SUSCRÍBETE

El autorretrato de Socorro Anadón

«En un escenario intento destapar las verdaderas emociones de los espectadores»

Socorro Anadón es actriz, creadora, maestra y fundadora de Réplika Teatro. Lleva desde 1975 sobre los escenarios, así que es una voz más que autorizada para hablar sobre lo que significa el hecho teatral, algo que intenta explicarnos en Autorretrato, un monólogo que interpreta, con su gran talento, en el teatro que ha levantado con sus propias manos.

¿Por qué era el momento de volver a hacer Autorretrato?

Esta obra la hicimos en 1994, cuando la Guerra de los Balcanes, con María Asquerino y con Eva García, y se llamaba Triple retrato. Es un texto que ahonda en las preguntas fundamentales que nos hacemos los seres humanos. Concretamente sobre el papel de una mujer en un momento en el que todo se mueve alrededor, cuando caminas por arenas movedizas, viviendo tiempos convulsos por las guerras, por el paro, por los conflictos sociales, por los políticos… por una serie de cosas que no nos dejan estar tranquilas, cosas que escapan a nuestro control y que nos manejan y dominan como si fuéramos marionetas. Y ante eso, ¿qué hace una artista en esta situación?

 

¿Y qué papel juegas tú como actriz, como artista, como creadora en la sociedad?

Pufff. Eso me lo estoy preguntando todos los días. Yo creo que soy una persona que intenta hacer que el espectador pueda conectar con esa parte invisible, esa parte vulnerable, esa parte del asco, esa parte del odio, de los sentimientos, de mirar, de tener el tiempo para mirar, para escuchar, para sentir… que todo eso se haga presente en las personas que vienen a ver el hecho teatral. Yo creo que en esta sociedad, cada vez más, las cosas se viven con cierta distancia.

 

Y con cierta impostura también, ¿no?

Así es. Vivimos mostrando sensaciones asépticas, que no son reales. No hay que mostrar duelo, no hay que llorar en público, no hay que mostrar tristeza… Vivimos a través de imágenes falsas de nosotros mismos. Y es curiosamente el teatro el que tiene que sacar a la luz lo que hay de verdad en cada uno de nosotros cuando nos enfrentamos a ese hecho teatral del que hablamos. Destapar las verdaderas emociones. Quitar las capas artificiales que nos ponemos encima cada uno de nosotros. Eso es lo que intento como actriz cada vez que subo al escenario.

 

¿Descubrir la verdad a través del teatro?

Bueno, tampoco es que yo tenga la verdad. Yo no salgo al escenario con actitud de superioridad diciendo que lo que estoy contando es LA VERDAD. Yo tampoco sé nada. Simplemente cuando actúo me estoy preguntando cosas y quiero que los espectadores se pregunten. Si ambos, ellos y yo, logramos hacernos esas preguntas, pues habré logrado algo. Y si logramos respondernos… pues mucho mejor. Pero yo no tengo la verdad. Ni sobre el escenario ni cuando me bajo de él.

 

La obra también intenta explicar por qué se produce el teatro.

La obra transita por diferentes realidades en las que yo me voy moviendo sobre el escenario y trata sobre cuándo aparece la representación realmente. Hay momentos que son como sacados de una situación teatral, y hay momentos en los que se mezcla con una posible realidad vital de la actriz. El autor, Helmut Kajzar, en esta obra está investigando y tratando de dar respuesta a qué es eso de la representación. Esa es otra de las preguntas fundamentales del texto.

 

El autorretrato de Socorro Anadón en Madrid

 

Entonces, ¿Qué es el teatro?

En el teatro intentamos dar respuesta a las preguntas que no sabemos a veces contestar, pero en la propia acción teatral ya nos movemos y avanzamos por ese camino. El teatro te atraviesa, te confronta, desnuda esa parte del ser humano que a veces está tapada con otras cosas. El teatro es un revulsivo, es un mover las conciencias, mostrar otras realidades… El teatro, al fin y al cabo, es un ser humano sobre el escenario que toca a otro ser humano ahí, en el patio de butacas.

 

Y es por eso, por mostrar esas realidades incómodas, por las que el teatro es silenciado y censurado en muchos lugares del mundo, como está sucediendo actualmente en Polonia, país que conoces tan bien…

Es surrealista lo que está pasando en Polonia, y eso que el surrealismo siempre ha estado muy presente allí. Se ha llegado a una situación muy complicada y no puedo entrar a valorar del todo lo que está ocurriendo a nivel social. Que a nivel teatral haya censura sí que me duele y tampoco lo termino de comprender. ¿Por qué esa cerrazón o ese miedo a que haya otro punto de vista? ¿Por qué no se pueden compartir puntos de vista distintos? Es una pena que haya gente que solo crea que existe una única verdad o un único punto de vista. Esa demagogia es muy triste y peligrosa. Pero bueno, aquí también nos pasa lo mismo. Hoy en día, en tiempos complicados, nos aferramos a aquello que consideramos estable, nos volvemos conservadores y no queremos perder aquello que creemos que es nuestro. Pero, ¿hasta qué punto el ser humano puede perder su dignidad? Es muy importante esa pregunta y es una cosa que digo en el texto: “¿en qué momento falló el hombre?”

