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Silvia Sparks: «La ofensa no es mala. La indiferencia y el aburrimiento sí lo son»

Por Jorge G. Palomo/@jorgegpalomo 

 

Silvia Sparks escribe como los ángeles. Ahí lo dejo, para romper el hielo. Una vez le pedí una reflexión sobre el humor de hombres, mujeres y viceversa y en sus palabras había más materia gris que en un congreso de ciencia. Hablamos con la cómica, que nos confiesa sus rarezas y pasiones o su peculiar día a día y, entre tanto, nos suelta una convicción existencial rotunda: “A veces no me creo del todo lo increíblemente feliz que me hace la comedia”. Y, a nosotros, su felicidad nos hace más felices. ¡La felicidad que brinda la comedia! ¡El arte de arrancar risas por doquier! Y ella lo consigue. Silvia Sparks demuestra el poderío creciente de una extraordinaria legión de cómicos que han tomado los bares, locales y teatros de todo el país. ¡Buscadla en las redes sociales e id a verla! El humor le viene de fábrica, revela, y en el escenario ha encontrado su feudo. Imparable Silvia Sparks… ¡Bienvenida a Godot!

 

¿Cómo se definiría Silvia Sparks y desde cuándo esta pasión por la comedia?

Supongo que soy bastante rara. Siempre he querido escribir y lo de la comedia me viene de fábrica. En el cole me enviaban constantemente a la directora por contar chistes obscenos. Nunca he encajado en la mayoría de los sitios. La comedia me fascina porque es un excelente medio para protestar, en el que el público y el cómico son cómplices. El humor siempre ha sido una constante en mi vida, lo que pasa es que antes lo hacía en el contexto inapropiado y ahora en los escenarios.

¿Cómo es tu día a día?

Me levanto. Leo el periódico. Me enfada. Lo tiro. Me pongo a ver ‘Stand up comedy’. Escribo. Me sale bien. Me sale mal. Me enfado. Miro mi cuenta bancaria. Lloro. Salgo. Me vuelvo a sentar. Tomo café. Me sale bien. Tomo café. Me sale mal. Me tomo una tila. Cocino. Hago yoga. Me sale bien. Me sale mal. Me enfado. Lo mando todo al carajo. Respiro. Cocino de nuevo. Veo a gente. Actúo. Bebo gin tonic. Deambulo por las calles con nocturnidad. Secuestro a palomas indefensas. Me voy a dormir… y ahí es cuando se me ocurren todos los chistes buenos.

¿Dónde podemos verte habitualmente, micro en mano y sin filtros?

En distintas salas de Madrid, Barcelona y algunas otras ciudades españolas. Me voy rotando como los cultivos. El 6 de octubre tengo el honor de estar en la mítica sala Clan Cabaret de Alicante. En Madrid, por ahora el 4 de octubre estaré en el Rockers de Fuenlabrada y el 17 en Moby Dick con Comedy Riot. ¡Seguidme por las redes sociales y os voy informando! (Nota del redactor: ¡Apuntad! silviasparks.com)

¿Vivimos buenos tiempos para el humor, pese a la corrección política atroz?

Vivimos tiempos vomitivos para casi todas las artes, pero la mayor venganza contra la corrección política es seguir adelante con mucha comedia y cuanto más ofensiva mejor. La ofensa no es mala, la indiferencia y el aburrimiento sí lo son.

El humor para Silvia Sparks es…

La sal del huevo frito.

El teatro y la cultura son…

Imprescindibles. Las sociedades necesitan expresarse. El teatro, la literatura y todas las formas de cultura son tan necesarias como una buena digestión.

Los medios y las redes sociales son…

El 11-S de la comunicación. Yo prefería las palomas mensajeras.

Tu tema infalible para desatar carcajadas…

Mis neurosis.

¿Qué y quiénes te hacen reír a ti?

Soy fan de Sarah Silverman, Lisa Lampanelli, Tig Notaro, Larry David, Bill Hicks, George Carlin, Chris D’Elia, Doug Stanhope, Bo Burnham, Faemino y Cansado, Ignatius, Ángel Martín. Y muchísimos más de mis compañeros cómicos y cómicas del día a día, sería imposible citarlos a todos. Pero el mejor de todos me sigue pareciendo Charles Manson.

¿Qué hay que tener para hacer un buen monólogo?

Algún tipo de tara y un buen par de ovarios. No, en serio, lo que quieras. Yo no tengo ninguna de las cualidades que se supone que tiene que tener una persona del mundo del espectáculo: soy introvertida, malhumorada, sincera, pesimista, desordenada, un completo desastre de ser humano. Estoy rotísima y, ya me ves, aquí estoy, en la cúspide de la gloria.

¿Cómo recuerdas tu primera vez… en escena?

Nunca se me olvidará. Aún conservo el papel con el guión de aquel día escrito a mano. Sentí como si fuera a morirme. Estaba nerviosísima. Todo desapareció al pisar el escenario y fue una actuación genial. A lo mejor sí que me morí, porque todavía a veces no me creo del todo lo increíblemente feliz que me hace la comedia.

¿Está cambiando eso de que se programan menos cómicas? ¿El humor tiene todavía sexo en algunos foros, amiga?

En algunos sitios sigue habiendo reticencias a programar mujeres, sin duda alguna. Pero sí que está cambiando y en muchos ámbitos también generamos curiosidad e interés. El mundo del espectáculo, la sociedad y la política necesitan una visión más femenina y todos nos estamos dando cuenta.

¿Cómo ves el furor del ‘stand up comedy’?

Fantástico. Ahora es mucho más fácil que hace unos años tener acceso a material de comedia de buena calidad.

Un momento inolvidable de tu vida fuera de los escenarios, acaso relacionado con el humor… Quién sabe.

Una vez presencié la ocupación de un edificio que llevaba abandonado 30 años por un banco importante. Para ocultar el ruido que hacía la apertura de las cerraduras, se puso la Novena Sinfonía de Beethoven desde varios equipos a todo volumen. La música clásica ocultaba el sonido de los martillos. Se construyó una universidad popular y se dio vivienda a gente que no la tenía. Fue maravilloso, cómico y épico. Igual no debía haber dicho eso en público. Oops. (Risas.)

Un teatro o lugar para reír a carcajadas. De Madrid o el mundo entero.

El Comedy Cellar de Nueva York, la sala Picnic en Madrid y el Barcelona Comedy Club.

Una película, libro o canción para sentirnos bien en épocas anodinas.

Bad Santa siempre me pone de buen humor. Es un retrato cínico y descreído sobre la Navidad. Los planes de un Papá Noel alcohólico y un enano tramposo para robar un centro comercial el día de Nochebuena se complican por culpa de un niño gordo entrometido. Cuando estoy realmente mal, veo Amélie, pero eso no se lo digáis a nadie…

Un viaje inspirador para gente sensacional, como todos nosotros…

Siempre he querido hacer O camiño dos faros (‘la ruta de los faros’) de Galicia y también coger el tren Transiberiano de Moscú hasta China.

Algo que me haya olvidado y te parezca ignominioso y quieras decirlo públicamente aquí, sin pudor…

Duermo con calcetines.

Un mensaje a los lectores de Godot y teatreros del mundo, ávidos de cultura, sexo salvaje, risas y espectáculos…

Trillones de gracias por leerme. ¡Venid muy pronto a verme actuar!!

 

(Palabras de la gran cómica Silvia Sparks… Porque sí, las cosas están cambiando. ¡Infinitas gracias y risas!)

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