El teatro español de 1975 a 2020 se ha convertido en el referente literario de una época en España, América y Europa. Esto se debe a la profesionalización que se consolidó a partir de 1975 y donde han convivido tres generaciones que han alcanzado una excelente calidad dentro de la Historia de la Literatura. Incluir estas obras en los temarios de Bachillerato está siendo una tarea complicada. Esperemos que este artículo sirva como guía para docentes y como propuesta para que esta imprescindible época dorada de la dramaturgia llegue a los estudiantes.

 

Por Luis Bartolomé Herrero / @LuisBHerrero. Profesor de Lengua Española y Literatura y coordinador de Bachillerato Internacional en GSD International School Buitrago. Doctorando Lengua Española y sus Literaturas.

 

El teatro contemporáneo en la asignatura de Lengua Castellana y Literatura

 

Desde hace varios años, dentro del temario de la antigua Selectividad, actual EvAU o EBAU, anterior y puede que siguiente PAU, se ha incluido en la asignatura de Lengua Castellana y Literatura el teatro contemporáneo. La ley nos dice: “Desarrolla por escrito con coherencia y corrección las características temáticas y formales de los principales movimientos del siglo XX hasta nuestros días, mencionando los autores y las autoras y obras más representativas.” Ese “hasta nuestros días” es lo que nos ha traído de cabeza a los profesores últimamente. Nos enfrentamos a un temario ingente, que los estudiantes deben resumir en poco más que una página; apenas cabe en él un mínimo porcentaje de lo que está sucediendo en los teatros españoles. Así como la segunda mitad del siglo XX fue un momento de eclosión de la novela con autores tan destacados como Cela, Delibes o Laforet, en la actualidad, los dramaturgos han encontrado en el público de nuestro país un espacio propio. Intentar resumir en un párrafo lo que está sucediendo ahora mismo en nuestros teatros es complicado e inevitablemente nos aboca a un reduccionismo impropio de la enseñanza. Este artículo no pretende ser otro transmisor de las dificultades a las que nos enfrentamos en el aula; al contrario, procura transmitir a los profesores y a los estudiantes de 2º de Bachillerato un mensaje de confianza y ánimo.

 

Destacados creadores escénicos

Para aclarar lo que vamos a realizar, nos bastará con citar algunos nombres para que poco a poco vayamos haciéndonos a la idea de la cantidad de personalidades que se encuentran dentro del teatro contemporáneo: Juan Mayorga, Alberto Conejero, Lola Blasco, Guillem Clua, Eusebio Calonge, Laila Ripoll, María Velasco, Paco Bezerra, Alfredo Sanzol, Borja Ortiz de Gondra, José Ramón Fernández, María Soliño, Antonio Rojano, Sergi Belbel, Miguel del Arco, Andrés Lima, Angélica Liddell, Ana Zamora, José Padilla, Pablo Remón, Denise Despeyroux, Ernesto Caballero, Luis Luque, Pablo Messiez, Helena Pimenta, Jordi Casanovas… Partamos de una idea sencilla: en 1998 se convocaron por primera vez los Premios Max de teatro. Ahí estuvieron nominados a mejor autoría teatral: Albert Boadella, Antonio Buero Vallejo y Francisco Nieva. Dentro del mundo del teatro, estos tres nombres suponen la cumbre de la segunda mitad del siglo XX. Boadella es el fundador del grupo Els Joglars, Buero Vallejo el autor de Historia de una escalera y Nieva es el creador del teatro Furioso y ganador de un premio Príncipe de Asturias.

Obra Ubú President
Obra Ubú President. Premio Max de las Artes Escénicas 1998 al mejor autor teatral a Albert Boadella.

