Llega a Naves del Español -Del 9 de diciembre al 16 de enero- La infamia, una propuesta de teatro documental basado en la historia de la periodista mexicana Lydia Cacho que contará con las actrices Marta Nieto y Marina Salas. Ellas compartirán personaje, pero no escenario, en este monólogo que cuenta con la dirección de José Martret.

A él ha sido a quien hemos pedido que nos hablara sobre este proyecto desde su perspectiva, que nos contara las sensaciones que ha vivido durante el proceso de creación junto a la propia Lydia Cacho y de qué manera lo ha transformado.

 

Ellos son menos

 

Por José Martret

Foto portada: María La Cartelera

 

Lydia nos acompaña en los ensayos y nos cuenta no sólo como sufrió un secuestro “legal” y la torturaron durante más de 24 horas sino también quién es la gente con la que trabaja, cómo ha intentado salvar a compañeros periodistas de amenazas de muerte, cómo capacita a mujeres afganas para trabajar y sobrevivir, cómo eran las visitas a los cinturones de pobreza de México donde su madre, junto a otros activistas, iban a dar herramientas de mejora y supervivencia a las familias; o cómo es vivir amenazada por los narcos, por políticos y por empresarios multimillonarios corruptos… También hay momentos en los que se cansa de hablar de tragedias y necesita bromear y hacernos reír.

Conocí a Lydia Cacho en la presentación de su libro Ellos hablan en Madrid, un estudio sobre la génesis del machismo y la violencia de género. La siguiente vez que nos vimos me regaló su libro Memorias de una infamia, una crónica sobre el secuestro que sufrió a manos de la policía del Estado de Puebla en México. Para mí Lydia es una fuerza de la naturaleza, una mujer brava con un mix de sangre portuguesa, francesa y mexicana que ha luchado toda su vida por la defensa de los Derechos Humanos. El proyecto de La infamia surge tras la lectura de esas memorias. En ese momento se generó en mí la necesidad de darle un altavoz a esa historia y a su protagonista, no solo para darlas a conocer sino para demostrar que la denuncia y la lucha son necesarias, que podemos unir fuerzas y luchar contra los corruptos, los pedófilos, los tratantes de seres humanos… que como dice Lydia: «Ellos son menos».

 

En palabras de... José Martret en Madrid
Marta Nieto en La infamia. Foto de María La Cartelera.

 

Desde el primer momento que Lydia leyó la versión teatral y la propuesta escénica que le mandé, aceptó su puesta en marcha y se implicó al cien por cien con el proyecto. Trabajar a diario con ella me ha hecho replantearme muchas cosas; una de ellas mi compromiso social. Yo siempre pensé que era una persona comprometida y combativa ante la injusticia, pero desde que he conocido a Lydia y he visto todo lo que ha conseguido durante sus años de lucha, me he dado cuenta que he escatimado en esfuerzos… Siento que me acomodé en el papel de víctima, que el haber sufrido bullying durante toda mi pre-adolescencia y adolescencia me colocó en ese lugar; siempre esperando que llegue alguien con más fuerza a salvarme… Ante los ataques nunca fui capaz de defenderme, al contrario, deseaba con todas mis fuerzas ser invisible o desaparecer.

 

En La infamia hablamos de lucha, de activismo y del papel del activista, una figura que siento que debemos reivindicar más, valorar más y apoyar mucho más. También se habla de justicia, de corrupción, del compromiso, de la verdad, de la mujer, de los derechos del niño, de la sanación ante las agresiones, de la protección de las víctimas, de la función de la prensa y la importancia de crear equipos sólidos. Todas estas ideas atraviesan la función así que, ponerla en pie, se transformó en algo necesario e inevitable.

 

En palabras de... José Martret en Madrid
Marina Salas en La infamia. Foto de María La Cartelera.

 

Hemos vivido un doble proceso creativo, hemos trabajado en paralelo con dos actrices: Marta Nieto y Marina Salas. Las dos interpretarán a Lydia en el Teatro Español en diferentes días, compartirán el personaje, pero no el escenario, porque de una manera u otra #TodasSomosLydiaCacho. La historia de Lydia sucede en México, pero no hemos buscado una actriz mexicana ni hemos buscado ningún tipo de acento porque el secuestro y asesinato de periodistas que luchan contra la corrupción es algo que se da en cualquier parte del mundo. Compañeras de profesión de Lydia han desaparecido en Rusia, Afganistán, Siria, Colombia… esta es una manera de darle voz a todas ellas. Es una historia universal y hemos huido del artificio, ponemos el foco en la verdad y en la organicidad de la historia y de la actriz que la representa. Marta y Marina van a sacar a su mujer más combativa y la van a llevar al límite de sus fuerzas para contarnos la tortura que, durante más de 24 horas, sufrió Lydia y que tenía como finalidad matarla y hacer desaparecer su cuerpo.

Para contar la historia he decidido unir a la narrativa teatral una doble narrativa cinematográfica: una más cercana al thriller y la otra al documental. Una operadora estará con su cámara sobre el escenario para darnos en todo momento un plano de la actriz que se proyectará en una gran pantalla. Por un lado viviremos el secuestro en presente y por otro, gracias a los recursos del documental, conoceremos su pasado: quién es Lydia Cacho y porqué fue secuestrada. El espectador decidirá en qué momentos fija su mirada en el escenario y en qué momentos la fija en la pantalla creando su propia narrativa.

 

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