Por Ka Penichet

 

El éxito suscitado por Los empeños de una casa la pasada temporada en el Teatro de la Comedia, ha sido el motivo por el que vuelvan programarla en la sala Tirso de Molina hasta el 9 de diciembre. Esta obras, una de las más representativas de Sor Juana Inés de la Cruz, está codirigida por Pepa Gamboa y Yayo Cáceres, con versión de Antonio Álamo.

En esta ocasión tengo la oportunidad de adentrarme en su texto tras una charla con Yayo Cáceres, quien además, nos cuenta las relaciones que se tejen con los componentes de La Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico.

 

La mayoría de las veces la CNTC suele representar textos de Lope de Vega, ¿cómo se realiza la selección del autor y del texto?

Bueno, en realidad de eso encarga la gente que forma parte de la dirección y también, es cierto, que lo prolífico que ha sido Lope de Vega no tiene parangón con los demás. En este caso, estamos hablando de alguien que es una mujer doctora, Sor Juana Inés de la Cruz, que no era española y creo que además no visitó nunca España.

¿Cómo te has sentido trabajando para la CNTC?

Yo me siento honrado de formar parte de la gente que ha dirigido ahí. En el caso particular de Helena Pimenta, creo que ha tenido una gestión excelente todos estos años y que se ha pegado un espaldarazo importante no solo a la compañía sino se ha reabierto por fin el Teatro de la Comedia, la afluencia del público es masiva… En ese sentido, defender lo que significa tener un Patrimonio Teatral de obras escritas en el Siglo de Oro me parece tan importante como cuidar de los fondos del Banco de España. El verdadero patrimonio y la verdadera conquista es cultural, no es económica.

Sor Juana Inés de la Cruz fue una adelantada a su tiempo. En sus textos  las mujeres asumen el protagonismo ¿ha sido un reto dibujar esos personajes para mantener su impronta o  era algo que ya tenían claro?

Al contrario, yo tengo una teoría hace años, insisto con esto, y es que los clásicos en realidad vienen del futuro, esperan siempre, van por delante de nosotros… por eso son clásicos, porque son una novedad a encontrar en la próxima lectura. Viniendo este texto de una mujer, que fue capaz de disfrazarse de hombre para poder estudiar, te da la pauta de alguien de una gran valentía y de un intimísimo sentido del humor. Eso la pinta entera y de ahí se desgrana todo lo que escribe porque es capaz de hablar del amor… (recita):

“Este amoroso tormento

que en mi corazón se ve,

sé que lo siento, y no sé

la causa por que lo siento.

Siento una grave agonía

por lograr un devaneo

que empieza como deseo

y para en melancolía.

…Siento un anhelo tirano

por la ocasión a que aspiro…”

Siendo una mujer religiosa esto que dice es de una modernidad muy grande.

 

Yayo Cáceres: "Defender las obras del Siglo de Oro es tan importante como cuidar de los fondos del Banco de España" en Madrid

 

Codiriges el texto con Pepa Gamboa, ¿qué aportaciones hay de cada uno y cómo resuelven las diferencias que puedan existir?

Las diferencias que pudieran existir se solucionan siempre conversando, cediendo, bajando el ego… Trabajar con Pepa ha sido muy bueno. Tenemos una manera de ver las cosas bastante opuestas. Ella es más aérea, yo soy más terrenal. Ella es más poética, yo soy más pragmático para trabajar. Hay que negociar pero siempre hay que ponerse uno al servicio de  la obra de arte.

Te has encargado de la parte musical, ¿hay algo de Ron lalá en esas composiciones que has creado?

Es una obra de ida y vuelta porque hay un par de tanguillos, boleros… que fui componiendo a lo largo del montaje. No sé, yo creo que todo huele a todo. Puede oler a Ron lalá o puede oler a Armando Manzanero o incluso a Chaplin que lo miré horas, horas y horas.

¿Qué balance haces de la presencia femenina en las artes escénicas respecto a hace un par de años?

Como se dice en misa, yo creo que es justo y necesario. Creo que ha habido un incremento por ejemplo, con Natalia Menéndez con el Festival de Almagro, la propia Helena Pimenta o Carme Portaceli en el Español.

Codirigiendo Los empeños de una casa, ¿qué conclusiones sacas sobre el imaginario de los jóvenes actualmente y su postura respecto al arte?

En este caso estamos hablando de unos jóvenes muy particulares, gente que se presenta a pruebas de la CNTC yo entiendo que son seres con una particular ambición y respeto por la cultura. Es una suerte y un privilegio trabajar con chicos así porque es gente preparada y tras su paso por La Joven quedan en condiciones de enfrentarse a cualquier tipo de texto por la experiencia y por todo lo que supone haberse formado con la gente que está ahí y que está detrás de la CNTC. La CNTC representa la historia del teatro de este país.

Estoy segura que para los actores de La Joven debe ser un lujo poder trabajar con dos profesionales con una larga trayectoria internacional como ustedes y que la experiencia les habrá servido para empaparse de ella ¿qué aprendizaje se llevan ustedes al trabajar con ellos?

La permanente ilusión del confrontar con lo que hay que hacer. Es lo más difícil de mantener cuando uno se va haciendo viejo porque te vas curtiendo, vas entendiendo que estás metido en un mundo complicado, traicionero en el que es muy fácil desengañarse… La vida es un desengaño sistemático, lo que pasa es que te vas volviendo más hábil y cuando ya lo sabes todo, te morís (risas). No hay final feliz (risas).

Me parece que trabajar con jóvenes esto te lo renueva porque encaran siempre las cosas con una transparencia que creo que es alucinante. Si eres cuidadoso y entras en el código es muy fácil trabajar porque no hay resistencia.

 

LOS EMPEÑOS DE UNA CASA

Teatro de la Comedia

Hasta el 9 de diciembre