La fiesta es aún peor de lo que esperaban, así que tanto Leyre como Diana abandonan pronto el reencuentro de su antigua promoción del instituto, al que ni siquiera saben por qué han acudido. Hartas de la explosión de nostalgia noventera y decididas a continuar la noche en cualquier otro sitio, ambas encuentran en la necesidad de compartir taxi una excusa para alejarse, al menos durante unas horas, de una vida a la que a veces les cuesta regresar. Dispuestas a beberse -metafórica y literalmente- la madrugada, las dos se dejan llevar por la ciudad en busca de algún deus ex machina que, a sus cuarenta y algo, les permita creer que el presente no está tan lejos del futuro idílico que les prometieron y que, cosas del éxito, se les sigue escapando.
Una road-movie, perdón, una road-play salvaje, honesta y canalla en la que dos mujeres en sus cuarenta y que no se conocen entre sí deciden huir de sus vidas durante una noche, dispuestas a arrasar con todo lo que se les ponga por delante, especialmente si se trata de obstáculos conocidos -hola, José María- y que no están dispuestas a que, esta vez, vuelvan a robarles su momento.
Una comedia ácida llena de ritmo, diálogos punzantes y momentos tanto de locura como de intimidad, que se plantea como un viaje tragicómico -que a veces nos lleva a las carreteras de Thelma y Louise y otras, a los espejos deformantes de Luces de Bohemia– en el que nos subimos al mismo taxi que las dos protagonistas para bajar con ellas a sus infiernos, sin que nunca sepamos qué situaciones nos esperan en la próxima escena ni de qué modo nos van a remover Leyre y Diana cuando nos demos cuenta de que, nos guste o no, también estamos ahí. Junto a sus dudas, su nostalgia tramposa y sus ganas de disfrutarlo todo. En ese lugar donde no sabemos si la vida es -o puede ser: sí, debería serlo- algo más que esto.
- Dramaturgia
- Nando López
- Dirección
- Eva Egido Leiva
- Interpretación
- Eva Egido Leiva, Rocío Vidal
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