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Hongaresa celebra 25 años

«Los teatros son espacios para el latido colectivo verdadero»

 

La Companyia Hongaresa de Teatre está de aniversario. Han pasado 25 años desde que Lola López, Lluïsa Cunillé y Paco Zarzoso unieran sus caminos y decidieran formar esta compañía que a lo largo de toda su trayectoria ha demostrado un firme y honesto compromiso con la artes escénicas, primero, y con la realidad que nos rodea después… o con ambas cosas a la vez, porque son indistinguibles.

Libración fue el comienzo de todo. Hoy, 25 años después de la puesta en escena de ese montaje, han decidido volver a retomar este espectáculo para que sea el final perfecto a este año de celebración. Lola López, que lo interpretó por primera vez junto a Lina Lambert, ha dejado ahora la interpretación en manos de Mafalda Bellido y Blanca Martínez y asume la dirección. La propia Lola López y Paco Zarzoso nos hablan de la reposición de espectáculo que podremos ver en Teatro Lagrada del 17 al 20 de octubre y nos cuentan cómo han vivido este cuarto de siglo sobre los escenarios.

 

Por Sergio Díaz

 

¿Paco, cómo surge Hongaresa? ¿Cómo cruzáis vuestros caminos y decidís emprender este proyecto?

Paco Zarzoso: Hace 25 años Lola López fue a la Sala Beckett de Barcelona para interpretar la obra Libración de Lluïsa Cunillé dirigida por Xavier Albertí. Por aquellas fechas, yo, que ya conocía a Lola, fui a la Beckett a recibir un taller de José Sanchis Sinisterra. Los tres nos encontramos, los tres nos conocimos, los tres hicimos amistad, los tres vimos que teníamos ganas de hacer teatro juntos. Lluïsa y yo escribimos Intempèrie y al año siguiente la estrenamos dirigida por Lola López e interpretada por ella y por mí. A partir de ahí ya no paramos…

 

Preparando la entrevista he leído esta frase sobre vosotros: «Los tres se habían conocido gracias a su colaboración esporádica con el colectivo subversivo húngaro Kostolany, catalogado por algunos países y varias multinacionales como altamente peligroso». ¿Nos podéis hablar de esto?

Paco Zarzoso: El nombre Kostolany corresponde no a un colectivo subversivo sino al apellido de un escritor que nos gustaba mucho… Aquel juego ficcional imagino que debimos decirlo por la parte combativa y antisistema que de alguna manera siempre ha latido en nuestra compañía…

 

¿Cómo funcionáis como compañía? ¿Cuál es ese proceso de trabajo entre los tres para decidir quién escribe y que texto vais a montar?

Paco Zarzoso: Creo que la compañía es tan longeva porque nunca nos reunimos. Cada nueva obra que hemos puesto en escena ha nacido de un deseo diferentes. «¿Y si escribimos una obra sobre el barrio del Cabanyal de Valencia?», «¿Y si hacemos una obra inspirada en los mitos griegos?», «¿Y si hacemos una obra con trucos de magia?», «¿Por qué no haces esta obra mía porque si no se quedará en un cajón?», «¿Y si hacemos hablar a personas con música?», «¿No sería interesante hacer un obra inspirada en El Pato Salvaje de Ibsen?». El juego, la probatura, la aventura siempre han estado presentes.

 

Hongaresa celebra 25 años en Madrid
Paco Zarzoso

 

¿Os habéis llegado a plantear en alguna ocasión hacer obras ‘comerciales’?. Quiero decir, ¿en algún momento os habéis sentado a escribir pensando más en los números de la compañía más que en vuestra propia necesidad como creadores?

Paco Zarzoso: Supongo que en alguna ocasión hemos pensado «¿Y si hacemos una comedia para ver si la cosa nos va un poco mejor?», pero en ningún caso eso ha significado renunciar a nuestra necesidad o nuestro deseo, porque trabajáramos con el género que fuera siempre hemos intentado que lo que hiciéramos nos gustara.

 

¿Qué modelo o estilo de teatro defendéis? 

Paco Zarzoso: Un teatro que no corresponda a ningún modelo ni a ningún estilo.

 

¿Y qué función tiene el teatro para vosotras hoy en día en una sociedad como la nuestra?

