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Enamorarse del Siglo de Oro en nuestros días

“Nos apoyamos en los clásicos para interpretar nuestros tiempos”

 

Borja Rodríguez es el alma de MIC Producciones, compañía que desde su concepción ha querido resignificar el concepto del Siglo de Oro yendo a su esencia desde una mirada contemporánea.

Ahora estrenan El amor enamorado, un texto de Lope de Vega en el que han encontrado una conexión directa con nuestros días y con el que realizarán paradas en el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro – Clásicos en Alcalá, 11 de junio; el Festival de Teatro Clásico de Cáceres,19 de junio; y el Festival de Teatro Clásico de Almagro, 22 y 23 de julio.

 

La cara b de los clásicos

 

Por José Antonio Alba

Foto de portada Javier Naval

 

Es el día de la presentación de la nueva edición del Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid -el Clásicos en Alcalá de toda la vida para los más despistados-. Una cita que cuenta con el estreno absoluto de El amor enamorado de Lope de Vega en versión de MIC Producciones. Un espectáculo dirigido por Borja Rodríguez, con adaptación de Fernando Sansegundo y con la participación de Teté Delgado en un elenco en el que además encontramos a Rafa Núñez, Juan de Vera, Raquel Nogueira, Anabel Maurín, Abraham Arenas, Alba Cuartero y Rubén Casteiva. Mientras el resto de compañías programadas brindan, nos escapamos con Borja y nos parapetamos en uno de los palcos del bellísimo Corral de Comedias de Alcalá para charlar sobre el estreno de esta nueva producción.

Para romper el hielo, le pregunto por los orígenes y el sello de esta compañía que ya cuenta con un buen ramillete de espectáculos y Borja no se lo piensa dos veces definiéndola como la “Cara B” de las compañías que se dedican a poner en escena el repertorio clásico. “MIC me recuerda un poco a los elepés, como cuando comprábamos vinilos -dice el director-. Las canciones de la cara B siempre han molado mucho más que las de la cara A”, se ríe y me explica que a ellos siempre les ha gustado considerarse así en un intento por “huir de lo que ya se ha dicho”, ya sea con las propuestas dedicadas al Siglo de Oro como con los espectáculos dedicados a la infancia, otro de los palos que suelen tocar con la compañía.

Esta filosofía ya la han puesto de manifiesto con su versión del Don Juan Tenorio, la puesta en escena de Pícaros o la más reciente y exitosa producción, La viuda valenciana, títulos clásicos que han marcado su trayectoria y que, como me señala Borja, les sirven para “jugar con la profundidad de las cosas” desde un punto alejado del hiperrealismo. “Los clásicos nos hacen descubrir posibilidades en la realidad y sus personajes juegan en una profundidad que la vida real no nos da. Hay mucha más vida en un minuto de teatro que muchas horas de la calle. El clásico nos ofrece ir a la raíz de las cosas, profundiza y a partir de ahí, divertir, que no es lo mismo que entretener”. Y aquí su rostro risueño muda a un rictus más serio para explicar la diferencia que él entiende entre la diversión y el entretenimiento. “Entretener es un verbo que me parece horroroso cuando se lleva a la cultura, yo siempre prefiero diversión y los clásicos nos ofrecen esta posibilidad. Entretener es como entretallar y nadie quiere enmarañarse; sin embargo, divertir se parece más a diversificar, que lo que hace es modificarte y eso es lo que tiene que hacer el cine o el teatro”.

 

Enamorarse del Siglo de Oro en nuestros días en Madrid
La compañía MIC Producciones estrena El amor enamorado de Lope de Vega. Foto de Javier Naval.

 

¿Qué te ha llevado a elegir El amor enamorado como el nuevo espectáculo de la compañía?

Era un texto que descubrí hace siete años, pero hasta que no nos ha tocado personalmente a nosotros, no lo he sacado del cajón. Es una función hermosísima. Habla sobre un pueblo que tiene que unirse para matar un bicho que está acabando con ellos. Si te das cuenta, habla de nuestra realidad más reciente, de nuestra actualidad, podríamos decir que habla del coronavirus.

