8 de Marzo. Qué celebramos y qué reclamamos

 

 

CELEBRAR

 

No sé si la palabra es celebrar.

 

Lo que sí creo que es necesario es recordar, hacer un punto de la situación, mirar atrás para ver cuál era el papel de la mujer de hace tiempo (en la sociedad, el trabajo, la vida en general) y mirar para adelante para imaginar cómo podría ser idealmente dentro de algunos -espero que pocos- años.

 

No soy muy amiga de las fiestas ad hoc (el trabajador, los enamorados, la mujer, el orgullo gay, el padre…), siempre me parece que si existe la necesidad de dedicar un día concreto y especial a la mujer, es como subrayar que existe una «diferencia».

 

El día que esta fiesta deje de tener importancia… pues ese día será una fiesta.

 

DENUNCIAR / RECLAMAR

 

Las denuncias y los reclamos solo creo que tienen que producirse en caso de abuso.

 

En el día a día, hay que exigir que a todo el mundo se le puedan ofrecer las mismas oportunidades, de crecimiento personal y profesional.

 

Sin depender del sexo, del aspecto físico, de las creencias personales, o de la nacionalidad… no lo digo yo, lo dicen varias Constituciones.

 

En lo profesional, me gustaría pensar que vale más la calidad del trabajo de cada uno, que otros aspectos. Nuestro trabajo se basa en el hecho implícito de ser continuamente expuestos al juicio de los demás, a los gustos personales del público… ese es el juego que hay que jugar, a veces en este juego los criterios de igualdad o paridad no funcionan del todo.

 

Si en algún momento me entero de que me contratan por ser mujer más que por mi trabajo, o porque hay que cumplir alguna estadística, no creo que me hiciera mucha gracia.

 

Y tampoco me haría gracia lo contrario.

 

Creo que hay muchas artistas que están encontrando su lugar en el mundo del arte, de la instalación, del teatro, y de la cultura en general, y destacan por lo que saben crear. Y espero ver muchas más, y muchas más personas, a las que se le ofrezca la posibilidad de generar belleza.

 

 

Ver todas las opiniones