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Inma González: «Mi abuelo fue capaz de contar lo vivido en Mauthausen sin mostrar odio»

Por Sergio Díaz

 

Inma González es la nieta de Manuel Díaz, un superviviente del campo de concentración de Mauthausen. Inma ha creado un espectáculo unipersonal, dirigido por Pilar G. Almansa, Mauthausen. La voz de mi abuelo, en el que va relatando los hechos que allí vivió su abuelo, un hombre que usó el humor como fortaleza para salir de ese infierno con vida.

 

¿Cómo se te ocurre la idea de llevar a cabo este proyecto?

Pues supe que tenía que darle voz a la historia de mi abuelo en el momento que fui conocedora de ella. Después de la muerte de mi padre, yo tenía 25 años, mi madre me entregó unas cintas que contenían la entrevista que unos jóvenes estudiantes le hicieron a mi abuelo, y fue ahí cuando mi madre me dijo que su padre había estado en un campo de concentración. Mi abuelo le dio las cintas a mi padre para que hiciera algo con ellas, para que escribiera la historia. Mi padre no llegó a hacer nada. Y claro, yo en ese momento supe que tenía que darle forma de la única manera que sé, a través del teatro.

Imagino que has hablado mucho con Benito Bermejo (historiador e investigador español, especializado en el estudio de los deportados españoles a campos de concentración nazis). Tú conociste a tu abuelo de una manera. ¿Las conversaciones con Benito te han cambiado esa percepción que tú tenías de él?

Pues con Benito pude contactar días antes del estreno, y tras una larga charla telefónica descubrimos que la entrevista que yo tengo no se la había hecho él. Pero Benito sí que llegó a entrevistar a mi abuelo y se acuerda perfectamente de él. Lo que más me emocionó oír de su boca fue cómo recordaba que mi abuelo, después de contarle alguna atrocidad de las vividas, siempre terminaba dándole la vuelta y haciéndoles reír hasta llorar, llorar de risa. Fue bonito descubrir que su sentido del humor nos une a todos en el recuerdo.

Nunca se habló en tu casa de este episodio de su vida ¿Te hubiera gustado que tu abuelo te contara de primera mano sus vivencias en Mauthausen?

Sí, la verdad es que sí. Me hubiera gustado enterarme antes porque después de conocer la historia, cuando volví a ver a mi abuelo estaba ya muy enfermo y al poco tiempo murió.

¿Cómo fue el momento de volver a casa y del reencuentro de tu abuelo con su familia? ¿Te han hablado de ello? Yo lo pienso y tiene que ser de una emoción indescriptible…

Pues no fue tan idílica la situación de los españoles que sobrevivieron a los campos, eran los apátridas, no podían volver a la España de Franco. Muchos de los españoles fueron acogidos en Francia. Y los que habían cruzado la frontera con sus familiares sí se pudieron reencontrar, como fue el caso de mi tío abuelo, el hermano de mi abuela. Mis abuelos se conocieron en Francia, se casaron y allí nació mi madre. Pasados unos años pudieron volver a España, volvió a La Línea de la Concepción y ahí se reencontró con su hermana. Allí nacieron algunos hermanos más de mi madre, pero mis abuelos no estaban a gusto con la España de Franco y decidieron volver a Francia, pero mi madre quedó aquí con la hermana de mi abuelo. Así es que la familia por parte de mi madre está en Francia y aunque siempre ha habido y hay contacto, no nos hemos criado juntos.

 

Inma González: "Mi abuelo fue capaz de contar lo vivido en Mauthausen sin mostrar odio" en Madrid
Inma González. Foto: Joel Machbrit

 

¿Cómo fue su vida tras aquella experiencia? ¿Mantuvo ese sentido del humor que tanto le ayudó en el campo de concentración? ¿Cómo mira la vida alguien que ha sobrevivido a ese horror?

Pues yo lo recuerdo como una persona feliz y muy divertida, era un cachondo. Y lo que rescato de la entrevista grabada es que estaba en paz consigo mismo. Fue capaz de contar lo vivido sin mostrar odio, fue capaz de entender al otro y ponerse en su lugar. Creo que tenemos mucho que aprender de los que han vivido este tipo de historias en primera persona.

Una vez que ya sabes la historia, ¿Te ha ido llegando información por parte de tu abuela o a través de tu madre u otros familiares…?

Mi abuela vive, cuando he intentado hablar con ella del tema he notado que le costa mucho hablar. Intenté grabarla incluso, porque me interesaba mucho su historia y me intrigaba mucho su mirada… En mi abuela sí he visto más dolor y sufrimiento contenido. Ella cruzó la frontera a Francia con sus padres y hermanos. Su padre y hermano mayor estuvieron en Mauthausen. Mi abuelo los conoció allí. Mi bisabuelo murió en Gusen, campo anexo. En la obra hablamos de mi tío abuelo, pero no llegamos a contar nada de mi bisabuelo…

La obra es unipersonal, ¿Tuviste claro que querías hacerlo así, que no querías meter más personajes? ¿Quizá para darle toda la fuerza a la voz de tu abuelo?

