Beautiful stranger, el último proyecto de Ion Iraizoz y su reconocida compañía La Caja Flotante, es una comedia existencial sobre la identidad, la propia y la de los demás.

Gloria March, Juan Paños y el propio Ion Iraizoz dirigen esta pieza que reflexiona sobre la manera de acercarnos a nosotros mismos, a nuestras contradicciones y a nuestra propia condición humana.

Podrá verse en Nave 73 a partir del 3 de marzo.

 

Ion Iraizoz, creador de Beautiful stranger

 

Por Sergio Díaz

 

Aún recuerdo el día en el que tuve constancia de que era. No de quién era, simplemente de que era alguien. No recuerdo la fecha, claro, era muy pequeño, como un monete mirándose al espejo y dándose cuenta de que la imagen reflejada no era otro monete. Ese día, tras tantas miradas extrañadas al espejo del pasillo de mi casa, me di cuenta de que era yo. De que siempre era yo. Y pregunté por qué era yo y no otro. No recuerdo la respuesta. Ahora, muchos años despuées, sigo sabiendo que soy yo, pero lo que no sé es quién soy, porque al final sí que había varios monetes, todos los que habitan dentro de mí.

Sobre esta compleja cuestión de la identidad es sobre lo que va el último trabajo de Ion Iraizoz. Ion es el fundador de La Caja Flotante, una compañía que ha levantado proyectos tan interesantes como La esfera que nos contiene (2017) o Catástrofe (2019) y ahora aborda quizá su proyecto más personal. El propio creador e intérprete del montaje nos cuenta sus sensaciones a pocos días del estreno en Nave 73. “Beautiful stranger es quizá el montaje donde mas expuesto estoy. Al estar solo en escena, no hay escapatoria. Durante el proceso, he echado mucho menos tener a una persona a mi lado con la que compartir escenario, y eso creo que se ha reflejado en el resultado final”. Ion está solo sobre el escenario, pero se apoya en distintas técnicas dramatúrgicas como el storytelling, el vídeo en directo, o la vídeo creación para desarrollar su historia. Podríamos pensar que es por las circunstancias que tenemos ahora mismo, para poder  proponer su trabajo de una forma íntegramente online, pero Ion lleva ya tiempo experimentando. “Llevo varios años investigando y poniendo en pie dramaturgias que están fuera de lo que se suele definir como convencional. Catástrofe, el trabajo anterior que estrené en 2019 con mi compañía es un claro ejemplo de esto. Este montaje, lo hice en colaboración con otros creadores como Iñigo Rodríguez-Claro, Antonio Rojano, Mikele Urroz, Irene Ruiz y José Juan Rodríguez, y fue resultado del encuentro entre estas personas y de una investigación sobre la propia estructura de la ficción. Y ahora, Beautiful Stranger, de alguna manera, es una continuación de ese trabajo que llevo haciendo desde 2012. En relación al audiovisual también llevo varios montajes utilizando la video creación y el video en directo, no como un recurso puramente estético, sino como un elemento fundamental de la dramaturgia”.

 

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Ion Iraizoz, protagonista de ‘Beautiful stranger’

 

¿Quiénes somos?

Pero vamos al lío. El 21 de mayo de 2019, Ion Iraizoz celebró su 40 cumpleaños haciendo una fiesta/ performance. A partir de este hecho real, el actor tratará de reconstruir en Beautiful stranger lo que sucedió en ese cumpleaños a través de sus propios recuerdos. Quizás el hecho de cumplir 40 años sea un buen momento para reflexionar sobre quiénes somos, pero no parece que un número sea el punto de inflexión en este caso. “Los 40, aunque sea una fecha significativa, no es lo más importante aquí. Si pienso en el momento en que celebré ese cumpleaños, hay una parte de mí que me hace gracia y otra que me da vergüenza ajena. No volvería a hacer una fiesta como esa, creo. Elegí ese momento para crear la obra por algunas de las cosas que pasaron en la fiesta. Una de ellas, quizá la más importante, tiene que ver con el descubrimiento de un trabajo que escribió mi madre en la universidad cuando estaba embarazada de mí en el que ella se preguntaba por qué deseaba tener otro hijo. Y, por otra parte, mi fiesta de cumpleaños es solo un pretexto para generar ficciones y reflexionar sobre la relación con nosotros mismos a lo largo del tiempo”. Así que cumplir 40 años, la fiesta y hasta el propio Ion Iraizoz son simplemente excusas, vehículos para hablar de cosas a una escala mucho mayor, una escala en la que todos nos podemos sentir interpelados. “Cuando hablo de mí o de mi familia, prosigue Ion, no lo hago con la intención de contar mi vida, nada más lejos de la realidad. Mi intención es reflexionar sobre una serie de cuestiones que me resultan interesantes y este formato me permite hacerlo de una manera personal”.

Y una de estas cuestiones, quizá la fundamental es la identidad de cada una de nosotras. Pero ¿qué es la identidad? “Es una pregunta de difícil respuesta. La identidad es caprichosa, depende de circunstancias que uno no controla como la familia en la que naces, tu herencia genética o el nombre que te ponen. El azar juega una parte importante, pero al mismo tiempo, hay decisiones que uno toma a lo largo de la vida que también conforman tu identidad. Las personas que forman parte de tu vida, por ejemplo, son una parte importante. Hay una frase de Sartre que tengo escrita en el libreto que dice: Es solo ante la presencia del otro cuando el yo se manifiesta”.

Se manifiesta uno de nuestros ‘yos’, porque hay múltiples identidades que nos habitan y cada una de esas identidades tiene sus propias contradicciones. Yo soy yo y mis circunstancias. ¿Pero siempre soy el mismo yo? ¿Siempre son las mismas circunstancias? Creo que no, que nadie es unívoco. Tenemos varias identidades que usamos en función de quién sea nuestro interlocutor, porque no nos comportamos igual ni pensamos lo mismo en función de si nos relacionamos con nuestras amigas, pareja, padres e incluso con nosotras mismas. En el caso del creador que nos ocupa, sobre su multiplicidad, Ion nos comenta que “diría que habitan unos cuantos ‘Iones’ dentro de mí. Si pienso en cómo era hace unos años, hay una parte de mí que reconozco, pero como quien reconoce algo extraño que es ajeno a uno mismo. Incluso, en el día a día, hay partes de mí con las que convivo que no reconozco del todo”.

Eso es básicamente lo que nos ocurre a todos, ¿no? Y ese es el objetivo de esta comedia existencial autoficcionada, que descubramos todas esas identidades que habitan en nosotros, que seamos capaces de analizar todo nuestro espectro personal para conocernos y reconocernos al mirarnos al espejo. Para aceptarnos contradictorios y humanos.