Bernarda y Poncia (Silencio, nadie diga nada)

Una Bernarda nacida de la pandemia

La compañía Teatro Íntimo ha creado una pieza sobre una dramaturgia de la actriz Pilar Ávila quien también interpreta el papel de Bernarda. El texto, surgido del silencio extraño e inesperado del primer confinamiento al que nos obligó la pandemia, está impregnado de una serena mirada hacia el pasado. Han pasado 8 años de la muerte de Adela y el corazón de Bernarda se reconcilia con una vida que probablemente no es la que hubiera esperado. Domado ya el rigor de esta mujer otrora inflexible, se presenta ahora, no con menor resolución que cuando era la severa matriarca, pero con la comprensión que da la sabiduría del que tiene el camino ya todo andado.

A su lado, Poncia (Pilar Civera) recorre las doce horas de un día de verano en el que la mente de ambas vuela sin reproches al país del pasado para traer preguntas antiguas que se resolverán en el presente. Dos personajes inmensos arropados por dos grandes intérpretes que volverán a pasear por la casa de los Alba.

Bernarda y Poncia es teatro de base, de buen texto y de buenas interpretaciones. Un trabajo en el que se ha puesto mucho corazón y que ha dirigido con gran sabiduría y delicada atención al detalle Manuel Galiana