Por Álvaro Vicente / @AlvaroMajer

 

La revolución de José y sus hermanas

 

Llega a Madrid una de las obras más aclamadas de los últimos tiempos en Barcelona y alrededores, Los bancos regalan sandwicheras y chorizos. Con dramaturgia y dirección de Silvia Ferrando, cuenta con un enérgico elenco de recién egresados del Institut del Teatre.

 

Abril de 2017. Los alumnos y alumnas de interpretación del último curso del Institut del Teatre de Barcelona son divididos en varios grupos para acometer su práctica final. Una de las profes del Institut, Silvia Ferrando, propone al grupo que le ha tocado un taller para investigar de cara a conformar un espectáculo de creación propia. De lo que se trata es de intentar, primero, responderse a una serie de preguntas: ¿Quiénes somos y cómo vivimos tras 40 años de dictadura en España? ¿Cuál es el sentimiento de los jóvenes ante los rastros del franquismo? ¿Qué significa para ellos la figura de Franco? ¿La conocen en profundidad? ¿Cómo influyen en sus vidas la transición española y los silencios? Este es el tema: ¿qué le queda en la memoria física y mental a los millenials del franquismo? 

 

Estrenar en un momento convulso

Ferrando empieza haciendo una especie de experimento. Antes de entrar con Franco, entra con Hitler. “Les pregunté -rememora la directora- qué imágenes tenían del nazismo y de Hitler, e intentamos ver cómo se les colocaba en el cuerpo todo eso, cómo lo contextualizaban y lo colocaban en la Historia. Después pedí lo mismo con Franco y su régimen. La diferencia era patente: lo que tenía que ver con el franquismo se reducía a alguna anécdota familiar y les costaba muchísimo más la contextualización histórica. Y ocurre que a Barcelona viene mucho teatro alemán o argentino, con lo que parece que sabemos más de la historia alemana y de los desaparecidos de la dictadura argentina que de nuestra propia Historia. Así que nos pusimos a hacer un enorme trabajo de documentación e investigación”. Con todo aquel material, empezaron las improvisaciones al tiempo que se rescataban lenguajes vanguardistas del siglo XX pero pasados por el filtro de la juventud de nuestros días y toda la tecnología que rodea sus vidas, sin renunciar a las particularidades de cada actor o actriz, pues en el grupo hay tanto gente de Barcelona como de otros lugares como Valladolid o Mallorca. Todo ese mejunje dio como resultado Los bancos regalan sandwicheras y chorizos, título que salió, precisamente, de una de las improvisaciones. La pieza se estrenó en el Institut y otro profesor que la vio, maravillado, movió contactos y pudieron sacar el espectáculo de allí y mostrarlo en el Festival de Olite. Y poco más tarde apareció el Teatre Tantarantana de Barcelona ofreciéndoles estrenar allí la obra en octubre. Y así fue, se estrenó el 4 de octubre de 2017, justo tres días después del referendum del 1-O. Podéis imaginaros cómo estaba la capital catalana y lo que supuso una obra como esta en un momento como aquel.

 

El germen de una compañía

Finalmente completaron dos temporadas en el Tantarantana a teatro lleno, recibieron premios de la crítica de Barcelona y empezaron a girar. Aquello funcionaba, cada vez con más entidad, y no dejaba indiferente, quizás podría plantearse crear una compañía. Una idea que hoy es una realidad, la compañía José y sus hermanas, jugando con aquel título de Thomas Mann y con la premisa de hacer un teatro que hable de la actualidad que vivimos: “apostamos por una conexión entre lo que le pasa al espectador y lo que pasa en escena, siguiendo aquella pregunta que Lorca se hacía: ¿por qué ir al teatro para ver lo que pasa y no lo que nos pasa?”, apunta Ferrando. En esa línea han seguido ya con un segundo espectáculo, Arma de construcción masiva, que estará en los Teatros del Canal la próxima temporada. Pero antes, disfrutaremos con la frescura y radicalidad de su primera pieza, que dos años después de su estreno ve cómo, sin tocar prácticamente ni una coma, cada una de sus frases se resignifica ante las circunstancias políticas que se suceden en nuestro país, sobre todo ese despertar de las bestias franquistas dormidas, que vuelven a estar en las instituciones. Esta obra tiene muchas cosas buenas, pero fundamentalmente que invita a los jóvenes (y no tanto) a mirar hacia atrás y renovar su conciencia e interés políticos, por lo que pueda pasar.