 

La versión, firmada por Fernando Sansegundo, está ambientada en la Galicia de principios del siglo pasado. ¿Por qué ese tiempo y ese lugar para este Lope?

La obra original sucede en Arcadia, una función donde conviven dioses, ninfas y hombres, tres estamentos muy marcados. Y yo pensé: “¿Qué lugar de España podría ser en el que sucediera esto?” ¡Pues la Galicia mágica! A este binomio vino una tercera pata que es el cine de José Luis Cuerda y la literatura de Wenceslao Fernández Flores, con El bosque animado. Todo ello lo metí en una coctelera y se lo propuse a Fernando Sansegundo, él respondió dándonos esta rara avis en la que una de las piezas fundamentales será la sorpresa. Para mí, si el teatro pierde esa pieza, se nos caen todas las demás, así que estamos obligados gustosamente a sorprendernos. La mano maestra de Fernando ha revisado y resignificado un montón de cosas en la función para entenderla. Es algo que hacemos mucho en MIC: nos apoyamos en aquellos tiempos para interpretar el nuestro, que es la función vital de los clásicos, y dentro de esta función está.

 

¿Por qué la calificas El amor enamorado como rara avis?

Por lo especial que tiene de dioses enamorados y ninfas conviviendo con humanos. Pero también por lo que nos toca; nos toca Galicia, que tenemos perfectamente retratada, por lo mágico, lo especial. De hecho, el espectáculo empieza de una manera que no nos esperaríamos nunca de una función firmada por Lope de Vega, pero que después del primer momento de extrañeza, las piezas encajarán perfectamente.

 

El amor enamorado, con las celebraciones, los enredos amorosos y los seres mitológicos recuerda bastante al ambiente de Sueño de una noche de verano, ¿dónde coincide y en qué puntos se diferencia?

Tienen muchos puntos de conexión porque tanto Shakespeare como Lope bebían de los mismos referentes, a través del italiano Mateo Badello, por eso está la versión de Romeo y Julieta, y la de Castelvines y Monteses, o La Veneciana y La viuda valenciana. Pero lo que diferencia a Lope es cómo maneja la comedia, la posibilidad de lo gamberro, de lo canalla, que está siempre presente, pero con todo el rigor. Nos da muchas posibilidades y mucho juego dramático en escena. Esto a nosotros nos hace mucha gracia y, como compañía, vamos a por ello desbocados. La alteridad con la que trabaja los personajes, el toque mitológico, que en Shakespeare no se da.

 

Enamorarse del Siglo de Oro en nuestros días en Madrid
Escena de El amor enamorado de Mic Producciones.

 

La función muestra unas divinidades con los defectos humanos, pero posicionados por encima de ellos. Juegan con los hombres y las mujeres, los manipulan y, cuando ven que han metido la pata se desentienden, siendo los propios seres humanos quienes tienen que solucionarlo… Esto nos recuerda, en cierta manera, a nuestra clase política.

Antropológicamente habla de un pueblo que tiene que unirse y de las gestiones de poder en ese salvarse; de cómo los poderosos afrontan la situación y de cómo al final es el pueblo llano el que tiene que coger las riendas de este caballo para salir adelante. Y Lope, que era muy ratón, muy listo, se sirve de una gran comedia para tratarlo.

Uno de los personajes de la función dice al final de la función “¿Qué sería de vosotros, dioses, sin nosotros?” porque, claro, parece que ellos nos tienen a nosotros cogidos, pero somos nosotros los que podríamos tenerles a ellos. Es la historia de la humanidad, fíjate ahora mismo, desgraciadamente es una sola persona la que nos tiene a todos cogidos por el cuello, y también se puede ver así.

 

Sirviéndose de los asuntos amorosos, también hay algo de llamamiento a tomar las riendas de nuestros propios asuntos.

La razón es antropológica, y de nosotros como tribu, como conjunto es una llamada, una celebración para decir que nosotros somos los que tenemos las riendas, que no es el poderoso.

