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Salvador Sunyer: «La cultura es de los sectores que más puestos de trabajo genera y eso hay que reivindicarlo»

El director del Festival Temporada Alta nos habla sobre su modelo de gestión [entradilla]

 

Durante los meses de octubre, noviembre y diciembre se celebra en Girona y Salt Temporada Alta, el que muchos consideran el mejor festival de artes escénicas del estado español. Hablamos con su director sobre su modelo de gestión, íntimamente ligado a la escucha de los públicos.

 

Por Álvaro Vicente / @AlvaroMajer

 

Temporada Alta tiene muchas cosas buenas, pero algo muy destacable en vuestra gestión es la relación con los públicos.

Dedicamos mucho tiempo y mucho esfuerzo a esto. No es fácil, en principio, pero poco a poco vas viendo que tiene mucho sentido. Primero tienes los datos, es evidente, pero si los usas para mandar el mismo mail a todo el mundo, no sirve de nada. Este año he pedido al equipo de comunicación del festival que para el año que viene se tiene que poder mandar un mail diferente a los cuarenta mil inscritos que tenemos, un mail personalizado a cada uno, porque sabes lo que han visto, lo que les gusta, y les dices: mira, aquí tienes la programación, escoge lo que quieras, creo que te gustará esto y esto, pero estaría bien que te arriesgaras con esto otro.

 

Habéis llegado incluso ya a programar cosas que el público os pide directamente…

Sí, bueno, llevamos unos años consultándoles, pero no es vinculante, ellos piden y luego tú decides. El público pide siempre lo más comercial, pero luego hay cosas que hemos programado, como el cine, que a priori no pensábamos que fuera a interesar tanto. Preguntamos y nos dijeron, sí, claro, programad cine, y hacemos durante todo el año, fuera del festival, todas las obras del National Theatre en inglés en el cine de arte y ensayo porque la gente quiere verlas, y esto si no lo hubiéramos preguntado, no lo habríamos hecho. A parte de eso, cuando acaba el festival, mandamos un mail a todos, a estos cuarenta y pico mil registros, pidiéndoles que nos digan las tres cosas que menos funcionan del festival, las tres que cambiarían y los dos cambios que harían para que fuera mejor. Este año hemos empezado a cambiar horarios porque nos lo pedían, por ejemplo. Son tonterías, pero es un instrumento muy útil.

 

Siempre combináis grandes nombres internacionales con nuevos talentos. ¿Cómo hacéis para que el público se interese por lo que no conoce?

Nosotros, de cada espectáculo, de los 97 de este año por ejemplo, tenemos un plan de comunicación que se basa en una pregunta: ¿dónde vamos a buscar el público para este espectáculo? Y depende, cuando es una cosa de creación contemporánea, más estética, vas a buscar gente que le interesen las artes plásticas, o el videoarte, y cuando haces un espectáculo para niños, vas a buscar a gente que tenga niños, si no para qué lo pones. En creación contemporánea y artistas jóvenes es donde tienes que poner el máximo esfuerzo, ahí intentamos acercarlo a públicos que nunca entrarían a un teatro, gente de institutos, escuelas… los jóvenes siempre es más fácil que enganchen con los creadores jóvenes, porque tienen muchas cosas en común. El año pasado llevamos a los chavales de un instituto, donde el 94% de los alumnos son extranjeros, a ver una obra de danza de Alain Platel, y alucinaron, porque no habían ido en su vida ni a ver El lago de los cisnes… A veces esto falla, nos hemos pegado muchas hostias también… considerables.

 

Mateo Feijóo, el actual director de Naves Matadero, decía en su presentación de temporada -por su apuesta por artistas desconocidos- que todos los artistas han sido una vez desconocidos y si no se les apoya, nunca llegan a conocerse.

Àlex Rigola, sin ir más lejos, que es el que más espectáculos ha estrenado en Temporada Alta en toda la historia del festival, los primeros que hizo nadie sabía quién era, y a la larga ya ves dónde ha llegado. Y Xavier Albertí igual. También los hay que han hecho espectáculos en Temporada Alta y ni se sabe dónde están hoy.

 

Se dice que Temporada Alta es el mejor festival de artes escénicas del estado español. ¿Qué eco tiene realmente más allá de Catalunya, en España y en el mundo?

Eco entre profesionales bastante, mucho. Entre la ciudadanía… mira, estamos en un país donde va al teatro un 7% de los ciudadanos. En Francia un 28%. En Alemania un 32%. Por lo tanto, mucho eco no creo que tenga, en principio. Lo que pasa es que la gente que va, aunque sea poca, va desde cualquier sitio. Yo miro los informes de venta de entradas, que sabes desde dónde se hace la compra, y ves dos de un pueblo de Logroño, 14 de Murcia, 18 de allá… no son masas. Ves el mapa y, salvo Madrid y Barcelona, es bastante uniforme, porque es poco. Vendemos entradas en 35 países diferentes, pero es así, 5 entradas en Sidney, 3 en Montevideo…

 

¿Y esas visitas van necesariamente vinculadas al turismo en Girona, es decir, primero es la decisión de visitar Girona y luego aprovechar para ir al festival o es el festival el que tira de la gente?

