigo yendo cada noche y por eso voy los lunes al teatro con los jóvenes para ver la esperanza en las nuevas generaciones. Y seguiré con esto hasta que dure.

 

Más allá de María Hervás, ¿qué has percibido en los 5 actores (Fran Cantos, Álex García, Ignacio Mateos, Raúl Prieto y Martiño Rivas) que dan vida a La Manada? 

Ellos siempre lo cuentan, y yo me voy a hacer eco de sus palabras y de lo que yo he visto en ellos. Dicen que han sufrido una transformación y lo han reconocido en público y en privado, que se han sentido identificados de alguna manera con La Manada en alguna cosa (y salvando las distancias, por supuesto). Y que eso les ha hecho hacer una revisión profunda sobre su pasado y su presente y los ha hecho mejores, es así. Y es que el feminismo solo te puede hacer mejor persona.

Fue duro. En los ensayos los he visto sufrir, sufrir de verdad. Los he visto llorar y he visto esa catarsis que poco a poco han ido sufriendo. Y ahora lo cuentan sobre todo en los coloquios con los institutos y creo que ayudan también a otros a reconocerse en eso, a darse cuenta y a querer cambiar.

Las feministas siempre tenemos muchos referentes femeninos, pero nos olvidamos siempre que necesitamos -ellos/vosotros sobre todo- referentes masculinos. Entonces que 5 actores reconozcan y cuenten cómo les ha cambiado Jauría por dentro, cómo de repente han visto algo que no habían percibido hasta entonces y que les ha cambiado, creo que les convierte en cinco grandes referentes masculinos.

 

Tu libro produce ese efecto también. Yo nunca me he visto reflejado como individuo en La Manada, pero sí como integrante de un género. Tu libro produce verdadera tensión, aunque está escrito de una forma muy natural, sin artificios, ni morbo, pero tensiona mucho su lectura…

Esto mismo que dices tú me lo dijeron muchos hombres cuando salió el libro. Me decían: «he tenido que parar de leer tu libro porque me revolvía el estómago». A otro nivel, pero de forma parecida, Jauría produce eso. Cuando yo escribí no pretendía ningún amarillismo, solo quería contar lo que pasó. Pero es que lo que pasó ya es suficientemente mierda como para que te revuelva el estómago. No le hace falta adorno. La realidad es la que es, y ya es bastante truculenta.

 

Vais con la obra a Sevilla ¿Imagino que será un momento que tendréis ahí anotado en el calendario?

El humor ha sido muy importante en todo este proceso. Y al igual que hemos llorado todos, la que más María, por supuesto, porque ella estaba yendo todos los días hacia un lugar del que todas querríamos huir y se ha tenido que meter ahí cada día durante muchas horas, también nos ha hecho falta también mucha risa. Un día me dice Miguel: «pues nos vamos a Sevilla con la obra». Y yo le digo: «muy bien y ¿cuándo?». Y me dice: «el 26 de abril». Y le digo: «el 26 de abril fue el día que salió la sentencia». Entonces Miguel se desencajó y dijo: «no me lo puedo creer, vaya casualidad». Y es verdad que hay cierta sensación de inquietud, pero más que nada porque es el sitio de donde ellos son. Pero Sevilla no es La Manada, Sevilla es una ciudad que yo entiendo como maravillosa y que a mí me flipa. Así que vamos a ir con todas las ganas.

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