 

La generación de la Transición

Podemos hablar de tres grandes generaciones que tienen cabida desde finales del siglo XX a 2020. En la primera generación se encontrarían los grandes grupos teatrales catalanes (Els Joglars, La Fura dels Baus, Tricicle, Els Comediants, La Cubana…), directores (Miguel Narros, LLuis Pasqual, Adolfo Marsillach, Calixto Bieito, Helena Pimenta), actores (Nuria Espert, Amparo Rivelles, Manuel de Blas) y autores (Nieva, Buero, Sanchís Sinisterra, José Luis Alonso de Santos, Ana Diosdado) que comienzan su andadura durante el franquismo. A este grupo de hombres de teatro les debemos la creación y consolidación de las grandes estructuras teatrales (Centro Dramático Nacional, Compañía Nacional Teatro Clásico, Teatre Nacional de Catalunya…), junto a la especialización en las Escuelas superiores de Arte Dramático y la creación de los Premios Max. Estamos en el principio de lo que en veinte años será la eclosión del gran teatro contemporáneo: la primera generación de autores que siempre ha escrito sin censura.

 

 

Los premiados alumnos de la RESAD

A principios del siglo XXI se reúnen en Madrid, en torno a la RESAD y a otras escuelas, varios profesionales (no solo dramaturgos), que obtendrán los grandes premios de dramaturgia. Es la época de Laila Ripoll, Rafael Rodríguez, Luis Luque, José Ramón Fernández, Paloma Pedrero y sobre todo de Juan Mayorga (entrevista 20 de abril Revista Godot). Este escritor, el primer académico de esta generación, ha traspasado las fronteras con su teatro y hoy en día es el más famoso de los dramaturgos españoles. Estos escritores crecen al calor de la generación anterior, que supo crear especialistas en cada uno de los puntos teatrales y llevó a la profesionalización de este arte a niveles comparables con el resto de teatros europeos. Madrid y Barcelona se convierten en ciudades llenas de salas alternativas y teatros independientes que programan grandes éxitos que viajan por toda Hispanoamérica. De la mano de estos autores, aparecen las dos grandes editoriales de teatro: La Uña Rota y Antígona. Además, muchos de los hombres y mujeres de teatro vuelven a sus ciudades de origen creando grupos, compañías y escuelas que logran éxitos nacionales e internacionales. Uno de los ejemplos más destacados es el del director Rafael Rodríguez, que volvió a Gran Canaria en 1997 y fundó una escuela y la asociación Canarias Escribe Teatro, de donde han salido grandes dramaturgos como José Padilla.

Juan Mayorga. Revista Godot
Juan Mayorga.

 

Eclosión teatral actual

Esta situación nos trae a la actualidad, donde nos encontramos con una eclosión nacional de grandes personas de teatro que copan los premios, los carteles y las librerías. Los autores, los directores, los actores, figurinistas… se han reconciliado con el público y la censura comercial ha desaparecido. Ir al teatro se ha convertido en una actividad más, en algo frecuente (al menos más a menudo que antes), donde conviven musicales con espectáculos cómicos y obras de teatro que pasarán a la Historia de la Literatura Española. El 4 de noviembre de 2019 la revista El Cultural de El Mundo, llevaba en su portada a Alberto Conejero (entrevista octubre 2020 en Revista Godot), ganador del premio Nacional de Literatura Dramática por La geometría del trigo. En el interior de sus páginas se hacía eco de un gran número de autores nuevos que comienzan a cosechar grandes éxitos: Pablo Remón, Antonio Rojano, Guillem Clua (ganador del premio Nacional de Literatura Dramática 2020), Lola Blasco, Paco Bezerra, María Velasco, Denise Despeyroux… La propia noticia no es capaz de abarcar el volumen de imprescindibles del teatro actual. Si hubiera que compararlo con otro momento de la Historia de la Literatura Española, podríamos decir que la revista se haría eco de un hecho similar al que habría en los años veinte del siglo pasado en relación con la poesía, antes del acto gongorino que diera nombre a la Generación del 27. La Ley de Propiedad Intelectual de 1996, además, ha permitido que el número de autores crezca en favor de la distribución de beneficios.

Alberto Conejero
Alberto Conejero.

