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De risas con… Jose Boto

«Yo no soy de ver el vaso medio lleno o medio vacío. Soy de beberme ese vaso»

 

Por Jorge Gª Palomo/@jorgegpalomo

 

Comenzó como cómico profesional en 1999, de modo que mas que tablas tiene tarima flotante. Jose Boto es un artista de raza, un currante y un tipo inquieto. No concibe la vida sin sentido del humor y asegura que, más que hacerse cómico, fue el cómico el que se hizo con él… Lo habéis visto en La hora de José Mota o España Directo (TVE), pero también en Paramount Comedy o en cruceros de medio mundo. Allí donde hay un escenario puede aparecer Jose Boto, siempre con la comedia a mano. Ahora, con un espectáculo formidable en la cartelera: 8 Apellidos Madrileños. Id a reír y a disfrutar. Dejaos contagiar por la frescura de quien va por la vida, como confiesa el invitado en este test tan molón, con una sonrisa dibujada en la cara. ¡Bienvenido a Godot!

 

¿Cómo se definiría Jose Boto… y desde cuándo esta pasión por la ‘commedia’?


Boto es un cómico directo, lleno de energía y buen ojo para la improvisación. No entiende la vida sin la sonrisa diaria y mi pasión por la comedia surge de mis primeras actuaciones en una compañía de teatro amateur, como Mozart, allá por los años 90, llamada Albaquías, en Getafe.

¿Cómo es tu día a día, amigo?

Hay dos días en mi vida, uno en el que viajo para actuar y otro en el que no. Cuando viajo dispongo de 35 horas al día para hacerlo, cuando no, solo dispongo de 34 horas. Lo digo porque me gusta hacer muchas cosas y muy seguidas.

¿Qué te traes entre manos, que estamos ansiosos por consultar la genealogía cómica madrileña…?

Como bien recomiendas… estamos en plena Gran Vía, en el Palacio de la Prensa de Madrid, con la obra teatral 8 Apellidos Madrileños.

Ahora que no nos oyen, ¿cómo son tus compañeros de reparto? (Y ese codirector que anda por ahí, entre Valencia y Madrid…)

Creo que tuvimos mucha suerte al poder elegir, de entre casi 300 personas que se presentaron al casting, a unas actrices y unos actores de lo más versátiles para lidiar con la comedia cotidiana, capaces de salir airosos en los momentos que haya que improvisar con el público, que los habrá; y muchos. Un descubrimiento todos ellos: Carmen Santamaría, Óskar Redondo, Patricia Domínguez, María Alarcón, Juan Diego Bueno, Paula Martínez y el músico Víctor Bueno. Y de Carles Castillo tendría que hacer un monográfico para describirle, pero seré breve: grande y único.

¿Vivimos buenos tiempos para el humor, pese a los ofendidos del planeta?

Sí, siempre son buenos momentos para el humor, aunque tengas que ir de puntillas en algunos temas y no mojarte en otros para que no te salpiquen esas opiniones ‘a flor de piel’ que parece que están a la orden del día. Creo que son las cosas de las redes sociales. Dejan opinar a todos sobre todo; y sin perjuicio para el que opina.

El humor para ti es…

Una forma de entender el día a día. Acercar a la gente dando igual su cultura, religión o procedencia. Es saber reírte de ti mismo ante la situación más disparatada y, sobre todo, contagiar esa frescura que siempre tiene la persona que va por la vida con una sonrisa dibujada en la cara.

El teatro y la cultura son…

Asignaturas pendientes para muchos y la mejor manera de contar y cantar las cosas para otros. Si acudiéramos más al teatro y nos acercáramos más a la cultura en general, despegáramos los ojos del móvil, dejásemos a un lado tanta telebasura y consumiéramos vida, nos iría mejor en este maravilloso país lleno de gente maravillosa. Yo doy cada día las gracias por la vida que llevo.

Los medios y las redes sociales son…

Las redes sociales son imprescindibles a día de hoy, pero prescindibles en algunos momentos de nuestra vida. Estamos exponiéndonos en exceso, yo el primero, con nuestro trabajo por las redes. También es verdad que yo es lo único que publico: jamás las usaría para mostrar a mis hijos, mi familia, etc. Por otra parte, están los medios de comunicación, que cada día se llenan de más comedia: los cómicos estamos de moda sobre todo en las radios, en las tertulias mañaneras, aunque falta algo más de humor en la televisión, con cómicos nuevos, del momento. Parece que casi siempre están las mismas caras.

