“El mejor teatro es la vida misma”. [entradilla]

 

 

“El mejor teatro es la vida misma”

 

 

Polifacético, cercano y reflexivo. Así es, a bote pronto, el artista Toni Climent. El mejor imitador de Eugenio -sí, el icono del humor- despliega un abanico incontinente de chistes que desencajan las mandíbulas. Golpes certeros de hilaridad que hicieron célebre al cómico catalán, que en paz descanse (valga la paradoja porque su legado es inmortal). Y aparece en escena este tipo, un urbanita que añora la autenticidad del campo y que atesora una trayectoria amplia y divertida. Un intérprete que fue al camerino a conocer a Krahe tras un concierto y acabó en un ‘toma y daca’ de ingenio con el gran trovador. ¿Y ‘saben aquel que diu…’ que ya de adolescente Toni Climent mostraba su peculiar gracejo? Descubridlo mejor en este test y reíd como él, con esa seriedad que irradia tanta guasa. Durante muchos años, ha visitado cientos de salas con distintos espectáculos y últimamente anda con el show ‘Meugenio Contigo’ entre Madrid y Barcelona. Mucho humo de amor… ¡Bienvenido a Godot!

 

 

Por Jorge Gª Palomo/@jorgegpalomo

 

 

¿’Saben aquel que diu’…?

…Que eran una punki y una pija que entran a un ascensor. En esto que se oye un cuesco. (Hace el ruido del escape.) La punki señala a la pija y la pija li diu:

– No, si yo no he sido.

Y li diu la punki:

– No, no ¡que pa’ ti!

 

 

¿Quién es Toni Climent?

Es un indígena valenciano que, aunque creció en Madrid y se adaptó al modus vivendi de las grandes urbes en las que ha vivido (también Valencia y Barcelona), no olvida su utopía de volver a la naturaleza, a su lado más salvaje, más auténtico; vivir en el campo, labrar la tierra, contemplar la verdadera belleza, anterior a las artes humanas. Mientras tanto, como rata de ciudad, trata de adaptarse camaleónicamente a cada circunstancia que le va regalando la vida. Y creo que de este adaptarse continuo llega con naturalidad a la interpretación. De ahí que Toni Climent cante, toque la guitarra, el bajo, el cajón, la batería, las congas, sea actor de doblaje, locute… y, por qué no, también tenga cierta maña en la interpretración. Pero, ¿cómo he llegado a hablar de mí en tercera persona?

 

 

¿Qué significa el maestro Eugenio en la historia del humor?

En la historia del humor no lo sé, no la conozco personalmente: no nos han presentado. (Risas). Para mí Eugenio es el compendio del buen hacer. El buen gusto, la elegancia, la humildad, la precisión, el respeto (tanto al público como a la profesión), la meticulosidad, la buena selección… Se adelantó varias décadas al movimiento Minimal, donde menos es más. Seleccionó chistes sobre temática atemporal, con lo que se hizo clásico. Hizo humor de todos los colores (blanco, negro, verde, amarillo…), pero siempre limpio, por lo que su público es amplísimo tanto en edad como en clase social o nivel cultural. Hizo humor para todos los públicos. Además, tiene una página propia y merecida en la historia del humor por sus marcadas señas de identidad: el luto, la barba, las gafas ahumadas, taburete y mesa, cigarro y cubata, las pausas, la cadencia, las ‘catalanadas’ y su frase inicial a cada chiste: “Saben aquel que diu…”.

 

 

¿Vivimos una edad de oro de la comedia?

Es muy triste decirlo, pero más triste es ‘dementíh’… Sí, creo que hay más humoristas y humor por metro cuadrado que champiñones en las oscuras cavernas. Y, aunque solo el 8% de los actores puede vivir de su trabajo, una gran mayoría de humoristas puede hacerlo. Esto significa (a mi entender) que estamos tan jodidos que solo queremos que nos hagan reír, sin que nos hagan ver más allá.

 

 

¿De qué y con qué se parte de risa Toni Climent, el mejor imitador de Eugenio?

De las noticias. Cuando me sorprendo descubriendo algo nuevo; para mí, claro. Por ejemplo, en esos momentos en que, de repente, entiendo o descubro algo que había pasado por alto o un chiste nuevo del todo; o jugando, con niños y/o como niños (con lo que no hay autorrepresión ni intento de control de las acciones ni decisiones de manera mental). Me sacan una risa totalmente involuntaria e incontrolable; hay algo que se le escapa a la (quien cree ser) todopoderosa mente que tanto le gusta tenerlo todo bajo control. Esa risa vale oro; es la manera en que mi cuerpo me dice que he vencido a mi mente. Estoy convencido de que es el momento en que se rompe, o al menos se agrieta, algún patrón neuronal de esos que creemos infranqueables y que nos tienen encarcelados y con la creatividad y el potencial de vivir en plena libertad a pan y agua.