Pues siempre lo tuve claro… no sé muy bien por qué. Siempre me imaginé yo sola y una montaña de zapatos.

Actuar imagino que es un acto emocionante, pero cuando lo haces con obras tan personales como la que has creado… ¿Qué sientes cuando acabas cada función? Te aplauden a ti, pero también es como un reconocimiento a tu abuelo… ¿Lo sientes así?

Sí que contar la historia de mi abuelo está siendo especialmente emocionante. Cuando acaba la función y entro a camerino siento mucha paz. Y el aplauso es siempre compartido, yo soy la cara visible pero esto es un trabajo en equipo y estoy feliz y orgullosa del mío. Pero sí, en esta ocasión el aplauso lo siento menos mío.

¿Has estado en Mauthausen? ¿Qué sentiste?

Estuve en 2015. Fue un viaje muy intenso emocionalmente. El viaje me ayudó a salir de la historia de mi abuelo y a conectar con la de millones de personas. Fue un viaje organizado por la asociación Amical de Mauthausen y coincidió con los actos conmemorativos de la liberación. Fue muy emocionante y revelador el encuentro con tanta gente de diferentes nacionalidades.

¿Cómo surge la relación con Pilar G. Almansa para que ella dirija este montaje?

Pues yo llevaba mucho queriendo y buscando la forma de contar esta historia. Después del viaje a Mauthausen vine muy motivada. Me quedé embarazada e hice un feliz parón profesional. Cuando decidí retomar, decidí hacerlo con este proyecto. Pilar apareció en mi mente y sin pensarlo dos veces la llamé y se lo propuse. Nos habíamos conocido hacía muchos años aunque no teníamos contacto continuo y nunca habíamos trabajado juntas. Yo había seguido su trayectoria y algo me decía que con ella iba a funcionar. Ha sido un encuentro feliz en el arte y en la vida.

¿Por qué caminos te ha guiado Pilar para empastar todo?

Pues ha sido un proceso a fuego lento. El espectáculo ha sido creado desde una investigación en la dramaturgia del espacio. Empezamos escuchando las grabaciones de la entrevista, después pasamos a explorar las posibilidades narrativas del espacio, pusimos en juego los objetos; los zapatos, la escalera… y nos lanzamos a buscar imágenes a través de dinámicas de movimiento que fueran recreando los diferentes lugares y entornos. Llegamos a una estructura narrativa de la historia a través de las posibilidades espaciales de la escenografía y después se fue metiendo contenido. La escritura del texto se hizo a pie de ensayo, con un diálogo constante entre escena y texto. Pilar ha sabido hilar fino y plasmar a la perfección el tono de mi abuelo.

Tú también firmas la escenografía junto a Agustín López y Rubén Díaz de Greñu. ¿Qué queríais transmitir? ¿Cómo se os ocurrió la idea? Porque evocáis muchas cosas con elementos muy sencillos…

Realmente la elección de los objetos y el espacio escénico es cosa de Pilar y mía, y buscamos imágenes evocadoras y simbólicas. Agustín López, además de ayudarme en la realización de los elementos que se han construido, es parte importante, aunque a la sombra, de este proyecto. Es mi pareja y he recibido su apoyo incondicional. Y Rubén, otro gran fichaje, ha sabido darle el color y el matiz. También he tenido la suerte de contar para la ambientación de vestuario y zapatos con María Calderón, una grande. Y bueno, a todo esto hay que sumarle el diseño de iluminación de Jesús Antón apoyado por Sergio Guivernau y Cova Mejía.

Y la música de Luis Miguel Lucas también es maravillosa y te va guiando por la obra… ¿Hablaste con él para darle pautas de lo que querías o le dejaste hacer?

Pues Luismi se subió al carro con el trabajo muy avanzado y una estructura muy cerrada. A Pilar y a mi nos costaba pensar en cómo sonaba esta función. Luismi es actor y músico, y tiene una sensibilidad especial. Ha sabido encontrar como acompañar cada momento. Y el resultado ha sido espectacular, una música que emociona.

Una vez que construyes todo esto… ¿Qué se te queda a ti a nivel personal de una historia así? ¿Y qué quieres transmitir a la gente con esta obra?

A nivel personal se me quedan muchas cosas y por decir una… no sé… esa sensación de… madre mía estoy aquí por una sucesión infinita de pequeñas decisiones que no son mías, estoy aquí por los pelos… jejeje… no sé me resulta muy loco pensar en eso.

Y este es un montaje que quiero mover por institutos y aunque está concebido para el público en general me parece importante que los jóvenes conozcan los horrores de nuestra historia reciente y el heroísmo de una generación que está muy cerca de nosotros. Me parece importante transmitir el testimonio real de alguien que supo agarrarse al humor como estrategia de supervivencia.

 

MAUTHAUSEN. LA VOZ DE MI ABUELO

Nave 73

Domingos de diciembre

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