 

A nivel personal, ¿cómo es tu autorretrato cuando te miras al espejo?

Yo he transitado por mi carrera como he querido. He sido actriz del CDN en varios montajes, he trabajado con muchos de los grandes (Lluís Pascual, Miguel Narros, Enrique Diosdado, Amelia de la Torre…), he hecho el último Festival de España, he girado por todo el país, he trabajado y colaborado con teatros independientes (Tábano, El Gallo vallecano…), estudié en la RESAD, he ido a Polonia a estudiar ya siendo actriz profesional… pero siempre inquieta, porque esta cosa de ser actriz y estar esperando a que te llamen… yo desde el principio tenía claro que no, que no quería eso.

Yo en el 83 dije que necesitaba encontrarme como persona y artista independiente y necesitaba coger otras herramientas para poder transmitir con mi cuerpo de otra manera encima del escenario. Había algo ahí que me impulsó a marcharme y es cuando me fui a Polonia y allí coincidí con Jarek (Jaroslaw Bielski), en un laboratorio de Grotowski para el que yo tenía una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores. Y a pesar de la situación política de allí y de todo, yo me fui porque tenía esa necesidad vital.

Yo quería ver cómo lo hacían estos actores que venían a España desde Polonia y de Rusia, porque tenían una manera de estar sobre el escenario distinta, era algo especial, no eran cabezas parlantes. A partir de estar en Polonia y de conocer a Jarek, ya decidí hacer mi propio camino. Elegí una independencia. No un aislarte del mundo, sino una independencia. Lo que pasa es que aquí es muy difícil establecer esa frontera.

Después Jarek y yo formamos compañía, fundamos Réplika Teatro como espacio escénico y nuestra idea era traer textos nuevos, cosas que no se habían visto por aquí, afrontar el espacio escénico de otra manera, cambiar la percepción que se tenía del teatro, implicar al público de una forma distinta. Dar respuestas, nosotros, como seres humanos a lo que está pasando aquí y ahora, cara a cara. Y también a nivel pedagógico, siempre me ha interesado la manera de cómo afrontar el teatro, y también la enseñanza del hecho teatral, esa investigación, qué hay que hacer para que haya un ser humano ahí.

 

¿No echas de menos dentro de esa independencia elegida más reconocimiento social? Tú eres una maestra de la interpretación, pero no se te ubica fuera de Réplika

En cierta manera yo también soy responsable de eso. No me gusta demasiado la exposición… esa cosa de venderte primero como artista para ser artista, me da mucha pereza. No va conmigo. Hay algo de rechazo en eso. No me quiero engañar de esa manera. Y ese comportamiento es verdad que también se paga a otros niveles. No vendo lo que soy o lo que estoy haciendo. Es verdad que estamos en un engranaje social en el que si no estás ahí fuera no existes. Si no estás en las RRSS, no existes. Si no estás en la imagen, no existes… pero, forma parte de mí y de mi independencia ser así. Yo soy actriz en el escenario, ahí es donde trato de demostrarlo.

 

Este año está siendo muy especial para Réplika Teatro, la sala y compañía que habéis fundado ha cambiado de espacio. ¿Cómo afrontáis esta nueva etapa?

Mikolaj Bielski es quien mejor te puede responder a esta pregunta -y ya lo ha hecho en vuestras páginas-. Él es la nueva generación de Réplika Teatro, él tiene el empuje y la fuerza y Jarek y yo y un gran equipo de trabajo, le acompañamos en esta nueva andadura.

Réplika Teatro es ahora un Centro Internacional. Es abrir las puertas a otras disciplinas, para crecer y ofrecer esos otros puntos de vista a esta sociedad como creadores. Hay algo fundamental en lo que tenemos que ahondar y defender. El ser humano es creador. Tiene esa capacidad de crear para cambiar y ofrecer nuevos puntos de vista a esta sociedad. Y eso es lo que queremos intentar a partir de ahora. Abrir el abanico y que no solo sea teatro, sino que haya performance, danza, música, poesía, investigación, pensamiento… posibilitar ese amplio espectro para intentar seguir creciendo.

 

Comparte este post