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El Corral de Lope

Estas son las impresiones que nos ha hecho llegar Luis Echeverría, integrante del equipo de El Corral de Lope, acerca de cómo la crisis del COVID-19 afectará a su espacio.

 

Lo primero de todo: ¿Cómo estáis?

Pues nos encontramos muy apenados y consternados por la situación, parece que estamos dentro de una historia de ficción y es difícil procesarlo. Ante un evento sin precedentes como este, el presente y el futuro resultan ser tan inciertos que ninguna acción o planificación prevista parecen adecuadas.

 

Con la actividad escénica interrumpida, ¿estáis pudiendo desarrollar otras actividades: gestión, contacto con las instituciones, preparación y difusión de recursos digitales…?

Sí, nuestras actividades digitales siguen en marcha, obviamente no tienen la repercusión habitual. Por el momento nuestra prioridad está en la preparación de contenidos para continuar con nuestra programación en cuanto sea posible y seguro para todos. También seguimos en contacto con las compañías intentando estructurar una planificación que permita, de ser posible, concluir positivamente la programación de este año.

 

Cuando escucháis lo del teletrabajo como recomendación gubernamental: ¿qué sentís?

Para quienes hacemos teatro, sobre todo las salas pequeñas, es muy difícil asimilar el teletrabajo. Si bien gran parte de nuestras labores se realizan en un escritorio con la planificación, promoción y difusión de las obras, la base de nuestro trabajo es el día a día en un escenario con las compañías teatrales, sus ensayos y representaciones ante un público en vivo. Las salas off vivimos de la taquilla, lamentablemente no disponemos de las ayudas y/o presupuestos que tienen los teatros más grandes.

 

¿Cuántas personas trabajaban en vuestra sala habitualmente?

En nuestra sala trabajamos dos personas. Y a veces contamos con la ayuda de estudiantes de artes escénicas que muestran interés en hacer sus prácticas profesionales con nosotros.

 

¿Qué ha supuesto esta situación para vosotros a nivel de puestos de trabajo de forma directa? ¿Habéis tenido que prescindir de alguien o podéis mantener todos los puestos?

Lamentablemente la situación nos ha obligado a prescindir de una persona.

 

E indirectamente ¿Cuántos espectáculos vamos a dejar de ver en vuestra sala y cuántas compañías se ven afectadas?

Para nosotros el impacto es grande, hemos tenido que cancelar tres espectáculos infantiles, y seis espectáculos para adultos. En total se han visto afectadas ocho compañías teatrales, dos de ellas de Argentina que viajaron exclusivamente para presentar su espectáculo este mes y cuya planificación la llevábamos en marcha desde octubre del 2019. Lamentablemente, han tenido que volver a su país sin haber podido estrenar el espectáculo.

 

¿Qué impacto económico mensual va a tener para vosotros?

Al ser una sala pequeña, usualmente los ingresos nos alcanzan para cubrir gastos de personal, mantenimiento y servicios. Hay meses que nos dejan algo de ganancia, pero en este caso al no tener ningún ingreso, tendremos que afrontar sin ningún respaldo los gastos.

 

A nivel de instalaciones, ¿estáis de alquiler o el local es vuestro? ¿Supone uno de los grandes gastos a mantener aunque no haya actividad?

Afortunadamente el local es nuestro, caso contrario sería imposible mantener la actividad.

 

¿Cuáles creéis que van a ser para vosotros las repercusiones a largo plazo de esta crisis del COVID-19? ¿De qué forma lo vais a sufrir de cara al futuro?

A largo plazo, consideramos que el impacto en la economía personal y familiar a nivel global seguramente mermará la cantidad de público con capacidad económica de asistir a los eventos teatrales. Las actividades de ocio no son la prioridad para las personas que atraviesan momentos difíciles en su economía.

 

Se está hablando mucho de las medidas que ha tomado el Gobierno. ¿Crees que son suficientes para la cultura a nivel general y para vosotros en particular?