Paco Zarzoso: Los teatros son espacios para la juntura humana. Para el latido colectivo verdadero. Para refugiarse de los francotiradores de las tarjetas de créditos y abrazar antiguas preguntas… Para la sinfonía de sístoles y diástoles vecinales. Espacios para compartir el dolor y la risa. Espacio para la belleza ilimitada del que mira y no encuentra.

 

Una de las señas de identidad de vuestra compañía es escribir y representar textos originales en cada ocasión. ¿Siempre habéis tenido clara la preeminencia del texto sobre cualquier otro aspecto artístico?

Paco Zarzoso: La palabra ha sido muy importante siempre en nuestras obras, pero también hemos dado mucha importancia a aspectos plásticos, musicales o de movimiento, así como al trabajo de interpretación con los actores.

 

Hongaresa es un espejo en el que mirarnos. ¿Es vuestra idea enfrentar a los espectadores con la realidad?

Paco Zarzoso: No soy fumador, pero me encantan esos espejos de bares en los que está prohibido fumar, pero a través de los espejos se ve humo y niebla y espectros y náufragos llegados de las antípodas…

 

Hongaresa celebra 25 años en Madrid
Lluïsa Cunillé

 

Habéis recibido multitud de premios, pero imagino que El Premio Nacional de Literatura Dramática que obtuvo Lluïsa en 2010 os proporcionaría una enorme alegría. ¿Qué supuso ese galardón para la compañía? ¿Fue un espaldarazo a vuestra labor?

Paco Zarzoso: Fue un premio muy importante. Aquel Aire infinito, la obra premiada, fue una de las piezas que en su primera producción fue menos representada, apenas una decena de funciones… No había manera de que ningún programador nos invitara a su sala. Pero nosotros sabíamos que era una obra muy poderosa.

 

Más allá de ese premio y de todos los que habéis recibido, ¿sentís que la gente reconoce vuestra labor, que cuando llegáis a una ciudad hay ganas de ir a ver a Hongaresa? Más allá de la obra con la que vayáis…

Paco Zarzoso: En general actuamos en espacios pequeños y tampoco son tantas las personas que nos siguen… pero los que lo hacen, son muy fieles. Nos alegra mucho que en esas siete u ocho ciudades donde solemos repetir acabamos cenando con algunos de esos amigos de nuestra compañía…

 

Sois una compañía valenciana. Siempre preguntamos a la gente cómo ve la escena teatral madrileña, que es lo que nos ocupa. Pero fuera de aquí también hay vida. ¿Cómo está la salud teatral de Valencia?

Paco Zarzoso: Durante los dos lustros que vivimos con una política cultural nefasta con los gobiernos del despiporre y el PP, el teatro sobrevivió en las catacumbas sin apenas apoyo institucional. Algunos tiraron la toalla, otros sobrevivimos o ‘sobremorimos’… Ahora, después de tanto tiempo, existe una voluntad por darle al teatro el lugar que merece. Vuelve a existir producción propia, el diseño de programaciones con una línea artística, un cuidado por la creación, preocupación por búsqueda de nuevos públicos… Queda mucho por hacer, pero pienso que se está en el camino… Hay muchos creadores, intérpretes, compañías tanto veteranas como de nuevo cuño que están generando proyectos interesantísimos. Al mismo tiempo te digo que la precariedad, como en el resto del país, sigue siendo enorme, y la mayoría del trabajos sale gracias a la autoexplotación de los teatreros.

 

Aunque por lo que he podido ir viendo a lo largo de vuestra trayectoria, os pasa un poco como le ha sucedido a La Zaranda en Andalucía, precisamente en vuestra tierra no es donde habéis recibido los mayores reconocimientos. ¿Sigue siendo así? Y sobre todo, ¿por qué pensáis que es así?

Paco Zarzoso: Me encanta que nos hermanes con La Zaranda porque es una compañía a la que le tenemos una gran admiración. Es posible que durante muchos años hayamos notado un cierto desamor en nuestra tierra, pero también tenemos el cariño de personas que vienen a vernos y les gusta lo que hacemos.

 

Y hablando de otras ciudades. Buenos Aires sí que os acoge con los brazos abierto siempre que aterrizáis allí. ¿Qué ha significado Latinoamérica en vuestra trayectoria y concretamente la capital argentina? ¿Cómo sigue latiendo el teatro allí?

