El Teatro del Barrio anuncia la programación de su octava temporada. Lo hace bajo el lema ‘Vamos a hacerlo’, un propósito esperanzador que hace referencia a la recuperación de su actividad tras el obligado parón y las restricciones. Como ya viene siendo habitual, este espacio situado en el barrio de Lavapiés, pone especial cuidado en la reivindicación «a partir de la ética y la poética» de las artes como elemento transformador. 

 

Llega la nueva temporada del Teatro del Barrio

 

Por Redacción

 

«El Teatro del Barrio quiere ser escenario y altavoz para las artistas. Cobijar a muchas voces, muy distintas y hasta contradictorias. De todos los géneros, de todas las razas. Teatro, danza, performance, monólogos, propuestas de 0 a 100 años… Se trata de canalizar el malestar social y aportar imaginación contribuyendo a que se den las condiciones para que todas las personas tengamos una vida buena.» dicen desde su equipo, con Ana Belén Santiago al frente de su dirección artística. Como ya viene siendo habitual, el feminismo, la visibilidad de lo racial, la diversidad, el ecologismo, la solidaridad, la lucha vecinal son algunas de las patas sobre las que se sustenta la filosofía y, por tanto, el contenido de la programación de esta sala, «que propone la reflexión sobre los discursos pero también llama la atención sobre el lenguaje escénico y su potencial».

 

La presencia de grandes nombres

Entre los nombres que destacan dentro de la programación que podremos ver a partir de septiembre, encontramos, por ejemplo, la incisiva y certera mirada de Bob Pop que, junto a Andrés Lima, abrirán la temporada con Los días ajenos de Bob Pop; también estará presente Miguel Rellán con una propuesta que ya estuvo programada en el Teatro Español: Contarlo para no olvidar, sobre el libro homónimo de Mónica García Prieto y Maruja Torres, que esta vez cuenta con las actrices Amparo Pamplona e Isabel Serrano; o la reunión de Juan Mayorga, Sol Picó y Alberto San Juan para poner en pie La gran cacería, una residencia artística que reflexionará sobre las migraciones y la violencia hacia el extraño. Por supuesto no faltarán nombres habituales que ya son casi seña identificativa del tipo de teatro que podemos ver en el Barrio como Los Torreznos, Pamela Palenciano, Silvia Albert Sopale o Pepe Viyuela.

 

 

Feminismo, ecologismo y memoria

Dentro de las novedades nos encontramos con un marcado discurso feminista, como no podía ser de otra forma, gracias a la participación de artistas como las gallegas Chévere Teatro y su As Fillas bravas, cultura y tradición para hablar de la emancipación de la mujer; la compañía Teatro sin papeles que presenta Las latinas con la que se pretende visibilizar lo racial a través de un grupo de mujeres que no son actrices; o Mujer en cinta de correr sobre fondo negro de Alessandra García.

 

La memoria también contará con su espacios con espectáculos como El pecado mortal de Madame Campoamor de Mario Hernández, un encuentro entre Clara Campoamor y su rival política Victoria Kent para reflexionar y repensar la historia; Si esto es un hombre de Primo Levi; u Homenaje a Billy El Niño, de Ruth Sánchez y Jessica Belda con dirección de Eva Redondo. Incluso vamos a encontrar espacio para el denominado Teatro Ecologista con Excalibur y otras historias de animales muertos, de las Hermanas Picohueso, con la oveja Dolly y la perra Laika rezumando humor negro. En ese marco irreverente se sitúa también Lázaro de Roberto Hoyo, la picaresca de toda la vida a ritmo de rap y break dance haciendo que los clásicos encuentren su lectura contemporánea.

El que aún no sepa que la identidad del Teatro del Barrio se mueve buscando las maneras de hacer y experimentar sobre el teatro político, es que anda un poco despistado; y lo hacen a través de propuestas como Conferencias para un teatro político con las que ponen en marcha un ciclo que ellas califican como «provocación» que vendrá de la mano de artistas como Pablo Rosal, Los Torreznos, Lola Blasco, Juan Ayala y Silvatriz Pons. La crítica política y social también estará presente en nuevas producciones como Cómo hemos llegado hasta aquí de Olga Iglesias y Nerea Pérez de las Heras, y dirección de Andrea Jiménez.

 

Los que hablan 11

Residencias, recuperación de títulos y compromiso social

Dentro de la nueva programación tendremos ocasión de volver sobre títulos como la aplaudida Los que hablan de Pablo Rosal con Malena Alterio y Luis Bermejo. 1940. Manuscrito encontrado en el olvido. Los girasoles ciegos, firmada por Tolo Ferrá y Nuria Hernando. Atocha: El revés de la luzcon dramaturgia y dirección de Javier Durán; Elisa y Marcela, de A Panadería, con texto de A Panadaría y Gena Baamonde; o Feminismo para torpes dNerea Pérez de las Heras. O la recuperación del ciclo Una y no más proyecto que según explican surge de «la necesidad de protestar por el panorama teatral, fundado en estrenar, y convoca de nuevo a artistas a realizar acciones escénicas para un solo día».

También habrá espacio para el teatro familiar, la música, los talleres, los cursos regulares y las residencias creativas, dando como fruto tres propuestas: Hijas de Bernarda, de la compañía Arena Teatro, propuesta a partir de La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, que cuenta con un elenco integrado por actrices afrodescendientes. No soy tu gitana, de Silvia Agüero, Pamela Palenciano y Nüll García, un monólogo sobre «el radical desconocimiento que existe sobre lo gitano y los feminismos gitanos». Teo encadenado,de Rulo Pardo y Rubén Cano, propuesta «sobre fórmulas de metáfora y poética en la escena asociadas a lo político».

En esta temporada tampoco faltarán las ya conocidas actividades paralelas con las que el Teatro del Barrio pretende «desbordarse» e ir más allá del propio escenario siendo plataforma para los vecinos y vecinas, creando clubs de espectadoras, e incluso apoyando a personas en situación de vulnerabilidad.