“El mundo cambia rápidamente y la educación en general debe acometer el reto de preparar al futuro profesional para un mundo que aún no existe. Debemos anticiparnos a los pequeños movimientos que anuncian otros más grandes, ser flexibles ante los cambios y estar en contacto con la realidad profesional en todo momento. Sin olvidar lo que hay de invariable en el arte y la pedagogía. No es nada fácil”.
Estas palabras de Carlos Silveira, director del Centro de Investigación de las Artes Escénicas y Audiovisuales La Manada, definen el ideal de esta escuela: formar actores, actrices, bailarinas y bailarines profesionales e independientes, que ejerzan su trabajo con rigor, sensibilidad y compromiso. Y todo ello teniendo como guía su criterio personal, un criterio construido sobre el conocimiento profundo de su arte y el dominio de herramientas concretas.
Para conseguir estos objetivos, La Manada ofrece una formación: integral, concreta y humana. Integral, porque piensan que un actor o un bailarín no tiene solamente que saber ejecutar muy bien una partitura de movimientos o interpretar un texto, sino que también debe conocer el mundo que le rodea y el pasado sobre el que está construido, para así convertirse en un artista creativo que conoce los cimientos de una profesión centenaria, y los maneja a voluntad. Concreta, en tanto que es una formación estructurada en cada curso y materia, con objetivos y herramientas específicos, dejando así a un lado la idea de que este oficio depende de elementos como la inspiración o el susurro de las musas. Y humana, en tanto que parte siempre del convencimiento de que cada artista es único, y por eso su formación debe orientarse de manera particular e individual.
Esta escuela de Arte Dramático y Danza en el centro de Madrid es un entorno inclusivo que acoge a todo el que quiera aprender, independientemente de sus condiciones económicas, sociales o culturales, por lo que no plantean prueba de acceso. Concebimos al actor o bailarín como un trabajador vocacional y por ello defienden que cualquier persona con inquietudes en este ámbito merece tener acceso a una formación de calidad. No creen en el talento, sino en los frutos de la dedicación y la motivación del artista.