Paco Zarzoso: Nos gusta muchísimo ir allí porque te da la posibilidad de ver teatro de una gran viveza. Viajar allí y ver teatro te alimenta muchísimo. Este año tenemos ocasión de repetir en el Festival Mercosur de Córdoba en el mes de octubre y estamos muy ilusionados.

 

Interpretación, dirección, dramaturgia… Sé que es una pregunta manida, pero ¿qué faceta os gusta más? ¿Es algo que va por épocas o es que al final hay que hacer de todo un poco por necesidad cuando se tiene una compañía teatral?

Paco Zarzoso: Puede ser que la necesidad sea un motor importante para ponerse el mono de director, o maquillarse para interpretar, o sacar tiempo de donde se pueda para escribir, igual que tener que hacer trabajos desagradables de gestión y administración… Pero en muchos casos realizar esas diferentes facetas nace del deseo de vivir el teatro desde esos oficios tan relacionados.

 

A la hora de montar un texto propio, ¿preferís dirigirlo personalmente o no os importa el hecho de que otra persona tome las riendas?

Paco Zarzoso: En algunos momentos hemos invitado a algún director de fuera. Y ha sido muy satisfactoria como en el caso de La piedra de la locura, en la que la mano y los ojos de Carles Sanjaime han dado un gran vuelo y teatralidad a nuestra pieza. O las colaboraciones de Xavier Albertí en nuestras obras Mirador o El mal de Holanda.

 

Hongaresa celebra 25 años en Madrid
Lola López

 

Llegáis a Madrid con Libración, una obra que fue representada en 1994 en Barcelona y que consiguió un gran reconocimiento, pero que nunca más se ha vuelto a montar a España. ¿Lola, cuál es el motivo de esta prolongada ausencia?

Lola López: Quizá es porque el tango en España es de 25 años, ni siquiera 20. Estrenamos en la Sala Beckett, con la compañía Cae la Sombra, Lina Lambert y yo, dirigió Xavier Albertí la obra de Lluïsa Cunillé y en aquel año recibió todos los premios de la Crítica de Barcelona, mejor texto, mejor dirección y mejores actrices. Hasta que la compañía Hongaresa no la ha vuelto a estrenar no se ha repuesto en España, en Inglaterra se estrenó dos veces después.

 

¿Por qué ahora habéis decidido recuperarla?

Lola López: Porque es una obra excelente, porque había dos actrices excelentes para ese reparto después de estos 25 años, Mafalda Bellido y Blanca Martínez, y porque a Hongaresa nos gusta brindar y celebrar y como el 9 de marzo se cumplían los 25 años de su estreno, nos pareció una buena razón para brindar. En valenciano la estrenaremos en noviembre en la misma Sala Carme de Valencia.

 

Lola, conseguiste el Premio de la Crítica de Barcelona a la Mejor Actriz por este montaje. Ahora lo diriges y lo representan Mafalda Bellido y Blanca Martínez de La Zafirina, compañía que coproduce el montaje. ¿Qué más ha cambiado de la obra en este tiempo? ¿Te planteaste volver a interpretarla ahora?

Lola López: No, ¿porque iba a volver a interpretarla yo si ya tenía dos buenas actrices para hacerlo? En 2016 la Sala Beckett hizo una encuesta en la que el público decidía qué obras les gustaría volver a ver y eligieron entre otras Libración, además de Umbral, otra obra de Hongaresa escrita por Paco Zarzoso. Hicimos una lectura con el mismo elenco y el mismo director, volvió a gustar tanto al público y a mí que decidí hacerlo ahora que ya contaba con las actrices que me gustaría que volviesen a hacerla, si ellas aceptaban. Era el mejor reparto en estos momentos. Así cumplía dos sueños, volver a interpretarla en la lectura y dirigirla con dos nuevas actrices.

 

En su momento te dirigió Xavier Albertí. ¿Has tomado como referencia el trabajo que hiciste con él o has tomado caminos nuevos para abordarla ahora?