La elección de obras y de autores representativos de esta nueva generación resulta casi imposible. El número de estrenos de esta época nos ha dejado obras como Señor Ruiseñor, La piedra oscura, Cartas de amor a Stalin, Jauría, Los Gondra, El triángulo azul, Urtain, Dinamarca, El tratamiento, Las manos… Podemos dilucidar que podrían ser cuatro los autores más destacados: Juan Mayorga, Laila Ripoll, Angélica Liddell y Alberto Conejero. Esta máxima es harto injusta, porque deja fuera obras muy significativas y con un cariz totalmente innovador. Por ejemplo, Jordi Casanovas estrenó en el teatro Kamikaze (probablemente uno de los espacios de creación más relevantes de esta época) Jauría, una obra de teatro cuyo libreto estaba obtenido del juicio a La Manada. Al final de la obra, la protagonista y el resto de actores recibían en silencio y con el rostro serio una ovación que enmudecía ante la realidad de los hechos. Este tipo de teatro documental obtuvo, entre otros, el premio Max al mejor espectáculo teatral 2020.

Alberto Conejero

La piedra oscura de Alberto Conejero se convirtió en el punto de partida de uno de los autores más exitosos del panorama nacional. Tras ese estreno, se representó en el teatro Español y bajo dirección de Lluis Pasqual El sueño de la vida, una obra que propone un final a la inconclusa Comedia sin título de Lorca. A la vez, en el CDN estrenaba La geometría del trigo, obra por la que recibió el ya mencionado premio Nacional.

Angélica Liddell

Angélica Liddell ha ganado premios internacionales en Italia y Francia y está considerada una de las mejores escritoras actuales. Su obra baila entre la tragedia clásica y la vanguardia más pura, donde los personajes son voces de su vida y la violencia renace de lo más puro de las almas. En el Festival de Otoño de Madrid de 2020 estrenó Una costilla sobre la mesa que empieza con la lapidaria frase: “Vengo de enterrar a mis padres”.

Laila Ripoll

Varios autores, como José Ramón Fernández, confirman que Laila Ripoll es la dramaturga que mejor uso hace del lenguaje. Su estilo preciso, la utilización exacta de las palabras y de las expresiones hacen de su teatro un complejo entramado de situaciones verosímiles e increíbles al mismo tiempo. En la primera década del siglo XXI estrenó la “Trilogía de la memoria” con su grupo de teatro Micomicón, una tríada de obras centradas en la memoria histórica, formada por Atra bilis, Los niños perdidos y Santa Perpetua.

Juan Mayorga

Juan Mayorga es el escritor más famoso y con mayor número de obras estrenadas. En su obra Razón de teatro analiza el concepto de este arte y especifica que sus obras formulan preguntas, huye de las tesis y concibe al público como el elemento crítico fundamental. Ha sido profesor de grandes dramaturgos como Pablo Remón, María Velasco o el propio Alberto Conejero. Su teatro ha ganado numerosos premios nacionales e internacionales y se ha llevado al cine su obra más famosa: El chico de la última fila. En su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua, Mayorga habla del silencio: «en el teatro se hace el silencio para que el espectador oiga no solo las palabras y los silencios que vienen del escenario, sino también las palabras y los silencios de su propia vida y de vidas que podría vivir». Podríamos decir que este es uno de los apotegmas fundamentales que ha difundido entre sus alumnos y seguidores. Mayorga habla del silencio como la máxima del teatro. Sin proponérselo, el académico nombra así la característica de estas nuevas obras, creando un movimiento literario: el teatro del silencio.

 

Intentar resumir el teatro actual en un artículo es una labor casi imposible. Cada día aparecen estrenos que nos hacen más compleja la labor crítica. En febrero de 2021 se estrenan Paloma negra de Alberto Conejero y El bar que se tragó a todos los españoles de Alfredo Sanzol. España se ha convertido en un caldo de cultivo de obras de teatro que triunfan en Latinoamérica y que se traducen al inglés, francés, alemán, italiano, griego… Se habla de nuestro teatro en todos los países, por eso, la única manera de llegar a comprender la gran suerte histórica que nos ha tocado vivir es yendo al teatro.

 

Imagen destacada: Génesis 6, 6-7 de Angélica Liddell