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Doble estreno de Andrés Lima en Madrid

“Allende fue un político lúcido y humanista, uno de los más grandes.

Por eso lo mataron”

 

Por Álvaro Vicente / @AlvaroMajer

 

El que fuera director de la mítica compañía Animalario vuelve a la cartelera madrileña este mes por partida doble y en dos registros muy distintos. En el Centro Dramático Nacional estrena una obra de alto voltaje histórico-político, Shock. El cóndor y el puma. Y en el Teatro Bellas Artes una pieza muy ligada al feminismo, La vuelta de Nora. Una baja a las cloacas del neoliberalismo. La otra, a las del machismo.

 

Empecemos por La vuelta de Nora, una especie de continuación o segunda parte de Casa de muñecas, de Ibsen, firmada por Lucas Hnath y donde diriges a un reparto de gran solvencia comandado por Aitana Sánchez-Gijón, a la que acompañan en escena Roberto Enríquez, María Isabel Díaz Lago y Elena Rivera. ¿Qué te interesó de este texto?

Me habló de esta obra Aitana Sánchez-Gijón y dada nuestra complicidad de montajes anteriores, eso ya me alertó, a ella le gustaba mucho y quería hacerla, con lo cual algo bueno tenía, seguro. Y efectivamente, la leí y me gustó. Me gustó primero porque el reflejo que uno tiene cuando lees “segunda parte de Casa de muñecas” es pensar que es demasiada arrogancia utilizar así el título de un clásico. Pero después me di cuenta de que es una estrategia, más que un título: el autor quiere llamar la atención sobre la posición de la mujer en el siglo XXI y toma como ejemplo uno de los símbolos del feminismo que es Nora. Hace una pirueta dramática que es situar la acción 15 años después del famoso portazo, de cuando ella se va de su casa. Poco a poco te vas dando cuenta, porque es una función muy dialéctica, que todo el rato hay razones de un lado y de otro, de Torvald, de su hija, que ya es una joven de 17 años, incluso del lado del ama de cría, Anne Marie. Son conversaciones donde se exponen pros y contras sobre el problema de una mujer que ha abandonado el hogar, teóricamente. El autor poco a poco va actualizando el lenguaje y va colocando los conflictos que ya había a finales del siglo XIX como contemporáneos, porque realmente siguen existiendo. Nora vuelve 15 años más tarde pero realmente la puesta en escena, desde el texto, es como si volviera 150 años más tarde y se encontrara con que la situación no ha cambiado tanto como era de esperar.

 

Doble estreno de Andrés Lima en Madrid en Madrid

 

Vamos con Shock. Con textos tuyos, y de Albert Boronat, Juan Cavestany y Juan Mayorga, se construye este fresco teatral, político y documental a partir del ensayo de Naomi Klein La doctrina del shock. En escena, otro reparto de lujo conformado por María Morales, Ramón Barea, Ernesto Alterio, Juan Vinuesa, Paco Ochoa y Natalia Hernández. El tema, los hilos que mueven el neoliberalismo y la doctrina del shock que esgrimió Naomi Klein en su libro, que se empezó a aplicar políticamente en los golpes de estado de Chile y Argentina en los 70, te viene interesando bastante tiempo. Ya estaba hace 6 o 7 años en aquella pieza que hicisteis en el Price, Capitalismo: hazles reír. ¿Este montaje de ahora es el final de un ciclo o una parada más en un camino que se sigue andando?

Se sigue andando. Desde que tenía 12 años, que me compré el disco de Víctor Jara La población, antes del golpe de estado de Pinochet, fíjate, me siento unido sentimental y emocionalmente a Chile. Nunca he estado en Santiago, sin embargo, mi crecimiento, mi adolescencia, está de alguna forma unida al golpe, a las consecuencias del golpe y a la solidaridad que existió desde la izquierda en España hacia Chile. Y luego, más que nada, Salvador Allende siempre me ha parecido un personaje muy lúcido, un gran político, uno de los más grandes, con una visión además de futuro tremenda. Yo creo que por eso lo mataron, precisamente porque resultaban mucho más peligrosos todos sus planteamientos realistas sobre la igualdad. Es un político humanista. Su propia definición de la revolución sin fusiles habla por sí sola. Paradójicamente, como pasa tantas veces en la Historia, fue lo que le mató también. Sin embargo, creo que hay una propuesta de cómo ver el mundo, de cómo organizarnos los ciudadanos, que yo particularmente defiendo y me emociona, eso hay que tenerlo siempre claro. La otra razón fundamental, con mayor peso quizás, es que lo que quería desde hace tiempo es mirar a mi alrededor y observar qué participación tenemos nosotros en todos estos conflictos desde un sistema capitalista, desde el mundo en el que vivimos. No es nosotros y ellos, sino que nosotros estamos inmersos en el sistema que ellos crearon y tenemos la misma responsabilidad de seguir o no apoyando la sociedad de consumo.

 

¿Tenemos alguna posibilidad real hoy de ir contra este sistema mastodóntico?

