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Ana Rayo estrena ‘Despierta’ en el Teatro Español

 

«Yo creo que las familias que mejor funcionan son las que se sientan a debatir qué hacer»

 

Hablamos con Ana Rayo que pone en pie Despierta, su primer texto, interpretado por ella misma y con dirección de Natalia Menéndez que podremos ver en el Teatro Español hasta el 31 de octubre. Una pieza que aborda su historia familiar desde el enfoque de la relación que mantuvo con su madre.

En Despierta se expone la cultura machista en la que nos han educado y las múltiples diferencias que hay entre nacer mujer y nacer hombre. Y todo esto, que no deja de ser un drama, sin que le falte un ápice de humor.

 

Un viaje por la memoria y un homenaje a la madre

 

 

Por Ka Penichet

Foto de portada: Jesús Ugalde

 

¿Te has guardado algo o la pieza es un desnudo integral?

Hay cosas que no cuento porque en una historia familiar pasa de todo. Este texto, cuando Natalia Menéndez lo leyó por primera vez, tenía sesenta y pico páginas y para montarlo en el Español se han quedado en 35. Ya de por sí, el texto ha ido hacia un sitio, que es contar una historia y no cuarenta, todo lo que reforzaba esa historia se ha quedado en el texto y las que no tenían que ver con la historia principal se fueron cayendo.

 

¿Crees que deberíamos relacionarnos más, y mejor, con nuestro propio pasado?

Si tú no estás en paz con tu pasado, no hay futuro posible. Hay que enfrentarse no solo a tu propio pasado sino de las generaciones anteriores. Solo veo un futuro posible cuando te has hecho cargo de lo que te ha pasado, has podido resolverlo y puedes tirar para adelante limpio y realmente libre. Hay veces que uno se cree que está libre pero la educación que lleva ha sido programada para ser todo lo contrario a lo que realmente quiere. Tú tiras para un lado, pero tu inconsciente tira para otro. Yo hablo de toda la terapia que he hecho yo y la de cosas que tiene que hacer un ser humano para poder liberarse de todo e intentar tomar alguna decisión verdaderamente en libertad, que me da un poco de risa porque es muy difícil quitar todos los condicionamientos. Intentar pensar que eres totalmente impermeable a todo lo que pasa es una fantasía. El reconocimiento de eso empezar un poco a enterarte de por qué haces las cosas.

 

¿Cómo definirías una relación familiar sana?

Para mi lo más sano posible es que no mande nadie. Hasta ahora impera la estructura patriarcal: uno manda y los demás obedecen. Y tienen grados, por ejemplo, si en una casa manda el padre, la madre es la vicepresidenta, luego el hermano mayor sobre el pequeño y así la jerarquía se impone de arriba abajo. Eso para mi nunca va a funcionar. Yo creo que las familias que mejor funcionan son las que se sientan a debatir qué hacer. En cambio, creo que en nuestras relaciones privadas nos relacionamos de forma anárquica. Yo en mi vida practico el anarquismo totalmente, que eso no significa que cada uno haga lo que le dé la gana, sino que consensuemos lo que hacemos. Por eso para mí, las relaciones más sanas, son las menos impositivas.

 

 

Hace unos días escuchábamos en los medios de comunicación a la cantante Zahara compartir con los asistentes a un concierto que “ojalá le hubiera podido decir a su yo de 12 cuando la insultaban, la llamaban puta y nadie quería ser su amiga que cuando tuviese 37 años, todas sus compañeras y compañeros de profesión, todo su público y todas las personas queridas saldrían a defenderla” ¿Tú qué le dirías a tu yo de 12 años?

Uff, madre mía ¿qué le diría a mi yo de 12 años? Prepárate porque va a ser todo más difícil de lo que piensas. Cuanto antes mejor.

 

No hablar las cosas es muy de la cultura española ¿no crees?

Sí, en las familias todo el mundo sabe todo, pero nadie lo cuenta y entonces tienes que ir y preguntar directamente por las cosas y hay en algunas que ni preguntando te lo cuentan. Creo que en todos los países pasa por algo. En las familias españolas no se habla de la guerra, en las vascas no se habla de ETA, en las alemanas no se habla de los nazis, en las irlandesas no se habla del IRA, en las americanas no se habla de nada, esa gente va medicada hasta…que ya es un poco lo que está pasando aquí también, que por no hablar van y te medican y tenemos a adolescentes medicados…es tremendo, cuando con una buena terapia tú no necesitas medicación en ningún momento y menos cuando eres joven. Medicar es más rápido y no va al origen. No pasa nada por abrir heridas, las propias y las de los demás. Hay que hacerlo ver cómo están, limpiarlas y volver a cerrar.

