SUSCRÍBETE

LaJoven presenta Para acabar con Eddy Bellegueule

“Es importante que muchos chicos y chicas escuchen esta historia y sepan que no están solos”

 

LaJoven regresa al Teatro de La Abadía -del 26 de octubre al 6 de noviembre-, justo un año después del estreno absoluto de Para acabar con Eddy Bellegueule, versión teatral de la aclamada novela autobiográfica de Édouard Louis firmada por Pamela Carter que llega a España bajo la dirección de José Luis Arellano e interpretada por Raúl Pulido y Julio Montañana Hidalgo.

Una mañana cualquiera nos sentamos a tomar café con su director José Luis Arellano para charlar sobre este áspero grito contra la homofobia que resulta ser todo un inspirador referente de superación. Por supuesto, hablamos de la situación actualmente del teatro, sobre todo en lo que concierne a los jóvenes; sobre la ola de intolerancia y violencia que invade nuestro país y el inevitable recuerdo al gran Gerardo Vera, a quien va dedicada esta producción. Cariño, pasión, compromiso y calidez son los ingredientes de esta conversación.

 

¡Ante la intolerancia, cultura!

 

 

Por José Antonio Alba

Foto portada: David Ruano

 

Para acabar con Eddy Bellegueule es una novela que ha tenido una gran repercusión. ¿Qué temas aborda? ¿Cómo llegó hasta vosotros?

Tenemos relación con varios teatros y compañías inglesas como el Unicorn Theatre de Londres, dedicado al público infantil y juvenil, ellos encargaron a Pamela Carter que hiciera una versión de Para acabar con Eddy Bellegueule, la leímos y nos pareció muy acertada, muy apropiada. Me apetecía mucho porque tiene mucho que ver con LaJoven. Édouard hace unas reflexiones sobre sí mismo, desde la juventud, que a mí me han costado un tiempo, sobre quién es él, su sexualidad, su relación familiar, su propio mundo, su universo. Pero también sobre lo que ocurre fuera, sobre ese odio visceral que dicen ahora que no existe.

 

 

Esta iba a ser la primera obra que Gerardo Vera iba a dirigir para LaJoven. Finalmente serás tú quien tome su testigo, transformándola en vuestro personal homenaje al maestro. ¿Qué tiene este espectáculo que le decidió a ponerse frente a LaJoven?

En LaJoven estábamos buscando siempre una cosa para él. Se lo pasamos a Gerardo, que estaba en ese momento con una función que voy a hacer en el Teatro Español que se llama Oceanía; una historia sobre él mismo, sobre el descubrimiento de su sexualidad y la relación con su padre, como un ajuste de cuentas, desde un sitio nada vengativo, de sí mismo y la España franquista. Había muchas similitudes con Para acabar con Eddy Bellegueule y me parecía muy bonito que un tipo como Gerardo que ya era un adulto, un señor, aunque era un crío por dentro, con todo lo bueno y lo malo que tiene eso (risas), se encargase de ella. Es increíble la conexión que Gerardo tenía con el mundo de hoy. En Oceanía cuenta lo que Eddy cuenta setenta años después.

 

El texto llega en un momento realmente oportuno ante la oleada de homofobia que se está desatando en nuestro país.

Fíjate que todo ha sido casual. Podría decir que hemos pensado que ahora era el momento y que somos unos rebeldes, pero no, ha sido todo casual. A veces me dicen: “qué tino tienes para elegir temas” y siempre digo que, teniendo a los jóvenes al lado, de alguna forma, me vienen. Estamos muy cerca de los jóvenes, con lo cual, de lo que pasa en la calle y creo que eso es una ventaja increíble.

Ahora tenemos un momento complicado y creo que una historia de estas características siempre viene bien. Cuando yo era joven y descubrí La ley del deseo, me explotó la cabeza, o cuando leí Maurice, una cosa escrita a comienzos de siglo como esa. Por eso creo que vienen bien estas historias.