Lola López: ¿Albertí? Sí, fue un premio doble y un hermoso trabajo. Una excelente dirección de Xavier Albertí, un magnífico texto de Lluïsa Cunillé y fue además un trabajo preñado y fértil en lo profesional que dio muchas alegrías además de los premios. Giramos por Cuba y España. Paco, Lluïsa y yo fundamos Hongaresa también en aquel momento, por tanto fue fértil en lo creativo, y fue además fértil porque yo aquel año estaba embarazada y tuve a mi hijo. Yo fui inmensamente feliz con la dirección de Albertí, siempre que me dirige soy muy feliz con él, pero he tomado obviamente caminos nuevos, he introducido a una violinista en directo. Esta obra de Cunillé, en cualquier caso, es una partitura musical con una precisión tan extrema de relojería que exige una demanda muy alta de interpretación a las actrices, exige una precisión extrema, no solo en el texto sino en las pausas, los silencios… y eso bien ejecutado puede parecer que ves la misma obra o que buscas el mismo tipo de dirección, como cuando escuchas la novena sinfonía de Beethoven por distintos intérpretes, pero si agudizas bien los sentidos no tienen nada que ver.

 

Ya la habéis estrenado. ¿Habéis notado el mismo reconocimiento, las mismas sensaciones que cuando la montasteis en 1994?

Lola López: El estreno del mes de marzo tuvo una excelente acogida de público, llenando varios días el teatro y puedo afirmar que hubo tan gran escucha como hace 25 años, eso quiere decir que el público no es tonto ni está sordo. Deseo que se instale la gran sensibilidad que depura la obra en el público y espero que en las próximas representaciones así sea.

 

Libración es una obra que habla de la soledad, de la necesidad de comunicarse, habla de necesitar a los demás… La obra no solo no ha perdido vigencia, sino que parece aún más adecuada representarla ahora que hace 25 años. ¿Lo veis así?

Lola López: Sí, creo que se trata de una urgencia aún mayor. Un deseo de encontrarse, de compartirse, de conjuntarse. En la última obra que he estrenado como actriz y dramaturga, sobre la vida y obra de la maravillosa poeta Paca Aguirre, hay una frase que decía ella y que repito sin cesar: lo vivo es lo junto y lo bueno es la juntura. Creo que se trata de una obra en la que se lucha denodadamente por conseguir salir de tu soledad y compartirla con otros, y compartir regalos y compartir libros y compartir anillos. Sí, es una obra de la lucha en la que nunca nos damos por vencidos los humanos, que es salir de nuestra soledad, aunque muchos dicen que nacemos solos y morimos solos.

 

Hongaresa celebra 25 años en Madrid
Mafalda Bellido y Blanca Martínez protagonistas de ‘Libración’

 

Echando la vista atrás… ¿con qué momentos os quedáis de lo vivido como compañía?

Lola López: Nos quedamos con momentos en los que hemos sentido que nuestras obras que habían nacido de una necesidad de Hongaresa, alguien del público también la vivía como necesaria… Gracias a la compañía nos hemos encontrado a personas en el camino maravillosas, tanto colaboradores como espectadores que han acabado siendo amigas y amigos, y que sin la experiencia del teatro posiblemente no los hubiéramos conocido.

 

Habéis dado voz a autoras olvidadas, habéis contribuido enormemente a enriquecer la dramaturgia contemporánea. Podéis estar muy satisfechos con vuestra carrera. ¿Os sentís reconfortados con ella?

Lola López: Nuestra contribución es mínima. Pero creo que ha sido honesta y de alguna manera valiente.

 

¿Qué sentís que os queda por hacer o por escribir?

Lola López: Lo bueno del teatro es que todavía está todo por inventar… El vértigo es exactamente el mismo que cuando empezamos hace 25 años. Ahora quizá con un poco más de cansancio físico y metafísico y pereza a tener que sobreexplotarse realizando labores tan ingratas de producción.

 

Y cómo os gustaría que la gente definiera a Hongaresa? ¿Qué impronta queréis dejar en los espectadores?

Lola López: Los imprevisibles. Los que se atreven con todo. Los que no se conforman. Los que siguen a pesar de todo. Los que son felices haciendo teatro en pueblos donde hay censados 28 vecinos, pero llenan unas antiguas parideras de ovejas con 150 almas… Los que tienen hambre de tempestades teatrales. Los tragicómicos. Los que brindan igualmente por los fracasos o los éxitos.

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