 

¿Cuánto tiempo llevabas masticando este texto?

Yo he escrito muchas cosas y muchas eran sobre mi misma, sobre mi vida, sobre cosas que me iban pasando con la intención de retenerlas en la memoria. Retienes al final un relato. Para mi, lo más interesante en realidad es tenerlo y poderlo modificar con el tiempo según te vas dando cuenta que aquel relato que te contaste no es el relato. Este texto se ha ido modificando muchísimo desde la primera vez que lo escribí.

 

¿En algún momento le contaste a tu madre que tenías en mente escribir algo?

Mi madre murió en el 2015. No está para escucharlo. Para mí es como un homenaje hacia ella. Con ella viva no se me pasó por la cabeza que iba a escribir esto algún día. No lo sabía.

 

¿Cómo recibió Natalia Menéndez el texto y como recibiste tú la edición que hizo del mismo?

Yo le pasé el texto para que lo leyera nada más y me comentó que le interesaba mucho pero que creía que debería de hacer un trabajo de edición y me ofreció su ayuda. A partir de ahí, le pregunté si quería dirigirlo y me dijo que sí. Yo quería que ella le aportara un punto de vista que no fuera el mío. Para mi ha sido un placer. Nos hemos entendido muy bien porque había trabajado anteriormente con ella y conocía su manera de trabajar y por donde lo quería llevar. A mi su punto de vista me fascina, hay mucho trabajo de ella. Ella cuenta mucho más hacia las imágenes que hacia una persona hablando sin parar y, como yo soy más de eso, pues creo que el mundo de ella entrando en este creo que le ha dado un vuelo que a mi me gusta muchísimo. Luego veremos si a la gente le gusta o no. Esto tiene que ver con lo que hablábamos antes de las relaciones. A mi me gusta relacionarme así: ¿qué te parece a ti? ¿cómo lo ves tú? Y entre todos hacemos algo.

 

Ana Rayo estrena 'Despierta' en el Teatro Español en Madrid
La actriz Ana Rayo en una escena de ‘Despierta’. Foto de Jesús Ugalde

 

Natalia dice que la comicidad es lo que te salva, ¿ha jugado un papel terapéutico en el texto? 

Para mí el humor es total y absolutamente inevitable en mi vida. He hecho chistes en los momentos más negros y oscuros y se ha reído la familia entera. Eso va conmigo de fábrica. No sé cuándo lo adquirí ni si nací con ello, no tengo ni idea. Mi madre me llamaba la payasa y es lo que he sido toda la vida. Decía que me había tragado un payaso de pequeña. Yo no paraba de hacer la mamarracha, ha sido mi forma de encarar todo y creo que me ha salvado de muchísimas cosas.

 

También dice Natalia que te hubiera gustado ser hombre de pequeña, ¿sigues pensando lo mismo?

De pequeña también me gustaba ser mujer, la cosa de ser hombre es que ellos podían hacer lo que les daba la gana y yo no. Ese es el mundo en el que yo he vivido. Y aunque no hayas vivido de hecho así en tu casa, en cuanto has puesto un pie en la calle, ese es el mundo. Yo quería ser una mujer con la libertad de un hombre. En el mundo de hoy lo puedo conseguir, que no soy afgana y no estoy corriendo.

 

¿En algún momento de tu vida te has reconocido como machista?

Por supuesto, es una de las cosas de las que hablo en el texto. Creo que es imposible no ser machista, homófobo y no ser racista. Nos han programado para serlo. El que diga que no es racista es absurdo, no convivimos con otras razas, que tú no lo seas intelectualmente en tus comportamientos eso es otra cosa. No están incluidos dentro de la sociedad están como «enguetadas»… Igual que la homofobia. Yo hago un trabajo diario porque está en mi en comentarios, en pensamientos, en actitudes que te salen solas, desprogramarte es un trabajo enorme.

 

Cómo reaccionas antes las situaciones machistas que ves en tu día a día, ¿estás alerta?

Yo ahora mismo a saco, no paso ni media. Llevo como cinco o seis años que se me cayó el velo del todo. Yo creo que llega un día en el que entras en conciencia y lo ves con toda claridad. Yo tengo amigos que son bastante más jóvenes que yo, que empiezan a hablar de chicas, me miran y van cambiando la forma de contar las cosas. Creo que hay cosas en la que los hombres no han tomado conciencia porque nadie se las señala. Cómo lo van a saber si nadie les ha dicho nunca nada y tienen barra libre. Por qué van a modificar nada. Hay que estar en cada pequeño detallito.

 

¿Crees que la igualdad está cerca?

