“Los bebés están en una fase diferente de entendimiento”

 

Los más de 50 años de trayectoria han convertido a Cesc Gelabert en una de las figuras más influyentes de la danza contemporánea española. Ahora, el Ciclo Bailas, Baby? le ha propuesto, como ya hizo con Luz Arcas en marzo y hará próximamente con Jesús Rubio, un sugerente reto: montar una pieza en Espacio Abierto para unos espectadores muy exigentes que tienen menos de 5 años. Será en CESC GELABERT… AL DESCUBIERTO los días 4 y 5 de junio.

 

La alegría como motor del movimiento

 

Por David Hinarejos

Foto de portada: Ramón Eguiguren

 

Con una trayectoria tan impresionante como la tuya, ¿qué te impulsa a sumergirte en esta aventura que te ha propuesto Espacio Abierto?

La verdad es que estoy en un momento de mi vida que ya solo hago cosas por gusto o porque me atraigan por algún motivo. Esto es algo que no he hecho nunca, sí había dado clases a jóvenes y a lo largo de mi trayectoria he tenido todo tipo de públicos, pero hacer una coreografía para estas edades es un auténtico reto y me hace especial ilusión.

 

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Cesc Gelabert. Foto: Ros Ribas.

¿Crees que habrá mucha diferencia con el trabajo realizado con jóvenes?

Lo primero que tengo que decir es que a los bebés o los niños y niñas pequeños hay que tratarlos como a cualquier otro público, solo están en una fase diferente de entendimiento. Por eso tus mensajes formales deben ser más directos y los movimientos, aunque abstractos deben tener un tono fresco y cierta claridad. Siempre sin abandonar la idea de que es un espectáculo de danza y no tiene una narrativa formal como tal.

 

¿Al estar en esa fase, donde perciben todo de una forma más pura, sin prejuicios y sin tratar de racionalizarlo todo, están más preparados para disfrutar de un arte como la danza?

Se encuentran en una situación más directa para percibir algo como la danza, que tiene un elemento que va a la esencia, de conectar con el ritmo, algo que está presente al ver un perro correr o ver una ola del mar que llega, que es como descubrir la energía del mundo. Por falta de familiaridad, a veces, queremos aproximarnos a la danza desde lugares erróneos. Por ejemplo, yo me levanto por la mañana, veo a mi mujer y no le pregunto: “¿Qué significas?”. Tampoco lo hago con un vino o con el mar. Y, sin embargo, son y significan muchas cosas. Lo que quiero decir es que la danza esconde una riqueza inmensa y solo familiarizándonos con ella o teniendo la capacidad de dejar la mente y los sentidos abiertos a la experiencia, sin más, conseguimos percibirla completamente. Por eso, he comentado en muchas ocasiones que el público ideal para la danza sería o ser Baryshnikov o un niño que no ha visto nunca nada igual. Ahora, voy a ver si me tengo que tragar mis palabras (risas).

 

¿Nos puedes adelantar algo de lo que estás montando para estas funciones?

Estoy preparando un solo en el que, aunque mantengo la pureza del movimiento, estoy introduciendo cierto material para que tenga variedad, ritmo, color y alegría. Lo que no voy a hacer es meter elementos audiovisuales. Para la puesta en escena voy a colaborar con una tienda de flores de una chica que fue bailarina de nuestra compañía. Utilizaré este elemento en algunos momentos, por ejemplo me estoy fabricando una especie de caparazón hecho de flores para una de las secciones. Además, servirán para interactuar con ellos y ellas. Sin embargo, si esto va a funcionar o no, solo lo sabré cuando lo ponga en escena. Por ahora, lo único que puedo hacer es tirar de la sabiduría acumulada en todos estos años y guiarme por lo que me dice la intuición.

 

Entiendo que la elección de la música también es muy importante en este caso.

Sí, por eso voy a utilizar varias piezas. La parte más importante la he rescatado de una partitura muy divertida de un antiguo trabajo mío llamado El jardinero, que nos compuso el compositor chileno Carlos Miranda. Aparte, también utilizaré músicas de Erik Satie y, si me dan los permisos, de otro compositor muy conocido, pero eso todavía no puedo anunciarlo. Todas expresan esa alegría que buscamos, pero no el sentido de alocadas.

 

Una parte fundamental de lo que el Ciclo Bailas, Baby? propone a los coreógrafos invitados es que los bebés tienen que acabar participando de la pieza. ¿Es lo que más te preocupa?

La idea es que la parte fundamental sea conmigo bailando y luego a partir de lo que han visto intentar integrarlos en el baile haciendo una especie de rúa. De todas formas, si algo me ha enseñado esta profesión es que hay que ir sintiendo al público en todo momento e ir respondiendo sobre la marcha a lo que te va transmitiendo. Al final, tú llevas tu receta, que es la coreografía, la cocinas de una forma u otra dependiendo del contexto y para quién la realices, pero no es hasta que el comensal prueba el plato cuando sabes si has acertado o no, y ahí la experiencia te permite corregir el sabor ligeramente.

 

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Luz Arcas durante la coreografía que montó para el Ciclo Baila, baby? en mazo de 2022.

 

Estuviste en octubre con Framing Time en Teatros del Canal, ¿Alguna otra fecha próxima?

No, esto fue una pieza que estrené en New York en su momento para la compañía White Oak Dance Project, fundada por Mijaíl Baryshnikov y Mark Morris, y surgió la oportunidad de mostrarla aquí. Ya solo realizo cosas especiales y puntuales y, por supuesto ya no quiero producir, han sido muchos años junto a mi mujer realizando un esfuerzo titánico por dignificar nuestra profesión, pero llega un momento en que ya no tienes ese ímpetu. En nuestro país, la danza sobrevive porque hay mucha gente que pone toda su ilusión en ello, pero la realidad es muy frágil.

 

 

¿Esa fragilidad que comentas es por la falta de presencia, por ejemplo, en los planes de educación?

Precisamente la semana que viene doy una clase a un claustro de profesores en una escuela que apuesta por una educación más abierta. A mí, me gustaría que estas formas de conocimiento que incluyen el cuerpo, la emoción y la mente estuvieran presentes en el núcleo duro de la educación y del trabajo. Cómo vas a comprender trigonometría si no tienes consciencia del espacio y del propio cuerpo, cómo vas a aprender lengua si no sabes interpretar y hacer teatro…

 

¿Qué es la danza para ti?

Para mí, bailar es habitar el cuerpo con la emoción y la mente, y eso estamos condenados todos a hacerlo durante toda nuestra vida. El movimiento que yo hago tiene valor si está lleno de palabras, en el caso de la danza lo que pasa es que están veladas. Y se convierte en arte, en mi opinión, cuando es para el que lo ejecuta y el que lo recibe como un sueño compartido y en estado de vigilia.

 

Y además en Espacio Abierto en junio…

Podremos disfrutar de la propuesta de teatro de objetos y multimedia para niños a partir de 7 años que propone Lovo (11 y 12 de junio), de Teatro Lafauna. También, regresa Mundo Quinta para mostrar el 25 y 26 de junio el nuevo montaje resultado de su cuarta edición, ¿Me quieres alfileres?. El proyecto anual de creación escénica con adolescentes de Espacio Abierto, con la dirección artística de Cross Border Project, utiliza en esta ocasión la técnica de teatro documental verbatim para trasladar al escenario las entrevistas realizadas a personas de diferentes generaciones sobre las relaciones significativas de sus vidas.

 

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