Mirar no tiene edad
Estrenada el mes pasado en el SURGE, La Familia No es lo último de Gon Ramos y ahora salta a un escenario mayor con la producción de Kendosan Producciones y el protagonismo en escena de Jacinto Bobo, Fabia Castro, Emilio Gómez y Eva Llorach. Podremos verla del 14 de junio al 8 de julio
Por Álvaro Vicente/@AlvaroMajer
Cuatro hermanos se han quedado solos en el coche en el que viajaban con sus padres, que han bajado a comprar provisiones a la gasolinera. El destino es la playa, van de vacaciones. En esa circunstancia, el tiempo queda suspendido y el espectador asiste a ese momento de soledad de los cuatro hermanos. Sus edades se transforman, el coche muta, las relaciones se ponen en entredicho y la frontera entre la ficción y la realidad salta por los aires, abundando en el extrañamiento. Vamos a vivenciar un planteamiento sobre la infancia, sobre la concepción temporal, sobre los roles familiares, sobre la deconstrucción de la personalidad y sobre el camino que es estar vivo.
Ideal de vida
Detrás de este proyecto de La Familia No no solo está Gon Ramos en lo creativo, sino la perseverancia de un productor, Jesús Sala (Kendosan Producciones), que tras ver Un cuerpo en algún lugar en el Pavón Kamikaze quiso a toda costa propiciar el alumbramiento del que ya es uno de los dramaturgos y directores esenciales en la nueva hornada teatral española. «Nos juntamos a tomar un café un día Jesús y yo -cuenta Gon Ramos- para hablar de qué podíamos hacer, qué cosas nos interesaban, y apareció el mundo de lo ideal, el ideal de vida, esto que dices: si yo no hubiera sido esto o hecho esto, habría hecho esto otro. Con eso empezamos a improvisar y en una improvisación uno de los actores, que tiene 51 años, dijo que si volviera atrás, su ideal hubiera sido presentarse de pequeño al casting de Billy Elliot. Ahí apareció algo muy interesante: por una parte, el conflicto entre el cuerpo real y el cuerpo imaginado, entre la edad real y la edad poética, y luego también el mundo de la infancia. Él, al plantear la situación, no hizo de otro niño, sino que era su niño queriendo hacer eso. A partir de ahí empezamos a trabajar la idea de que eran cuatro hermanos, dos con 6 años, uno con 8 y otro 9, casi 10. Con esa información, hicimos horas de improvisaciones y fue un ejercicio de recordar cómo era mi actitud de niño, ir trayéndola y componer. No era ‘voy a hacer de niño’, sino que el trabajo partía de los propios recuerdos de uno mismo. Desde ahí todo se fue conformando, llegó la cuestión de la ausencia de los padres y llegó la idea ‘beckettiana’ de la espera de la persona que te va a decir algo tan importante como para que dejes de esperar algo, que no sabes lo que es. De ese punto de partida, cuatro hermanos esperando a sus padres, nació todo».
No es no, ¿o qué?
Igual que en Yogur/Piano, donde el título salió durante el proceso a partir de una canción de Sigur Ros, en este caso, donde ha habido un proceso creativo similar en tiempos y modos de cocción, en lo colectivo, fue el trabajo de creación el que hizo aflorar lo que luego sería el título de la obra, porque de pronto se daban muchas situaciones de negación de los hermanos pequeños respecto a los mayores. Al término del ensayo, recuerda Gon Ramos, uno de los actores, Jacinto Bobo, dijo medio en broma: esta es la familia no. «Fue tan contundente y nos atravesó tanto a todos, que empezó a tener muchos sentidos para nosotros. De la familia No, como apellido, que es lo que se propuso en principio pero que a mí me interesaba menos, había algo en la expresión como negación que resumía perfectamente lo que se pone en juego». Cuántas veces no habremos pensado y dicho eso todos, la familia no, gracias, fuente de las más grandes alegrías y conflictos, origen de nuestras carencias y nuestros defectos, armazón dentro del que cuaja nuestra personalidad, que desde el ser adulto nos obliga, como en este caso, a ser radicales mirando a la edad temprana que nos vio empezar a ser. Y tú, ¿qué quieres ser de pequeño?
Teatro Fernán Gómez
Del 14 de junio al 8 de julio