 

E incluso sale a colación el acoso…

Sí, a través del mito de Dafne y Apolo. Siempre lo hemos visto como algo bello y estilizado y aquí realmente es una machada que nos da la ocasión de decir: “No, esto es acoso de verdad”. Pero no lo decimos nosotros en el siglo XXI, esto ya lo decía Lope. Y en esta función se ve como un auténtico acoso. También nos da la oportunidad de resignificar el mito de Venus, por eso tenemos a Teté Delgado, utilizamos a una maestrea de la comedia como ella y nos vamos al origen de todo de la manera más cachonda, porque esta Venus que no es una Barbie, es la Venus de Willendorf.

 

Lope escribía para un público popular, ¿crees que en el s. XXI se percibe igual? ¿de qué manera MIC hace por recuperar esa esencia?

Dentro de esta concepción conservadora que posee este tipo de teatro en la actualidad, existen una especie de rock & roll que hará que venga el público joven al teatro. Yo creo que estamos hartos de un teatro que nunca iríamos a ver, pero es que si encima hacemos el teatro que nunca iríamos a ver, estamos condenados a muerte. Por eso nosotros estamos haciendo el teatro que iríamos a ver. La gente joven va a flipar con El amor enamorado.

 

El espectáculo original está concebido para ser representado al aire libre y con gran aparataje escénico, de hecho, estaba pensando para hacerse en el madrileño Parque del Retiro, ¿cómo es la puesta en escena que habéis ideado?

La escenografía es muy sencilla. Es casi minimalista. Nunca saldremos de un bosque. ¿Qué pasa en esta disyuntiva? Pues que apelamos a la imaginación, vamos a estar delante de la conceptualización de un bosque, como un montón de trucos escenográficos. Cada una de las escenas tiene su sorpresa o su truco, jugarán los signos clásicos con un montón de elementos contemporáneos y, esta mezcla, es la que nos llevará a la imaginación todo el rato, todo es un reclamo para los sentidos. A mí lo que más me preocupa es que la pelota siempre esté arriba. Y lo conseguimos con toda esta excitación de los sentidos.

 

¿Dónde encuentras el reto y el placer con esta pieza?

Lo más placentero, que es mi consigna principal, es divertirme trabajando ¡Lloro de la risa con las notas! Donde está la clave es en el equipo de gente, intentando salir mejor de lo que entramos. Nos hemos convertido en los aldeanos que se juntan para contar esta historia. Lo que estamos intentando es unir las particularidades de cada uno con el equipo creativo. Es una apuesta muy diferente, y ver que está encajando es lo más placentero. Es un poco el sueño que tenemos todos los creadores de formar compañía, formar un núcleo de creativos, y buscar las excepcionalidades que requiere la pieza.

 

Enamorarse del Siglo de Oro en nuestros días en Madrid
Parte del elenco de El amor enamorado de Lope de Vega en versión de MIC Producciones.

 

Imagino que esas excepcionalidades son esa ‘Cara B’ de la que me hablabas al comienzo, ¿no?

Así es, tenemos entre manos una gran comedia poliédrica. Hay canto, hay lucha, hay magia en escena, ¡incluso hay artes marciales! ¿Cuándo íbamos a pensar que íbamos a encontrar esto en un Lope? Pues encaja perfectamente. Es una función muy difícil de hacer y este equipo lo está haciendo muy fácil. Son gente que controlan el verso, la danza, la esgrima… Juanjo Llorens me dijo en un momento de los ensayos que estaba rodeado de virtuosos.

 

Se estrena en el Festival Clásicos en Alcalá, pasará por Almagro, por Cáceres, festivales que son toda una celebración de este tipo de teatro, pero ¿en qué estado está el teatro clásico? ¿cómo lo recibe el público actual?

Lo veo bien, está en constante evolución. Nos tenemos que adecuar a una nueva manera de hacer las cosas, de contar, sirviéndonos de las plataformas, de los medios. Hay que moverse, no dejarnos estar y sentir que estamos más vivos que nunca, de estos momentos es de donde surgen las nuevas tendencias, los lenguajes, las nuevas formas de contar las cosas.

Lo que me gustaría es que todos fuésemos dejando nuestro ego a un lado y que cada día viviésemos para levantar una historia, no para vernos encima de un escenario exhibiéndonos, sino para levantar algo en común. Y creo que eso se está produciendo. Tenemos que interpretar los textos clásicos, no reconstruirlos, para que no mueran.

 

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