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Honestidad con lo que somos

“Es una obra sobre cómo nuestras decisiones afectan a nuestras vidas”

En los Teatros Luchana se puede ver Magnolia, un texto original del prestigioso dramaturgo norteamericano Steven Dietz. Antonio Cantos es el director de esta comedia romántica protagonizada por Marina Muñoz y David Villanueva que habla sobre la crisis de la mediana edad y las decisiones que nos cambian la vida. Los tres nos cuentan lo que nos vamos a encontrar sobre este montaje en el que los personajes revisitan un pasado compartido.

 

Foto de portada: Marina Muñoz y David Villanueva, protagonistas de Magnolia

 

Hay olores que enganchan y sabores que nunca se marchan por mucho tiempo que pase. Hay relaciones que ni el tiempo ni la distancia son capaces de borrar y personas que dejan huellas tan profundas en la piel que nunca cicatrizan del todo. Su recuerdo permanece congelado en nuestra memoria y se deshiela de vez en cuando para atormentarnos sobre si la decisión que tomamos en su momento fue la adecuada o no. Sobre las decisiones que marcan nuestro camino y ese momento vital que se llama mediana edad en el que hacemos balance de nuestro pasado es sobre lo que va Magnolia, una obra original del prestigioso dramaturgo estadounidense Steven Dietz, cuyos trabajos apenas se han podido ver por nuestras escenarios, cosa que viene a remediar Antonio Cantos, el director e impulsor de este proyecto. “Steven Dietz es un excelente dramaturgo norteamericano casi desconocido en nuestro país, como bien dices, y esa fue una de las razones para montar esta obra. Por otro lado, al ser un autor contemporáneo, y que prácticamente somos de la misma generación, comparto con él muchos puntos de vista sobre esta historia”, nos comenta.

Rubén Coca es el encargado de firmar la adaptación de esta obra cuyo título original es Shooting Star. “Él es un magnífico escritor y guionista, y ha aportado una frescura y una proximidad totalmente necesaria para que el público de aquí la disfrute más. La obra original se desarrolla en Estados Unidos y la hemos traído a España, con lo que Rubén ha cambiado alguna que otra referencia, pero prácticamente ha sido muy fiel con la obra original”. ¿Y cuál es esa historia que se esconde en el texto de Steven Dietz? “Magnolia nos habla de dos personas que fueron pareja en el pasado y que se reencuentran en un aeropuerto 22 años después. A través de ese reencuentro indagamos en la crisis de la mediana edad y en cómo nuestras decisiones afectan a nuestras vidas. El querer compartir esta obra es para que los espectadores miren dentro de sí mismos, que buceen en sus relaciones pasadas, en sus errores y aciertos y que, en definitiva, sean muy honestos con sus emociones. Dentro de cada uno de nosotros hay una Elena y un Quino”, nos cuenta Antonio Cantos y nos confirma la vigencia de una obra que nos invita a mirar a nuestro yo del pasado.

 

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Antonio Cantos, el director de Magnolia

IGUALES PERO DISTINTOS

¿Hemos cambiado mucho en 22 años? Cuando yo tenía 22 años pensaba que nunca iba a cambiar, que siempre mantendría mi forma de ver el mundo. Ahora, transcurrido todo ese tiempo, me alegra haber cambiado muchas cosas de mí pero me apena haber abandonado otras. En eso mismo están los Elena y Quino ya mencionados. Estos dos nombres son los protagonistas de la historia, dos personas con un pasado en común a los que el presente ha detenido -se ven atrapados en el aeropuerto por un temporal de nieve-, y a los que ya veremos qué les depara el futuro. Elena se ha mantenido fiel durante todos estos años a su visión hippie y progresista del mundo, mientras que Quino se ha convertido en un empresario predecible y conservador.
Marina Muñoz es la actriz que da vida a Elena y David Villanueva es Quino y ambos me comentan desde dónde han buscado sus personajes y las similitudes que encuentran con ellos: “Aunque somos diferentes hay cosas en las que me siento muy identificada con Elena y meterme en su piel me ha hecho desempolvar cosas que nunca tenía que haber guardado en el armario. Su alegría es un tipo de alegría especial, que reconforta. Antonio tenía muy clara la construcción del personaje y me ha tomado de la mano y me ha ayudado a construir la Elena que buscábamos, y ha sido absolutamente maravilloso, cansado, pero bendito”, nos cuenta Marina. Por su parte, David nos dice que “la forma de ver la vida, afortunadamente, va cambiando. Creo que no hay que luchar por mantener la versión que fuimos. Evidentemente hay cosas del pasado que podemos echar de menos, pero también hay muchas de las que nos alegramos por haber pasado página, avanzar y crecer. Me siento identificado con Quino en muchos puntos. Esta obra ha llegado también a mi vida como recordatorio para que no vuelva a repetir ciertos patrones personales”.

 

 

DECISIONES, DECISIONES, DECISIONES

Así que esta Magnolia, que ha tocado profundamente al equipo artístico, oculta tras sus pétalos mucho más de lo que se ve a simple vista. Es un ejercicio de ficción que tendrá mucho que ver con nosotros mismos, seguro, y que nos irá ofreciendo sorpresas inesperadas en ese aeropuerto en el que están atrapados, un lugar en el que vuelven a ser esas dos almas gemelas que tanto se amaron en el pasado y que se separaron de forma ¿equivocada? ¿Cuántas veces habremos pensado si acertamos o no cuando elegimos uno u otro camino? Y eso les pregunto a los tres principales protagonistas de nuestra historia, sobre ese instante en que tuvieron que tomar una decisión importante. “Yo me fui a Perú en julio del 2013 para seguir creciendo como ser humano y profesional”, nos dice David. En el caso de Marina “fue dejar mi carrera como periodista y empezar a estudiar interpretación. Eso lo cambió todo”. Y para Antonio “fue un día que, siendo muy joven, decidí irme a estudiar teatro a Londres y prepararme como actor, director, dramaturgo y productor. Allí empezó mi carrera hace 35 años, y eso cambió el rumbo de mi vida para siempre. Como los personajes, Elena y Quino, a veces he mirado atrás y tengo que admitir que haría muchas cosas de otra manera. Pero, ¿y quién no?”.

¿Y en base a qué tomamos esa decisión que nos cambió la vida? Marina nos lo explica muy bien: “La obra deja una sensación muy fuerte que te lleva a pensar en las decisiones que tomas en tu vida, y sobre todo nos lanza la pregunta de ¿somos honestos cuando decidimos algo?, porque eso es crucial”. “Así es -apostilla Antonio-, nos gustaría que el público saliese de la sala y recapacitara sobre sus vidas de forma honesta. ¿Están realmente viviendo como deseaban vivir, haciendo lo que querían hacer, compartiendo su vida con la persona correcta?”, nada más y nada menos. Suena intenso pero hay que hacerlo, no es momento de achicarse. Quizá con Magnolia seamos capaces de coger ese avión que nos cambie la vida, o quizá sea el momento de sonreír para nuestros adentros sabiendo que estamos en el lugar correcto, donde siempre quisimos estar.

 

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