Sí, día a día, no te digo que se vaya a acabar con él mañana ni pasado, pero creo que la única opción posible es estar, con lo que haces, con lo que dices, con lo que sueñas, estar avanzando en busca de eso que decía Allende: más temprano que tarde, algún día caminaremos por las grandes alamedas como ciudadanos libres. Pero más allá de eso, que es un deseo, lo que a mí me apetecía era analizar artísticamente y hacer una propuesta artística de todos los acontecimeintos que después de la Segunda Guerra Mundial dan lugar al avance inexorable del neoliberalismo hasta hoy. Esto lo resume muy bien Naomi Klein en La doctrina del shock y explica muy bien cómo el sistema, el dinero, utiliza la violencia para imponerse. Empieza con los primeros experimentos en el Cono Sur de América, con Chile, con Argentina, organizando la Operación Cóndor, etc., y todo orquestado por gente muy concreta de grandes empresas situadas en Estados Unidos muchas de ellas. Todo eso es una visión histórica de lo que pasó. Para eso hay libros, entrevistas, archivos… a mí me apetecía contarlo desde el teatro y que eso se transformara en sensación y emoción. Podemos haber oído muchas veces que fue un ataque, una consigna de guerra, el golpe de estado de Pinochet a Allende en el Palacio de la Moneda, pero yo quería saber qué pasaba ahí dentro y cómo se sentía eso desde el público, que el público empatizara con esa situación. Qué pasaba y qué se sentía dentro del Estadio Nacional de Chile a la espera de ser torturado. Qué pasaba en la Argentina durante el Mundial, cuando a escasos mil metros está la Escuela de la Armada Argentina, donde se torturaba a muchísima gente y desde donde se hizo desaparecer a un montón de ciudadanos argentinos…

 

Y Videla dando sus discursos de paz en la apertura del Mundial de Fútbol, sí…

Efectivamente. Y luego todo eso en el tiempo se perpetúa bajo la ceguera del mundo en general y de los que queremos vivir mejor y bien, una vez que muere la gente que han sido, digamos, los soldados de todo eso, cuando muere Pinochet, cuando muere Videla, cuando muere incluso Milton Friedman y los ideólogos, el sistema se sigue perpetuando. Hay varios hitos históricos que hablan de todo ello, como la entrevista de Margaret Thatcher cuando es denunciada por abogados españoles en Londres, y cómo se le protege. Y nos dejamos mil más, no podemos sacar a Ronald Reagan con todo mi pesar, pero sí que hay una visión para que se entienda la emoción que desprende todo eso que al fin y al cabo hemos estado y estamos construyendo entre todos.

 

Apelando a la responsabilidad que tenemos todos…

A la sensibilidad, yo no le pido cuentas a nadie ni soy quién para hacerlo, pero sí quiero que eso quede en la memoria teatral, que es la de la emoción.

 

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Podríamos decir que esta es una obra de teatro documental, basada en datos, en testimonios reales, en pasajes históricos… ¿cómo se llevan, según tu punto de vista, los datos con el teatro, con el espectáculo?

Sí, hay muchos datos. Es una ficción basada en la Historia, inspirada en el primer capítulo del libro de Naomi Klein, una obra basada en la realidad política y social de lo que ha sido el siglo XX. Pero por otro lado, no creo que haya teatro que no esté basado en la realidad. Yo quería hacer espectáculo con todo esto porque la mejor manera a veces de comprender las cosas es a través del arte, tanto la emoción como la evocación de las cosas nos ayudan mucho a entender y a empatizar sobre todo, que de eso se trata. Siempre he tenido muy claro que Shakespeare es quien inauguró esta línea de trabajo con todas sus crónicas de reyes, que no son más que crónicas de la época que vive. De alguna manera hay aquí algo shakespeariano, y algo trágico también, algo griego. La Historia ha sido trágica al fin y al cabo, sigue siéndolo, y creo que la tragedia contemporánea también pasa por la risa, por la ironía y por el sarcasmo, es algo que el eclecticismo del siglo XXI ha conseguido. Y luego hago uso del vídeo como contrapartida, porque es ahí donde yo puedo meter el dedo en la llaga documental, las imágenes en general, no todas, el uso de las imágenes en la función es documental, y cuando estás creyendo que estamos haciendo una farsa porque ves una entrevista entre Nixon y Elvis Prestley, que Elvis le dice que quiere ser agente del FBI, cuando parece que estamos siendo metafóricos o irónicos de repente aparecen las fotos de esa conversación, que fue real y ha transcrito Juan Cavestany.