No dudamos de la buena intención que traigan las medias para reactivar la economía, sin embargo cada caso es distinto y es importante analizarlos. El sector teatral es muy variable y su fuerza está en la asistencia del público. Estimamos que teatros grandes o subvencionados lo sufrirán menos pues ya cuentan con un fuerte respaldo económico, pero los teatros pequeños que no tenemos subvenciones ni un público fijo garantizado, no tenemos un respaldo asegurado que nos permita demostrar la solvencia para acceder a cualquier tipo de crédito. Y aun asumiendo que nos den las facilidades y obtengamos el préstamo, tarde o temprano lo tendremos que pagar. Si la gente no acude al teatro como se espera, el poco ingreso económico se irá a pagar ese préstamo, salarios y servicios, o simplemente sigues acumulando deuda lo que tarde o temprano acaba con el negocio. Es importante que se analicen seriamente los casos de las PYME que seguramente seremos las más afectadas.

En estas circunstancias el sector cultura se ve muy agravado, tanto de forma inmediata por este parón pero también cuando se retome la actividad y volvamos a la ‘normalidad’, por lo que la recuperación del sector tristemente será lenta y necesitaremos apoyo para seguir adelante tanto El Corral de Lope como el resto de salas de España. Habría que hacer un plan específico para afianzar y fortalecer el sector cuando esta situación pase.

 

¿Qué necesitáis vosotros particularmente de las instituciones en un momento así?

No creo que El Corral necesite algo en particular, lo necesitamos todos las salas, necesitamos el fomento de la creación, ayudas para las compañías y para las salas, necesitamos que haya una red en la que se nos promocionen y pongan facilidades para el desarrollo de nuestra actividad. Lo necesitábamos antes de esta situación crítica y lo necesitaremos mucho más una vez que todo esto pase.

 

¿Tenéis concedida alguna ayuda pública reciente? Si es que sí, ¿tenéis ya el dinero o todavía no? ¿Os han dado las instituciones alguna previsión en este sentido?

No contamos con ninguna ayuda pública.

 

Para atacar a este sector siempre se habla de que la cultura está muy subvencionada, pero llega una situación como esta o una crisis económica y vemos que es un sector que sufre mucho y en casi todos los niveles. ¿Por qué la sociedad no reconoce al sector cómo debería? ¿Por qué siempre le dan de lado?

No compartimos la idea de que la cultura está muy subvencionada, desde nuestra experiencia hay un enorme sector del teatro, por no decir la mayoría, que no cuenta con subvención y vive de la taquilla semanal que generan sus funciones. Salas de teatro como la nuestra que nos mantenemos bajo esta dinámica no llegamos a tener un ingreso constante, hay semanas buenas y malas pero no tenemos nada que nos garantice un monto fijo. Este riesgo se comparte con la mayoría de las compañías teatrales que tampoco reciben ningún tipo de subvención y cuyos miembros deben compaginar su actividad teatral con otro tipo de oficios para ganar un salario que les permita cubrir sus gastos.

Lamentablemente, gran parte de la sociedad desconoce todo el trabajo que hay detrás de un montaje teatral, todo el tiempo que necesita y todas las personas que intervienen. La representación, que es lo que el consumidor paga, es solamente el producto final. Sin embargo, para llegar a ese producto final hay meses de trabajo, tiempo que el consumidor desconoce y que en la mayoría de casos no es compensado económicamente. La mayoría de compañías incurren en significativos gastos previos de vestuario, atrezzo, alquiler de sala para ensayos, etc. con la ilusión de ofrecer un buen espectáculo al público, lo que al final es una apuesta muy arriesgada, pues no hay certeza de que al público le vaya a gustar, o lo que es peor, en crisis como esta han sido meses de trabajo truncado y dinero perdido. Nosotros como sala apreciamos mucho ese trabajo e intentamos colaborar al máximo con las compañías, somos socios y estamos en la misma balsa; y al igual que ellos la planificación, programación, promoción y organización teatral demanda muchas horas y esfuerzo, y es algo que el espectador común no lo ve. Muchas veces el juicio sobre un espectáculo o una sala se limita a un criterio de bueno o malo, blanco o negro, sin considerar todos los detalles y pormenores que hay.

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