Cargando...
«Hoy es un día más para todas estas personas. Vienen y van para atender sus ocupaciones. No saben que todo está a punto de cambiar, que sus vidas ya no volverán a ser las mismas, que muchos de ellos morirán».
Varsovia, finales de Agosto de 1939. El Primer Ministro polaco recibe dos visitas: la del embajador soviético, con quien mantiene sólidos vínculos amistosos; y la de una mujer Anna Danbroswski, a quien conoce desde niña, sobre el recuerdo la nostalgia de otro tiempo que se detuvo, dejando que la realidad idearía impusiera la ausencia. Sobre ellos se ciernen circunstancias muy adversas: la invasión de Polonia por Alemania es inminente. ¿Hay resquicio para la esperanza? Sólo queda confiar en que siempre habrá buenas personas que sabrán adoptar la decisión correcta.
Hablamos de Polonia y de Alemania en 1939, podría ser ahora Ucrania, Rusia, Siria… y de todos aquellos pueblos cuya voluntad es secuestrada por las aspiraciones imperialistas de ambiciosos tiranos para quienes las pérdidas humanas sólo son ‘daños colaterales’.
«Hoy todo el mundo parece querer borrar las cicatrices del pasado, cuando deberíamos recordar lo que ocurrió para no repetirlo».