 

Yo no conocía este episodio, como tantos otros, lo cual me hace plantearme que si supiéramos ciertas cosas, nuestra relación sentimental con determinados iconos de la historia y la cultura popular cambiaría mucho…

Sí, pero no deja de ser más que responsabilidad nuestra. Esto se sabe y miramos donde queremos mirar. El poder del dinero es muy inteligente y lleva muchos años perfeccionándose, tiene mucha experiencia. El sistema es capaz de asimilar cualquier cosa que revolucione un poco las artes o la política, es algo que causa miedo y terror, y muchas veces no lo queremos mirar. El otro día vi un autobús pasar con un anuncio de la exposición de Banksy con el eslogan ‘no te la puedes perder’, algo que él seguramente rechazaría, odiaría incluso. Pero ya está dentro. Sin embargo, mira tú por donde, el legado de Salvador Allende todavía no ha sido absorbido por el sistema, no ha sido fagocitado.

 

De aquellos barros, estos lodos… ¿Se puede trazar algún paralelismo entre lo que ocurrió en Chile o Argentina y lo que está pasando ahora con Venezuela… o aquí con el 15M, con Podemos?

Sí, evidentemente. Es tan siniestra la manera en que el nuevo liberalismo está llegando a todas partes a través de la violencia… no es casualidad que Vox hable del uso de las armas ahora, una cosa que nos suena a chino, hasta que nos deje de sonar a chino, porque se han empeñado en sacar ese tema de que necesitamos armas para defendernos. Ese es el discurso de Donald Trump. Y Donald Trump es uno de los representantes. No solo está él, en el mundo hay muchos, pero Estados Unidos es uno de los grandes impulsores de todo esto. Pero ahí tenemos a Bolsonaro en Brasil, en España no solo a Vox, el propio Pablo Casado se radicaliza. En general, y desde hace un tiempo, hay una radicalización hacia la derecha, yo diría que hacia el fascismo incluso, en el mundo, y eso es algo muy preocupante que habita en el ser humano y que hace que eso suceda. Esto, lo de Chile y Argentina, fue el primer brote en el siglo XX, con ese nombre, a parte por supuesto de la Segunda Guerra Mundial y Hitler, pero dentro del sistema capitalista, promovido por los que le habían ganado la Segunda Guerra Mundial al fascismo, aprendieron bien y saben utilizar sus maneras.

 

Y lo perfeccionan, a parte de que en Venezuela la cosa consiste, desde hace años, en sofocar un régimen, podría decirse, revolucionario, con sus luces y sus sombras, en Europa, a la mínima que pudiera preverse un ascenso de un movimiento de izquierdas, lo han acorralado y no han dejado siquiera que llegue al poder como llegó Allende, lo tienen muy perfeccionado esto.

Sí, pero no hay que desesperar, la intervención en Venezuela es clara, y si lo que produjeran fueran chicles ni saldría en las noticias, pero Europa, y América, tienen chance todavía de poder tener una respuesta ciudadana ante todo eso, despacio, poco a poco, pero no es algo inexorable, no es algo a lo que estemos condenados. Hay muchas cosas conseguidas y hay una respuesta democrática en muchos sitios que va a tener su efectividad. Espero que sea así en España.

 

Doble estreno de Andrés Lima en Madrid en Madrid

 

¿Qué papel tiene la cultura y el teatro en concreto frente a estas políticas neoliberales?

El teatro siempre ha estado frente a cualquier política que haya surgido, el teatro tiene la virtud de ser posiblemente una de las artes más asequibles, dos personas van por la calle, se besan, se pegan, y ya hay gente alrededor. El teatro tiene la obligación de representar lo que sucede, sea de una manera surrealista, absurda, romántica o combativa. El teatro siempre va a estar ahí acompañando nuestra civilización, y si nos acompaña bien mejor, y si nos meten en las cloacas, seguiremos en las cloacas.

 

La política cultural posibilita una obra como Shock, porque es una producción de un teatro público, o sea, está dentro de un sistema frente al que de alguna manera Shock nos está poniendo en alerta…

Y eso es una suerte, eso quiere decir que todavía esto no es una dictadura, eso quiere decir que no lo será, incluso nos da esperanza. Vivimos en un sistema con muchísimas faltas, pero donde tienes la oportunidad tienes la oportunidad de hacer Shock en el CDN sobre todo porque hay gente que quiere que así sea, que le gusta y que reconoce el talento artístico del proyecto. Hay que seguir en esa línea, intentar evitar dar pasos atrás. Eso depende de la acción política normalmente que exista en el poder, los que quieren acabar con la sanidad pública, el teatro público y la educación pública, pues evitarán que esto suceda, pero hay que intentar resistir.

 

El libro de Naomi Klein va más allá de la dictadura argentina. ¿Habrá más «shocks»?

Es muy difícil, ya sabes, hacer teatro en este país, pero en un principio yo quería abarcar el libro entero, porque es muy interesante cómo llega hasta Irak y cómo se van dando los diferentes shocks en China, en Rusia, en Sudáfrica y la Guerra de Irak, pero ya veremos, aunque cada capítulo habla de todo. Concretamente el hecho de poder asistir a una revisión o un fresco como el que estamos haciendo sobre el golpe de Pinochet y la dictadura en Argentina, creo que habla del todo. Ojalá que tenga tiempo y pueda hacer más shocks.

 

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