Bueno, digamos que esto de vendernos en pack con las opciones turísticas que ofrece Girona lo iniciamos por aquello de que este no es un festival que se concentre en pocos días, sino que sucede a lo largo de dos meses y pico y eso requiere otra cosa. Y como estamos en una zona donde hay arqueología, mucho arte, Picasso y Dalí, Barcelona al lado, gastronomía de cojones, el mar, los Pirineos, paisajes brutales… pues dijimos hagamos un pack. Y funciona, curiosamente funciona, yo tenía mis dudas, pero funciona. Pero normalmente tira el festival más, porque los que vienen de fuera son los locos, hay gente que donde está Castellucci, esté donde esté, va a verle. Este espectáculo que tenemos este año se ha hecho muy poco, y estoy seguro de que habrá 50 de esta gente que viene de fuera que vienen a ver a Castellucci. Otros vienen a ver a Korsunovas, otros vienen porque son unos apasionados del flamenco…

 

De un tiempo a esta parte da la sensación de que empieza a pasar lo que con la música en el teatro, que pones un espectáculo a la venta y se venden las entradas en seguida… en Madrid han volado los abonos de los Teatros del Canal, hay un montón de obras ya agotadas. ¿Hasta qué punto es importante para hacer estas programaciones tan atractivas las colaboraciones entre entidades, entre Temporada Alta y Canal o CDN o Lliure en Barcelona? Porque luego vienen y hacen más funciones si os traéis espectáculos internacionales entre todos, ¿no?

Esto es básico. Estamos en un país en el que se dedica una mierda a la cultura, hablando en plata, un 0,5% del presupuesto general en España, y en Francia es el 2,8% y en Alemania el 3,2%. Imagínate que en Sanidad dedicáramos aquí una cuarta parte de lo que dedican en Francia, esto sería la hecatombe. Por eso es imprescindible para nosotros colaborar entre entidades. El espectáculo inaugural de Avignon del año pasado costaba lo mismo que toda la programación de Temporada Alta, y estamos a 250 km, ¿eh? No estamos en el África central. Esto quiere decir que el teatro internacional vale lo mismo aquí que en Avignon, y como si quieres llevarlo a Mali. Tenemos que tener teatro internacional y la única forma es encontrar cómo abaratarlo, compartir estos gastos entre unos cuantos. Y es fácil. Este año lo hemos hecho con el Canal, con el Festival de Vitoria o con el de Cádiz. También hemos trabajado con el Central de Sevilla otros años y antiguamente con el Festival de Otoño, y supongo que ahora que para el año que viene lo van a compactar otra vez, también, volveremos a colaborar. Y no solo colaborar para traer cosas internacionales, que lo hemos hecho con todos, con La Abadía, con el CDN, con el Canal ahora, sino que creo que hay que coproducir, que es tan importante o más que lo otro. Cuando viajas, notas que el nivel económico de las producciones es muy diferente, aquí no podemos asumir esos costes por uno mismo, hay que hacerlo en co-producción. En Francia ya lo hacen, que han dejado de producir por separado cada CDN y coproducen entre varios. Claro que en Francia son 70 cdns, 5 teatros nacionales, más los de danza. A 10.000 €, entre 30 son 300.000€, y con una ventaja, tienes 30 sitios para enseñar el espectáculo. Y aquí no hay hábito de hacerlo y deberíamos tender a hacerlo cada vez más.

 

Habiendo una red de teatros públicos como hay en España también muy potente…

Sí, pero no producen, hace tiempo que los teatros ya no producen, solo exhiben, los que producen son muy pocos: en Madrid el CDN, muy poco el Canal, el Español… y en Barcelona el Grec, el Nacional y el Lliure, junto con nosotros, y poco más. Si no se junta para cada proyecto esta gente, qué vamos a hacer…

 

El modelo de financiación del festival se basa en la combinación público-privada. ¿Tenemos que seguir insistiendo en el valor de la cultura para no avergonzarnos de que sea ayudada públicamente? ¿Por qué?

Porque a diferencia de la sanidad, de la comida, de los transportes… se puede vivir sin leer nunca un libro, ver nunca una obra de teatro, etc. Entonces, todo lo que es cultura, o antes se incide en la formación, y por tanto en la necesidad, o no tiene sentido. Si ahora haces una encuesta y preguntas a los habitantes de Girona si quieren Temporada Alta o un scaner en un hospital, quedarías 1000 a 0, segurísimo. Por eso estamos nosotros ahora obsesionados en la línea de la formación, esto no cambiará hasta que la gente lo vea como algo que quieren y necesitan. En el último cambio político que ha habido en el Ayuntamiento de Girona, entró una nueva alcaldesa y todo el mundo fue en seguida a decirle: no toques Temporada Alta. No por nada, no tiene ningún mérito. Simplemente se ha creado una necesidad, porque viene mucha gente de Girona a ver cosas en el festival. Mientras no pase esto, ya puedes dar subvenciones. Además, tienen muchas más subvenciones la pesca, la agricultura, la fabricación de coches, la enseñanza, la I+D, lo que quieras, y todo el mundo lo encuentra normal. Y lo que también tenemos que reivindicar, aunque parezca una tontería, es cuántos puestos de trabajo da la cultura. En Catalunya es el tercer sector en puestos de trabajo, por delante de la industria automovilística, y eso que allí hay tres grandes fábricas de coches. Y en EEUU es el segundo, ojo, el primero es armas, no lo olvidemos, y la cultura es el segundo. Es importante, porque además son puestos de trabajo que no se pueden externalizar, que no los hacen en la India a tres pesetas.