Para mi la única manera de que esto suceda realmente es que se caiga el patriarcado. Y se caerá, pero no sé ni cuándo, ni cómo…no sé cómo va a ir esto. Vivimos en un sistema capitalista y patriarcal y acabar con cualquier de estas dos cosas que llevan cociéndose lento… Lo que sí creo es que hay que poner el camino para que esto pase. Yo soy optimista y espero que la anarquía tome un poquito más el espacio.

 

¿Qué opinión te merece que hombres maltratadores puedan tener a su cargo a sus hijos?

Bueno, es que me acabo de leer un artículo que habla de un caso de maltratos demostrados y una jueza diciendo que es el padre y tiene los mismos derechos. Da igual lo que cambie la justicia si los jueces no están en este mundo, están en otro preservando los intereses de una minoría. Yo creo que en 2020 y 2021 hemos visto lo suficiente para saber qué tipo de judicatura tenemos en España. Deja bastante que desear. La sociedad tiene que seguir apretando y moviendo de sillones a gente, sin parar.

 

Ana Rayo estrena 'Despierta' en el Teatro Español en Madrid
La actriz Ana Rayo junto a la directora Natalia Menéndez.

 

¿Hasta qué punto crees que se hace uso del feminismo para fines que no son feministas?

Todo el tiempo, se ha hecho siempre. Si el capitalismo no fuera tan listo como sistema y no funcionara tan genial no estaríamos donde estamos. Ya tienes todo un merchandising, ya han dado la vuelta hasta tal punto que hay una App en la que las mujeres se van quitando ropa, previo pago, y las chicas no piensan que se están prostituyendo, sino que se están emancipando. También creo que no estamos solas, que somos muchas y muchos los que estamos haciendo presión. La sociedad cambia y a los políticos no les queda más remedio que hacerlo. Si es de abajo arriba es inapelable.

 

¿Quiénes son tus referentes feministas?

Uno de mis referentes feministas es, Chimamanda Ngozi Adichie, que además la nombro en la obra. Es una de mis favoritas ahora mismo. Como creadoras me encanta Leticia Dolera, la directora de Vidas Perfectas. Me parece una tipa muy valiente y lo que hace me gusta muchísimo. Una sabe que es un buen referente cuando hay hasta compañeras que empiezan a ponerla a parir, el sistema ha ido a por ella. Otro gran referente para mi es Pamela Palenciano. Estos son los más cercanos. Intento que mis referentes sean mujeres que estén haciendo cosas ahora mismo.

 

¿Crees que los hombres pueden ser feministas o solo aliados?

No, no, no qué es eso de aliado. Ser feminista no tiene que ver con tener coño o dejar de tenerlo. No tiene nada que ver, de hecho yo he tenido posturas que ahora yo las calificaría como muy machistas. Por supuesto que hay hombres que creen realmente en la igualdad del hombre y la mujer. Luego hay hombres que he tenido que pararlos. Si yo he tenido que meter un poquito de testosterona para salir al mundo, pues tú bájala.

 

¿Qué retos feministas ves en este momento y por dónde crees que deberían ir los debates en los próximos años?

A mi me gustaría que fueran por el tema de los cuidados. Para mí es la pieza clave de todo. Empezando por cuidar el planeta y acabando por cuidar a tus hijos. Creo que los hombres tienen mirar y darse cuenta de que tienen que empezar cuidarlo todo: los hijos, la casa, las mujeres, los trabajdores, la tierra, las relaciones laborales…Todo. Creo que es una lucha feminista porque la carga de los cuidados recae sobre las mujeres en la sociedad. Los hombres no se dan cuenta que se están perdiendo lo mejor de la vida.

 

Como esta pieza se centra en la figura de tu madre y tu relación con ella, ¿cuál es la enseñanza más valiosa que te dejó?

Pues justo lo de lo que estamos hablando, los cuidados. Yo lo cambié todo para cuidarla a ella. Mi forma de pensar, de ver el mundo, lo que hacía… porque me cayó con 26 años tener que cuidarla. Yo no había cuidado nada en mi vida. Cuidándola a ella, aprendí a cuidar otras cosas: a mí misma, mis relaciones…

 

No me gustaría despedirme de ti, sin que le dejes un mensaje a algún machista que te esté leyendo.

Uff no sé si llegará a leerla hasta aquí. Me gustaría que llegaran hasta el final y que nos escuchen. Es lo único que tienen que hacer. No van a perder nada y van a ganar en humanidad. Yo soy una persona que enseguida me puedo encender, pero ya solo hay unos temas que me encienden, la mayoría ya no. Uno de los temas con los que no puedo es el tema de la negación de la violencia de género.

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