 

 

El teatro y la cultura son para ti…

No es que lo sea para mí, el teatro es, en sí mismo, la manera que tiene el ser humano de reinterpretar situaciones o circunstancias de alguna parte de su realidad. La cultura, para mí, es el legado de nuestros ancestros que debemos respetar, analizar, disfrutar lo disfrutable y tratar de transformar lo que creamos repudiable; por ese orden.

 

 

El humor…

¡Ah! ¡El humor! El humo del amor. Si el amor humorea es que está a buena temperatura; si no, se habrá enfriado. Supongo que por eso, mis primeros intentos de ligue fueron contando chistes a las chicas del ‘insti’ cuando me quedaba fuera de clase con ellas, en vez de irme a los recreativos a jugar al futbolín con los colegas; aunque dentro de clase también di la nota más de dos veces. Sin embargo, en mi casa, el humorista es mi hermano Willy; en las reuniones de familia sigue habiendo algún momento en que nos hace reír a todos. También se refiere a los humores (o humedades) del cuerpo, sus líquidos y sus consecuentes estados de ánimo…

 

 

¿Cómo se respira el humor en España? ¿Sanote o tóxico?

Depende de quién lo tome y en qué cantidades, y no de la cosa en sí; la física cuántica lo ha demostrado: el observador es quien cambia el comportamiento de las partículas y por tanto quien tiene el poder de transformar la realidad. Por eso creo firmemente que el humor no es tóxico o sano, sino un reflejo, una reinterpretación de una parte de la realidad humana; depende de las circunstancias personales del observador que lo vea tóxico y dañino o sano y constructivo. Por ejemplo, un mismo chiste puede ser visto como machista o como una crítica al machismo, dependiendo de quién haga la lectura.

 

 

¿Cómo se te ocurre jugártela con un referente de la comedia? ¿Te ha visto algún familiar de Eugenio? ¿Qué te dicen?

Fue muy poco a poco, casi sin darme cuenta. Como te dije al principio, crecí en Madrid, pero soy de una pequeña ciudad de Valencia. Eso fue en los 80, cuando en España no existían las autovías; así que los largos viajes de vacaciones en el coche familiar eran amenizados por cintas de cassette de chistes que aprendíamos de memoria, entre las cuales estaba Eugenio, su Volumen 2. Así que, en la adolescencia, en Valencia, además de intentar ligar con las chicas que no iban a clase, por las noches, de fiesta, fumando en cualquier rincón de la ciudad, con aquellas gafas de sol tipo piloto que estaban de moda, me ponía a contar chistes de Eugenio para cuatro o cinco amigos. Y de ahí a hacerlo en un escenario va un paso. Creo que éramos tantos imitadores de Eugenio per cápita como de Elvis Presley en Estados Unidos. En toda familia ha habido alguien que ha cogido unas gafas, un vaso y un cigarro y ha dicho aquello de “Saben aquel que diu…”.

 

Lo otro… En febrero de 2009, en el 40 cumpleaños del primogénito de Eugenio, fui invitado a su fiesta y actué para sus familiares. Al principio hubo un silencio sepulcral; el mundo se me vino encima y empecé a pensar: “¿Pero cómo se me ha ocurrido meterme en este berenjenal? ¡Ya me vale! ¡Qué falta de respeto!”. Hasta que llegaron las primeras risas y me rehice. Cuando terminé, Concha (la segunda mujer de Eugenio y madre de su tercer hijo) me dijo: “Es que cerraba los ojos y eras él”. Para mí ha sido el público más importante que he tenido, obviamente, interpretando al maestro del humor.

 

 

¿Tu chiste preferido?

De los que interpretó Eugenio… ¡todos! O casi. Saben aquel que diu que era un tío que cada dos por tres… seis. ¡Él lo hizo popular! De los que cuento últimamente, uno que me encanta es el del tío que le dice a otro:

-¿Y cuántos hemanos me ha dicho que eran?

– Diu: Diez

– Diu: ¿Y viven todos?

– Diu: No. Solo vivo yo. Los demás trabajan, ¿sabe?

 

 

¿Cómo fue tu primera vez… en escena?