 

Vosotros tenéis un 46% de dinero público.

Al cierre de taquillas estaremos ahí más o menos. Tenemos un millón de euros más aproximadamente de sponsors, y taquillas. Para mí lo del dinero público y las subvenciones es muy fácil. Te dan un dinero y después tienen que decirte para qué lo dan, porque las instituciones también tienen que tener claro qué persiguen con esa ayuda: si quieren que vaya más gente al teatro, si quieren que se produzca creación contemporánea, si quieren invertir en formación… Y después, cuando acaba el festival, hay que rendir cuentas, tiene que venir la institución a hacerme una auditoría, ver si se cumplen los objetivos que se pusieron al principio. Es casi imposible saber los números de los festivales del mundo. Sabesmos que el de Viena tenía un 82% de ayuda pública. Y Avignon está en el 59%. Y nuestro objetivo sería 33-33-33. Lo conseguiremos en sponsors, no en taquilla, porque como lo tenemos todo lleno solo hay una fórmula, subir los precios, y nosotros tenemos precios caros, pero muchas entradas a 3 euros para menores de 25 años, para personas en riesgo de exclusión social… No queremos tocar los precios.

 

¿Qué presupuesto total tiene el festival?

En torno a los tres millones de euros. En la web del festival, en el apartado Modelo de gestión, se pueden consultar todos los datos.

 

Esta apuesta por la transparencia también es una declaraciones de intenciones…

Es que tenemos dinero público, si no lo tuviéramos, a nadie le importa, pero tienes dinero público, tiene que ser así.

 

Has hablado de vuestra obsesión con todo el tema de la formación. ¿En qué consiste este plan que estáis poniendo en marcha?

Es un nuevo plan que empezaremos este año con una experiencia piloto, que irá creciendo. Tiene 4 apartados: primero haremos unas jornadas con una parte teórica sobre cultura y formación para maestros y enseñantes de todas las edades, que será tipo congreso. Habrá artistas que han trabajado en formación, como Sol Picó, son como 30 de este nivel, y haremos como parejas de baile, un artista y un pedagogo, haciendo cursos a los formadores.

Después estará lo que se llama Artistas en el aula, que será con los artistas que vengan al festival, no todos, pero una buena parte. Lo que harán es dar clases en colegios e institutos de la ciudad, desde P3 hasta nivel universitario, no diciendo mi espectáculo es muy bueno, no hablando de su espectáculo, sino temas más profundos que les hemos propuesto. Esto lo ofrecemos a todos los colegios e institutos y todo gratuito, excepto los privados que tienen que pagar.

Otro apartado son los Espectáculos en el aula, que son espectáculos pequeños que se harán en las aulas de los colegios que quieran, pensados expresamente, sobre la relación con otras culturas, sobre el maltrato y la violencia machista… imagínate, un actor que entra en un aula, se hace una actuación de media hora sin que los chavales sepan nada y a partir de aquí empiezan un trabajo que dura una semana.

Luego hay otro apartado del plan que se llama las Aulas en los escenarios, y tenemos en marcha dos experiencias piloto con dos colegios. Durante todo el año, el festival ha tenido al equipo de Oriol Broggi trabajando allá coordinando un trabajo entre dramaturgos y los chicos, que han escrito un texto corto y después lo han trabajado unos con músicos otros con actores. Los 385 niños de la escuela, todos, participan en el espectáculo, en la escenografía, en todo, y el montaje resultante se programa en el festival como uno más, diciendo lo que es, sin engañar, que forma parte de un programa de formación escolar y que tiene los objetivos que tiene. Los chicos viven en primera persona un mundo que les apasiona. Lo mismo hemos hecho con cine en un instituto de bachillerato artístico, con un directora de cine que trabajó durante todo el curso con chicos y chicas, escogieron un tema, trastornos alimenticios, y han estado todo el año trabajando. Les ha dado clase Lluis Homar, Clara Segura, Álex Brendemühl, etc. Escribieron el guión y cuando acabó el curso rodaron un largo, con un equipo de profesionales, y la peli se presentará en el festival dentro de la programación de cine.

Y como estas, tenemos varias pruebas piloto en marcha y queremos que esto se establezca poco a poco.

 

TEMPORADA ALTA. Festival de Tardor de Catalunya. Girona-Salt

Del 11 de octubre al 10 de diciembre

Toda la programación en: www.temporada-alta.net

 

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