 

Para_acabar_con_Eddy_Godot_02
Raúl Pulido y Julio Montañana Hidaldo, actores protagonistas de Para acabar con Eddy Bellegueule. ©Ilde Sandrin

 

A veces no somos conscientes de la importancia de contar con referentes.

Hay que decírselo a esa parte de la sociedad que cree que somos así porque estamos de moda o porque alguien nos lo ha dicho, es complicado ¡Es tan obvio que es complicado! La gente sigue sin darse cuenta. Yo tuve mi noche de decir “se ha acabado”… ¡y yo solo tuve una! Pero sé de personas que han tenido más de una y se quedaron ahí. Chicas y chicos que se han quedado en esa noche. Por eso creo que es tan importante que muchos chicos y chicas puedan escuchar esta historia y puedan sentir que no son únicos y no están solos.

 

¿Qué mensaje se quiere transmitir a través de esta obra?

Habla de ser diferente, de ser homosexual y afeminado, que parece que es una cosa que no se puede ser; incluso dentro del propio colectivo mucha gente lo rechaza. Nosotros desde LaJoven intentamos que no se tenga miedo al diferente. Creo que es el gran problema de esta sociedad en general. Las sociedades se han construido a base de tener miedo al diferente y creo que esa es la gran lucha. Escuchamos en el parlamento diariamente como se arenga contra el diferente y eso es un peligro. Tenemos un sistema jurídico que justifica el miedo al diferente. A mí me gustaría, aunque suene a idealista, que los chavales y sus familias reflexionasen sobre algo tan sencillo como que el que tienen al lado es igual.

 

Hablas de la ventaja de estar en contacto permanente con los jóvenes, ¿cómo ves tú a la juventud?

No quiero ser buenista, pero son estupendos. Vas por la calle y te das cuenta que la sociedad española es bastante más grande que el enfado que pretenden vendernos. Se pintan y se ponen lo que les da la gana, ves que hay jóvenes de todos los colores, olores y sabores, por supuesto que también hay cazurros, no voy a decir ahora que todo el mundo es maravilloso, pero voy por la calle y pienso “¡qué bonicos son todos!”… ¡No sé si es abuelismo! (risas) Pero la sociedad es mucho más libre de lo que nos quieren vender y creo que desde el teatro tenemos que ser muy conscientes de esto. Tenemos que estar a la altura y jugar con esa misma libertad con la que la sociedad está intentando jugar, pese al COVID y pese a todo.

 

PARA_ACABAR_EDDY_LAJOVEN_GODOT
Un momento de un ensayo de Para acabar con Eddy Bellegueule de LaJoven. ©Ilde Sandrin

 

¿No crees que a veces se crean propuestas intentando apelar a un tipo de público que es precisamente el que no va a ver el espectáculo?

Creo que hay mucha gente que ha luchado mucho, desde todos los ámbitos, y creo que nuestra misión desde el teatro es que, poco a poco, esa gente que dices se acerque. Eso es el objetivo que tenemos, porque hacer el teatro para los que siempre vienen está bien, pero no tiene tanta gracia, lo interesante es hacer las cosas para esa gente que no le gustas, o que no te entiende, no te conoce, no sabe lo que haces, porque eso lo que intenta es derribar muros. Y si no los derriba es porque son causas perdidas.

Evidentemente no puedes obligar a la gente a que piense como tú. Yo creo que la gente tiene que ir descubriendo las cosas por sí mismo. Por ejemplo, nosotros en LaJoven, la primera función que hicimos fue Invasión, escrita por Guillem Clua, donde había dos chicos del ejército español que se daban un beso y cuando la hacíamos por las mañanas, los chavales que venían a verla montaban la revolución, oías unas cosas… “¡Qué asco!”, “¡Muérete, maricón de mierda!”. Y de repente, dos años después dejó de ocurrir, y es que yo creo que hay cosas que son desconocidas para la gente, eso les provoca miedo y el miedo te provoca rechazo y violencia. El miedo es el gran acicate del ser humano, pero cuando ves que te expones y no te pasa nada, que no vas a morir, que no te vas a convertir en gay, y que no te va a pasar nada, creo que eso relaja bastante.

