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El Umbral de Primavera

Viviana López Doynel e Israel Giraldo son los fundadores y gestores de El Umbral de Primavera. Ambos nos cuentan cómo la crisis del COVID-19 afectará a su espacio.

 

Lo primero de todo: ¿Cómo estáis?

Pues estamos en shock. Muy atentos a los acontecimientos para poder actuar según las novedades del desarrollo de la enfermedad y sus consecuencias. De salud por suerte bien.

 

Con la actividad escénica interrumpida, ¿estáis pudiendo desarrollar otras actividades: gestión, contacto con las instituciones, preparación y difusión de recursos digitales…?

Estamos con toda la actividad interrumpida. Hubo que anular todas las funciones, devolver las entradas vendidas y en contacto con las compañías afectadas. Los cursos de formación también anulados y actividades anexas a la sala como encuentros, charlas etc. otro tanto.

Desde MACOMAD, asociación de salas independientes y coordinadora de las mismas, realizando contacto con las instituciones y el resto del sector, tanto de creación como de salas comerciales, para encontrar una coordinación con lo institucional en las demandas urgentes y consecuencias que tenemos que prever a largo plazo. Todas están en situación de urgencia.

 

Cuando escucháis lo del teletrabajo como recomendación gubernamental: ¿qué sentís?

Bueno, nuestro sector, lo presencial es parte del día a día. Hay tarea que hacer de correos y papeleo, como es habitual que no puede detenerse. Entre ellas, la presentación de los impuestos para este fin de mes. Nada alentador para nuestras actuales circunstancias, que esperamos se atienda debido a la precariedad del sector. Si no hay actividad no hay ingresos.

 

¿Qué ha supuesto esta situación para vosotros a nivel de puestos de trabajo de forma directa? ¿Habéis tenido que prescindir de alguien o podéis mantener todos los puestos?

Somos nosotros los afectados directamente. Nuestra estructura económica nunca nos permitió contratar personal. Pero no deja de ser preocupante, ya que siempre estamos saturados. Sería un buen cambio a futuro.

 

E indirectamente ¿Cuántos espectáculos vamos a dejar de ver en vuestra sala y cuántas compañías se ven afectadas?

En el mes de marzo han sido siete los montajes que estaban previstos y se han cancelado, de los cuales 5 son estrenos, la mayoría programados para el mes de la mujer, este año dentro de un ciclo llamado Musas-Mujeres en la Escena. Para el mes de abril teníamos nuevas propuestas dentro de este ciclo y la continuidad de los estrenos. Ya tenemos bajas de compañías por no poder realizar los ensayos para su estreno en abril y habrá que restructurar la agenda a futuro. No queremos dejar a nadie fuera de los compromisos adquiridos.

También contamos con Cursos intensivos de profesores que vienen del exterior. Ya uno de ellos ayer me comunicó que al suspenderse toda su gira, no podrá venir. Estaba previsto para mayo.

 

¿Qué impacto económico mensual va a tener para vosotros?

Nuestra estructura económica se sustenta con la venta de entradas y alquiler del espacio para la formación y eventos o ensayos. Si no hay actividad no se puede hacer frente a las obligaciones, como cualquier empresa.

 

A nivel de instalaciones, ¿estáis de alquiler o el local es vuestro? ¿Supone uno de los grandes gastos a mantener aunque no haya actividad?

Sí, pagamos alquiler, y es la mayor preocupación. Sin espacio no hay actividad. A la espera que podamos contar con las medidas urgentes al sector por parte de las administraciones, a través de ayudas o moratorias oficiales. No puede quedar a la buena voluntad del arrendador. En Barcelona ya se contemplan medias y en el resto de Europa también.

 

¿Cuáles creéis que van a ser para vosotros las repercusiones a largo plazo de esta crisis del COVID-19? ¿De qué forma lo vais a sufrir de cara al futuro?

