“El público y yo, lloramos y reímos juntos”

 

Magüi Mira volverá a ser Molly Bloom del 13 de enero hasta el 6 de febrero en el Teatro Quique San Francisco. Esta coproducción de Mirandez Producciones y Pentación Espectáculos recupera el texto clásico del último capítulo del Ulises de James Joyce que también ha dirigido la propia Magüi Mira en una versión realizada junto a Marta Torres.

 

Magüi Mira vuelve a ser Molly Bloom

 

Por Javier López

 

Molly Bloom es el personaje de ficción escrito por James Joyce en el último capítulo de su Ulises. Un texto de 24.000 palabras publicado en 1922 que revolucionó la concepción de la figura de la mujer en la sociedad.

Magüi Mira ya trasladó este texto narrativo al teatro en 1980, justo cuando tenía treinta y cinco años, pero que, según ella, no llegó a entender como lo entiende ahora: «El personaje no ha evolucionado absolutamente nada, lo que ha cambiado en todos estos años ha sido el país y yo. El paisaje es otro. Son las mismas palabras, pero a mi me generan otro humor y otro compromiso distinto al de entonces».

Entre 2004 y 2006 volvió a retomar este personaje en una etapa de madurez y defendía el sexo en mujeres de sesenta años, pero no fue hasta hace tres años cuando, de casualidad, se topó con unas grabaciones de su primera Molly Bloom y decidió que tenía que volver a llevarla a escena. Y es ahora, justo cien años después de su publicación, cuando vuelve a subirse a las tablas defendiendo a un personaje que le ha dado tanto. Le trasladó la idea a Marta Torres, y juntas hicieron una dramaturgia donde tuvieron que dejar de lado 17.000 de esas palabras que James Joyce escribió. Habla de su compañera con mucho respeto y admiración y, sobre todo, en sus ojos se transmite la felicidad de poder haber llevado a cabo esta idea y estar disfrutándola tanto: «Hemos sufrido mucho haciendo está versión, pero ha sido un viaje muy interesante, yo estoy muy satisfecha y la complicidad entre las dos ha sido inmediata».

 

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Magüi Mira es la protagonista de Molly Bloom

 

Ahora, el escenario lo llena ella sola junto a una cama que se dobla por la mitad. La simplicidad y la fuerza de la puesta en escena hace -quizá- que la relación con el espectador sea más fuerte que nunca.

«De las tres veces que lo he hecho me quedaría con esta etapa, indudablemente -confiesa la actriz en el encuentro que mantuvo con Godot- Siempre ha habido una gran conexión con el público, pero la que hay ahora es incomparable. El entusiasmo que ahora recibo en chicas jóvenes y mujeres maduras por la cohesión y la identificación que crea es brutal. Es como si encontrara algo que les diera paz. Yo ahora veo entusiasmo con el público y conmigo, lloramos y reímos juntos. En Málaga, hace unos días, estaba el teatro abarrotado, fue acabar y todo el público se puso en pie. Es la primera vez en mi carrera que percibo esa sensación tan fuerte de entusiasmo». Y tras más de setenta montajes a sus espaldas, eso es mucho decir.

La mirada de Magüi denota que, a pesar de su experiencia y su talento, los nervios están a flor de piel, porque, sin duda, este viaje, es uno de los más intensos de su carrera. Una especie de vuelta a los orígenes después de muchos años donde tu hogar está intacto, pero tú ya eres otra persona completamente diferente.

En cuanto a la necesidad de contar esta historia en pleno 2022, la actriz y directora confiesa que «es un gozo y un divertimento que siempre alimenta y es sanador. También, es una forma de acercar una obra maestra de la literatura a tanta gente que no la leerá nunca porque el Ulises no se lee, el Ulises se navega. Pero, sobre todo, es para decir: ‘hay que espabilar un poco, que han pasado cien años…’. Este es un viaje que va hacia el centro neurológico de la educación sexual, que tanta falta hace. La cultura sexual es muy pobre también porque está sujeta a una ley de una sociedad patriarcal donde el poder lo tiene el hombre y la mujer es un objeto sexual».

Esta pieza, que no dejará indiferente al espectador tendrá la capacidad de emocionar y sorprender a pesar de su longevidad, porque lo interesante de Molly Bloom es poder poner a la sociedad delante de un espejo y valorar cuánto hemos aprendido y evolucionado.

 

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