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Vuelve este año a la programación la obra Los empeños de una casa de Sor Juana Inés de la Cruz, una autora adelantada a su tiempo, no ya por la perfección y belleza de su verso, de sobras conocido, sino por la maestría con que per la psicológicamente los personajes, especialmente los femeninos. Más aún cuando en sus obras son ellas las que asumen el protagonismo. Todo esto se cumple en Los empeños…, su obra más emblemática.
Esta casa es un laberinto, como también es un laberinto el amor, el desamor, el corazón del ser humano y la vida. Un laberinto al que invitamos a los espectadores a cruzar y preguntarse por los propios y ajenos laberintos que implica amar, ser hombre o mujer o simplemente mirarnos como seres humanos frente a la vida y la muerte.
La función presenta a Doña Ana de Arellano y su hermano Don Pedro quienes deben trasladarse a Toledo por razones de negocios. Juan de Vargas, enamorado de Doña Ana, sigue a la pareja hasta Toledo. Allí, sin embargo, Doña Ana cree enamorarse de Carlos de Olmedo, quien no le corresponde pues mantiene un romance con Doña Leonor de Castro, mujer a quien a su vez Don Pedro pretende.
Don Rodrigo, padre de Leonor, no aprueba la boda de su hija con Carlos, por lo que este y su amada planean escapase juntos. Ana se entera de lo ocurrido justo antes de que Don Carlos y su criado Castaño lleguen a su casa pidiendo auxilio en calidad de prófugos de la justicia.
La directora Pepa Gamboa, junto a Yayo Cáceres, rinden homenaje a la figura de la dramaturga Sor Juana Inés llevando a la escena su obra más emblemática, una comedia de enredos que se ha destacado como una de las piezas más importantes de la literatura hispanoamericana tardobarroca.