Poder continuar con la actividad es clave para enfrentar el futuro. Las dificultades y consecuencias de este parón, ya se están comunicando a las administraciones. Pedimos apoyo al tejido Cultural con publicidad para que la gente vuelva a disfrutar de lo artístico cuando se vuelva a la vida habitual, conscientes de que será de forma paulatina. Todos estaremos golpeados por la falta de liquidez y priorizamos las necesidades básicas. Por eso necesitamos ayudas al sector de forma urgente. Rebaja del IVA, aplazamientos en las obligaciones tributarias, financiación para costes de alquileres, sueldos del personal etc.

La sensación es que la temporada está prácticamente perdida. Septiembre se mira como posible horizonte a la vuelta de cierta normalidad.

 

Se está hablando mucho de las medidas que ha tomado el Gobierno. ¿Crees que son suficientes para la cultura a nivel general y para vosotros en particular?

Por parte del Gobierno son anuncios sin líneas claras de acción para nuestro sector. Por ejemplo, todavía nadie tiene información sobre los créditos ICO. Por lo menos en mi banco no saben nada. A nosotras nos impacta directamente que la gente tenga ayudas para no perder su trabajo o actividad, recuperar la confianza entre el Estado y la ciudadanía para salir todas juntas de esta situación sin antecedentes en la historia. Esperemos que no pase como en la última crisis financiera, la pagamos los más vulnerables.

 

¿Qué necesitáis vosotros particularmente de las instituciones en un momento así?

Liquidez de forma rápida y también a los creadores, para que repercuta directamente a la activación del sector Cultural.

 

¿Tenéis concedida alguna ayuda pública reciente? Si es que sí, ¿tenéis ya el dinero o todavía no? ¿Os han dado las instituciones alguna previsión en este sentido?

Tuvimos la ayuda bienal del Ayuntamiento y hemos pedido entre otras medidas, que anticipen esta ayuda a las salas de pequeño formato para apalear los meses que se nos vienen. Que faciliten sus concesiones. Fundamental para afrontar los costes de mantenimiento. Es la única ayuda que existe para estos fines. Otra cosa son las ayudas a producción etc.

 

Para atacar a este sector siempre se habla de que la cultura está muy subvencionada, pero llega una situación como esta o una crisis económica y vemos que es un sector que sufre mucho y en casi todos los niveles. ¿Por qué la sociedad no reconoce al sector como debería? ¿Por qué siempre le dan de lado?

Es pura ideología, no somos productos rentables. De ahí el error en comparar nuestra actividad con un producto de consumo que de beneficios. Nuestro sector es amplio y diverso. El teatro no es un producto de primera necesidad según los nuevos valores mercantiles. Pero esto no impide que sea de las artes mas antiguas y necesarias para crecer como individuos y más ahora que todo es virtual. La historia será la que pueda dar respuestas a los nuevos hábitos y cambios globales. Todo empezó por esta imperiosa necesidad del ser humano en construir imaginarios y crear mundos que nos permitan soñar o cuestionar nuestros actos.

Ojalá esta pandemia, que no deja de ser una tragedia, sea un punto de reflexión sobre qué mundo queremos.

 

Vosotros sois también tenéis formación. ¿Cómo os ha afectado ahora y cómo os afectará en este aspecto de cara al futuro?

Esto lo anticipé en la anterior pregunta, sobre la actividad de formación que habitualmente nos permite también abrir caminos al desarrollo de nuestra forma de entender el trabajo de los artistas etc. Nos afecta directamente.

 

¿Cuántos cursos, talleres, laboratorios… habéis tenido que parar y a cuántos alumnos y trabajadores ha afectado?

Esto varía según que época del año. Siempre surgen propuestas, es permanente la demanda de nuestro espacio para actividades de formación, laboratorios y experimentales. Desde los inicios de nuestra actividad, es parte de la filosofía de El Umbral.

 

¿Cuántos ya organizados no van a poder empezar?

Es pronto para saberlo. Será muy importante la evolución de la pandemia.

Cuanto más tiempo pase más complejo será todo. Pero también para la propia actividad del país. Todo está vinculado.

 

¿Tenéis formación online? ¿Creéis que puede ser una salida? Si no la tenéis, ¿Os lo estáis planteando?

No contamos con esta opción, ni está en nuestras necesidades. Podrá ser posible en casos que no dependa del contacto directo, pero el teatro requiere de presencia y encuentro, es su virtud.

 

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