 

Para acabar con Eddy Bellegueule es un monólogo, pero realmente hay dos actores en escena, ¿cómo será la puesta en escena?

Pamela hace una cosa que hemos mantenido que nos parece muy interesante, juega al diferente. Utiliza una frase muy bonita que dice: “Lo vamos a contar él y yo porque la historia es más bonita contarla en compañía que contarla solo, que es lo que a mí me pasó” y establece un diálogo entre dos actores en el que uno de ellos es de otra raza; en Inglaterra era un actor negro y aquí será latino, pensamos que tiene más que ver con nuestra idiosincrasia. Es un juego teatral muy dinámico. Los dos actores, Raúl Pulido y Julio Montañana Hidalgo, hacen de Eddy, de los hermanos, de todos los personajes y eso lo convierte en un artefacto teatral muy divertido, es muy duro en muchos momentos, muy complejo, pero permite que se cuele por detrás sin darte cuenta. No es un espectáculo grande, es una historia muy de tú a tú con el espectador, desde la ternura, desde el dolor, desde la comicidad…

 

LaJoven presenta <i>Para acabar con Eddy Bellegueule</i> en Madrid
El actor Raúl Pulido en uno de los ensayos. ©Ilde Sandrin

 

En la nueva temporada de LaJoven tocáis todos los palos. Desde monólogos, como Praga 1941 en el Fernán Gómez CCV, hasta grandes espectáculos como el regreso de la Eneida al Price, ¿qué os falta?

¡Nos hemos vuelto locos! (risas), pero nos falta de todo. Para mí lo más importante de todo es que podamos seguir teniendo la capacidad de que acceda más gente. Ahora estamos luchando mucho porque la estructura de LaJoven esté compuesta por gente muy joven. Luchar por eso es fundamental en una sociedad donde el paro juvenil es tan brutal y si lo llevamos a las Artes Escénicas es aún más bestia. Y seguir poniendo el dedo en la llaga en los temas que nos apelan. Y conseguir que pronto podamos poner en escena un texto de un joven dramaturgo o una joven dramaturga, una dirección… Son cosas que aún no hemos hecho.

 

Por si no fuera suficiente, acabas de llegar de Washington de estrenar una versión de la Doña Rosita de Lorca en versión de Nando López. ¿Qué me puedes contar sobre esto?

Es un maridaje súper bonito que llevamos haciendo con el Gala Spanish Theatre de Washington desde hace 10 años. Llevan 45 años programando teatro en español y siempre intentan que una de las funciones sea española, apoyada por la Embajada y el Ministerio. El año pasado íbamos a hacer El perro del hortelano, pero no pudimos, así que decimos hacer la única de Lorca que les quedaba por hacer que es Doña Rosita la soltera. Hablé con Nando López, con Mabel Del Pozo, un poco con el mismo equipo de la Yerma que hicimos hace tres o cuatros años. Nos hemos ido todo ese grupo de locos, sorteando el COVID, el mundo de las aduanas, y ha sido súper bonito poder conjugar un intérprete español con otro cubano o venezolano, esa es una mezcla que allí es más habitual y que espero que aquí pueda ocurrir tarde o temprano. Que la gente pueda trabajar con personas de otros lugares, con otros acentos, con otras formas de entender la vida, es súper enriquecedor.

 

¿Y llevar a LaJoven a Washington?

Es el gran sueño, queremos hacerlo y hay una de las propuestas de esta temporada, Praga 1941, que queremos llevarla allí.

 

Toda la cartelera de obras de teatro de Madrid aquí

Comparte este post