Las compañías que participan en Surge Madrid 2018 valoran su experiencia en esta Muestra de Creación Escénica organizada por la Comunidad de Madrid y las Salas Alternativas madrileñas

 

 

 1. ¿Es la primera vez que estáis en Surge?

Esta es la primera vez.

 

2. ¿Qué os aporta Surge como compañía?

Nos aporta una pequeña ayuda material. Nos ofrece un apoyo en la promoción, que todavía no sabemos cómo funcionará, pero el hecho de que estemos contestando estas preguntas ya indica que algo está en marcha. Por otro lado, siempre tomar un compromiso formal con salas y productores con fechas concretas, hace que el hecho artístico, el espectáculo, se concrete y no se dilate en el tiempo y en el espacio de creación.

 

3. ¿En qué creéis que puede mejorar?

Ahora nosotros no podemos responder a esta pregunta. Tendríamos que esperar a que terminase todo el Surge, para nosotros al menos, que es la primera vez que participamos en él.

 

4. ¿Cómo veis la escena Off madrileña?

Es una trampa mortal, independientemente de la calidad y los valores artísticos que se puedan encontrar en la cartelera Off madrileña, lo cierto es que las condiciones de trabajo son muy muy muy precarias y ninguna compañía tiene la mínima posibilidad, no solo de poder producir en condiciones de poder llevar al cuerpo y lo material, lo que está en su imaginación, si no que una vez creado el espectáculo, la idea de que podrían vivir de la presentación de este espectáculo en una sala del Off madrileño es del todo utópica, no existe, es imposible que ninguna compañía pueda sobrevivir materialmente en una sala de 50-60 localidades en las que en definitiva, a no ser que tengan mucha suerte, van a venir los amigos, familiares y allegados. Tampoco hay posibilidades, son muy escasas, de que los medios de comunicación cubran este tipo de eventos, salvo en ocasiones puntuales o que la compañía tenga mucha suerte, apenas pueden aparecer sí, pequeñas notas o críticas en internet, pero que tampoco es algo que realmente pueda apoyar y estimular al público a ir al teatro. Tampoco hay dinero para hacer una campaña de prensa, ni mucho menos para pagar publicidad.

 

Por otro lado, resulta muy complejo que una sala de estas características programe un espectáculo más de 3 funciones, un mes o un vez a la semana durante un periodo no demasiado prolongado. Y los espectáculos necesitan la frecuentación. Haciendo una función por semana es muy difícil que la obra de arte pueda realmente crecer y llegar a su máxima expresión. O haciendo un par de funciones ahora, otras dos dentro de 3 meses… esto no nos ayuda.

 

Entonces, realmente estamos regalando nuestro trabajo, estamos participando de un mecanismo perverso, del que prácticamente no hay salida. Esto ha llegado aquí para instalarse.

 

Las salas al mismo tiempo, justifican, en su propia necesidad de subsistir, el hecho de programar 2-3 espectáculos en la misma noche. Tienen derecho a hacerlo, por supuesto, pero esto obliga a las compañías a no tener tiempo de preparación, a no poder crear una puesta de luces acorde a su gusto. No poder tener una escenografía que fuese exactamente la que expresan, porque hay que montar y desmontar en media hora. Porque ellos mismos no tienen dinero para producir, entonces bien es cierto que esto puede exacerbar la imaginación y esto puede crear un mundo mágico y artísticamente muy estimulante… pero lo que es verdad es que estamos en una especia de nueva censura, que es la auto-censura, y es que simplemente las compañías no hacemos lo que queremos hacer, porque no podemos, porque los espectáculos no pueden durar más de una hora, porque hay que programar varios… si durasen más de una hora las salas suelen ser incómodas para el espectador. Los actores, con este sistema, no tienen tiempo de prepararse, si quiera de calentar, termina una función y el que terminó tiene que salir corriendo porque están entrando los demás, porque ya hay que montar y hacer la función. Esto, sin duda alguna, va en contra del hecho artístico, va en contra de la obra de arte que se pretende presentar. Es triste y es doloroso y al mismo tiempo pareciera ser la única alternativa, porque si no aceptas estas condiciones no te presentas. Tu vena artística, que es la que te hace crear, porque necesitas poner fuera, algo que llevas dentro, se morirá, se va a ver agotada, no tiene salida…

 

Es una triste reflexión, pero es una realidad. Muchos actores, entre los que me encuentro, subsistimos de dar clases y al mismo tiempo esto genera una gran contradicción, porque año a año, todas las escuelas de teatro (oficiales, privadas, grandes y pequeñas) estamos lanzando al mercado cientos y cientos de desempleados, de actores y actrices que no van a tener trabajo. Y si tienen trabajo, por supuesto van a trabajar gratis. Y esto pasa aquí, en Francia en Italia y esos cientos y cientos se convierten en miles de miles. Por esto digo que la realidad del off en Madrid es realmente una trampa.

 

 

 

EL MUNDO SEGÚN BURTON

El Umbral de Primavera

10, 24 y 31 de mayo

 

 

 

Ver todas las opiniones