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A Chema, el futuro se le ha echado encima y cómo se siente inútil para relacionarse con la nueva cibernética, sueña con un mando y un solo botón para manejarlo todo. Aparece en su vida Rom, un peculiar ordenador personal de origen humano, es decir un ‘clon’, cruce genético-cibernético, que además de cerebro tiene un gran número de discos duros con unas propiedades impresionantes. Chema lo esclaviza, porque solo lo entiende como máquina y Rom se rebela hasta que lo entienda como ser humano.
El Marido, triunfador social, no puede entender que el amante de su mujer sea un vendedor de pañuelos en un semáforo, carente de atractivos sociales, físicos o económicos, El Marido entiende a su mujer desde un punto de vista práctico mientras que El Amante lo hace desde una perspectiva emocional.
El Hombre Oscuro, un perdedor sin escrúpulos: «Sí no lo hago yo, lo haría otro», persigue sin tregua al Deudor, un perdedor con ética: «Pues que lo haga otro».
Lucía no soporta que Manolo, su marido, solo aprecie la cultura masculina, y como está muy enamorada, se provoca un proceso de metamorfosis, convirtiéndose temporalmente en hombre y llegar a ser todo lo que él respeta. Ese espejo del Callejón de Gato ‘valleinclanesco’ hace reaccionar a Manolo.
Mario y Pepe han tenido un accidente; uno se ha quedado temporalmente ciego y el otro, se ha fracturado los brazos y los tiene inmovilizados por un complejo aparato ortopédico. Ambos comparten piso y se necesitan para sobrevivir, pero la subjetiva realidad de cada uno provoca situaciones torpes en las que el ego se impone al bienestar.
Entiéndeme tú a mí es un mosaico fresco, agudo, audaz y divertido sobre la incapacidad de ponernos en el lugar del ‘otro’. Las ventajas de la empatía son extraordinarias, lo contrario provoca situaciones tan torpes como divertidas.