Mira, la primera vez que imité a Eugenio para un público desconocido fue en Guardamar del Segura, tenía 16 años y era uno de los organizadores de aquel Congreso de la FAAVEM. Habíamos llegado ya de Alicante y Valencia y estábamos esperando a los de Castellón, que estaban tardando un poco. Teníamos a todos los compañeros sentados en un salón de actos y un compañero me dijo: “Anda, sube ahí y entretenles un poco”. Así que me senté en la mesa de charlas y empecé a contar chistes de Eugenio, que dieron el resultado que esperaba… Pero la primera vez que lo hice en ‘modo pro’, cobrando modestamente, en un local donde incluso un amigo me hizo fotos y diseñó un cartel que pegamos por el barrio fue ya el sábado 23 de abril de 2005 en el bar Gondwana de Russafa, mi barrio en Valencia. Hubo tal llenazo que la gente que se quedó en la calle lo vio a través de las grandes cristaleras bajo un sol primaveral. Yo iba fumando y bebiendo cubatas sin parar, supongo que por los nervios, claro. Cuando decidí terminar y me levanté de la silla habían pasado dos horas y media. Pillé un mareo impresionante. Se me acercó un amigo y me dijo entre carcajadas: “¿Pero tú eres consciente de cuántos cubatas te has bebido?”. Le dije: “Ni idea.” Y me dice: “¡Seis cubatas, tío!”. (Risas.) Me di cuenta de que aquello merecía mayor recompensa económica y al mes siguiente lo hice en otro garito de la misma calle.

 

 

 

De risas con... Toni Climent en Madrid

 

 

 

¿Algún consejo para la osadía de la comedia frente al público?

Tener las cosas claras. Tener claro que no sirve de nada tener las cosas claras. Estar abierto a lo que ocurra a cada momento con el público, tener una buena doble escucha.

 

 

Un momento inolvidable de tu vida fuera de los escenarios, acaso vinculado con el humor, quién sabe…

Supongo que tengo muchos. Pero no los recuerdo. Tengo una memoria… Y se llama Charli. Es guitarrista y mi compañero en casi todas las formaciones musicales más importantes en las que he estado. Somos amigos del barrio desde los 15 años y estamos ahora montando un nuevo show cómico-musical: Los Titos. Pues es Charli quien me dice: “Oye ¿te acuerdas cuando dijiste o hiciste tal o cual cosa?”. Y yo no suelo acordarme. La vida está para vivirla hoy, no ayer ni mañana, aunque no siempre sea fácil. Cada plato de paella hecha a leña por mi padre es un momento inolvidable, cada vez que me enamoro, cada vez que hago el amor, cada reencuentro con familiares y amigos, cada vez que vuelvo al campo, cada concierto y cada espectáculo al que asisto, cada muerte de un amigo, de un familiar, cada sonrisa por la calle o de mi madre…

 

 

Un teatro o lugar para reír sin parar. ¡De Madrid o del mundo entero!

En las reuniones familiares o cuando quedo con los colegas del barrio… El mejor teatro es la vida misma. ¡El mundo entero es un lugar ideal para reír sin parar!

 

 

Una película, libro y/o canción para sentirnos bien en épocas aciagas.

Total y Amanece que no es poco, de J.L. Cuerda. Pero mis hermanos y yo hemos sido de Top Secret, que la vimos cada día al volver del cole hasta reventar el VHS. Quiero ver Tiempo después, segunda parte de Amanece que no es poco. Y Así en el Cielo como en la tierra es para mí la tercera. Es como la saga de Star Wars a la española. ¿Para canciones? Académica Palanca, Engendro, Gandules o los valencianos El Fuera y El Serie (yo soy El Serie, obviamente).

 

 

Un viaje inspirador para gente molona, como todos nosotros…

Insisto en que lo importante es el punto de vista. Puedes hacer viajes distintos repitiendo el mismo trayecto de cada día para ir a por el pan o cualquier otra rutina. Todo depende de si estás atento a las señales del camino. Hice el camino de Santiago-Finisterre-Santiago. Y depende de si lo haces con ganas de descubrir, escucharte o escuchar… puedes llegar a ver cosas increíbles; pero también puedes ir a conocer gente, incluso a ligar. ¡Hay gente que va a eso directamente! Así que. Más inspirador y molón…

 

 

Un sueño de futuro, tal vez un sueño cómico o húmedo.

Que todos anduviéramos por la calle en bolas. Es cómico, húmedo y utópico, pues nadie podría sentirse inferior ni superior por su nivel social o económico ya que no podríamos ostentar atributos que… Bueno, habría complejos de inferioridad por otros atributos.

 

 

Dónde localizarte, cómo y por qué. Momento de autobombo…

En la página de Facebook ‘Meugenio’, indispensable para poder interactuar en mi nuevo espectáculo Contigo. Y en Twitter.

 

 

¿Algo que dejemos en el tintero y te parezca ignominioso que se me pase a estas alturas del test?

¿Te has fijado en que tal vez sea actualmente el único espectáculo basado exclusivamente en chistes?

 

 

Y concluimos con un mensaje a los lectores de Godot y teatreros del mundo, ávidos de cultura, risas, sexo (¡mucho sexo!) y espectáculos…

Teniendo en cuenta que un refrán español tiene dos oraciones, si al final de la primera añadimos “entre las sábanas” y al final de la segunda “entre las piernas” cambiará su sentido a mejor… ¡Ah, que no era este tipo de mensajes! Vale. (Risas.)

 

 

(¡Palabras genuinas del gran Toni Climent! ¡Gracias, risas, salud y abrazos!)