Con el objetivo de difundir la danza a través de lenguajes coreográficos diferentes, la Compañía Nacional de Danza -bajo la dirección de Joaquín De Luz- regresa al Teatro Real del 19 al 21 de noviembre con un programa triple que incluye dos trabajos inéditos, Apollo y Concerto DSCH, y un título emblemático que Nacho Duato creó en 2001 para la compañía: White Darkness.

 

Por Redacción.

 

Danza en el Real

 

Comenzamos hablando de White Darkness de Duato, que en ese año 2001 era director de la compañía. La pieza servía como vehículo de investigación de nuevos lenguajes sirviéndose de la potencial expresividad de los bailarines, el movimiento y el profundo conocimiento de la música de Karl Jenkins. En cuanto a su inspiración, se trata de una reflexión abierta, sin emitir juicio alguno, sobre el mundo de las drogas y el efecto que éstas pueden ejercer en nuestro comportamiento social, en nuestra capacidad de comunicación con los demás y en definitiva en nuestras vidas.

 

Inspiración rusa

Las dos piezas del repertorio de la CND que por primera vez podremos ver en el Real tienen a dos compositores rusos como protagonistas, Stravinsky y Shostakóvich. La música del primero sirvió a George Balanchine para crear su obra maestra Apollo, estrenada con los Ballets Rusos de Diághilev en 1928 en París. En ella se nos presenta al joven dios y su llegada al mundo adulto de la mano de las musas de la poesía, mimo y danza.

 

Por su parte, Alexei Ratmanski realizó un apasionante ejercicio de emoción y drama con la vibrante partitura de Shostakóvich -en su Concierto para piano nº 2- para crear Concerto DSCH. El compositor quiso con esta creación realizar un regalo para su hijo Maxim por su 19 cumpleaños y comunica una energía optimista después de la represión de la era Stalin. Estrenada en 2008 en New York, la pieza fue la segunda colaboración de Ratmanski con el New York City Ballet, tras Russian Seasons (2006).

 

Foto destacada: Alba Muriel.