No hay jazmines sin tomates, tiene como referencia la madrileña Verbena de San Antonio de la Florida, donde todas las mujeres casaderas acuden a la ermita y arrojan trece alfileres a la pila bautismal, número relacionado con el casamiento, las arras y el día de celebración. Las manos se introducen en el agua de la fuente y la cantidad de alfileres que quedan clavados en la palma corresponde a los novios o pretendientes que esa muchacha tendrá el próximo año. Tras sus orígenes en el s. XIX, esta práctica se ha modificado, como todas aquellas tradiciones que pretenden perdurar en el tiempo, sin embargo no todo lo que nos gustaría.
No hay jazmines sin tomates busca cuestionar los roles heteropatriarcales que existieron y existen en las fiestas populares y hacer una revisión del sistema estructural que los sostiene y potencia.
- Dramaturgia
- Beatriz del Monte
- Dirección
- Beatriz del Monte
- Compañía
- Malditas Lagartijas
- Interpretación
- Beatriz del Monte, Marcos Martincano, Teresa Garzón
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