Tu tema infalible para arrancar carcajadas…

Hablar de mi abuela, mi héroe. A sus 97 años va de moderna y aún vive con mis padres, no se quiere independizar. (Risas.)

¿Qué y quiénes te hacen reír a ti?


Me río mucho y en los momentos menos pensados. Me hace mucha gracia mi hijo Hugo de 4 años. En el terreno profesional, me encanta ver a mis compañeros en directo, río a pierna suelta con ellos aunque me sepa ya sus monólogos. Dani Rovira, Vaquero, Iñaki Urrutia, Faemino y Cansado, Pepe Viyuela o escuchando en la radio a Juan Luis Cano, que siempre me saca una sonrisa, aunque vaya conduciendo.

¿Qué hay que tener para hacer reír, para improvisar o crear un buen monólogo?

Ganas de divertirse, madera de cómico y, sobre todo, una predisposición a saber leer al público en cada momento. No hay dos actuaciones iguales porque no existen dos públicos iguales. He visto en mis 19 años de carrera a mucha gente subida en un escenario considerándose cómico sin serlo. No todo es el dinero o las veces que actúes, sino lo que sientes y lo que trasmites.

¿Cómo recuerdas tu primera vez… en escena?

Fue haciendo un relato de Mario Benedetti y lo recuerdo con cariño. Era un relato que tocaba la fibra, lleno de nostalgia, que hablaba sobre los exiliados. Lo hice en el Centro Cívico del Sector 3 de Getafe. Recuerdo que estaba dentro de un Centro Comercial y, de vez en cuando, en mitad de mi relato, con el silencio y la emoción creada, se oía por la megafonía del Alcampo: «Hoy en nuestra sección de embutidos tenemos el kilo de longaniza a tan solo 50 pesetas» (Risas). Eso sí que era emotivo: las pesetas.

¿Cómo ves el clamor del ‘stand up comedy’?

Una moda como otra cualquiera. Donde muchos y muchas se quieren subir al carro pero que, como sucede con todas las modas, solo quedaremos con el paso de los años los auténticos cómicos y las auténticas cómicas. Esto es otra moda, lo de estar con el género masculino y femenino en todas las respuestas para que nadie te tache de nada…

Un momento inolvidable de tu vida fuera de los escenarios, acaso relacionado con el humor… Quién sabe.

Me hicieron una entrevista para ser durante dos etapas speaker en el Tour de Francia, dos etapas que pasaban por Cataluña. Y me preguntaron si sabía hablar catalán: yo, con toda mi cara, dije que más o menos, que me sabía de memoria la alineación del Barcelona y el himno y si eso les servía yo era su hombre; y así fue, me contrataron y disfruté de mis dos pasiones: la comedia y la bici.

Una película, libro o canción para sentirnos bien en épocas anodinas.

Película: La Vaquilla o Top Secret. Libro: No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas. Y canción: Buenrollitina, de Riki López, o Solo si es contigo de Bombay.

Un viaje inspirador para gente fascinante, como todos nosotros…

Cualquiera que hagas con el espíritu aventurero del momento a momento y con la gente adecuada. Pero si queréis acertar con la ciudad, os recomiendo Granada: historia, montaña, playa, gastronomía, buenos precios… Todo muy cerca y en un ambiente jovial.

Algo que me haya olvidado y te parezca ignominioso y quieras decirlo públicamente aquí, sin pudor, con nombre y apellidos madrileños o apátridas…


Que nos sigan aplicando el 21% de IVA a los espectáculos teatrales; y eso que, a bombo y platillo, anunciaron la rebaja. Pues menos instrumentos y más llevarlo a cabo. Es muy costoso poner en pie un espectáculo teatral humilde, como estos 8 Apellidos Madrileños que está casi autoproducido y que es un riesgo personal, pero bueno… Mi vida está en continuo riesgo desde que soy autónomo. Por otra parte, me gustaría que toda esa gente con millones de seguidores por redes sociales y que tanto influyen en la juventud utilizaran dicha influencia para crear unos hábitos culturales saludables, despegarles del mundo virtual y acercarles al mundo real.

Un mensaje a los lectores de Godot y teatreros del mundo, ávidos de cultura, sexo salvaje, risas y espectáculos…

Que hagan todo eso pero por orden: no quisiéramos ver cómo practican sexo mientras disfrutan del teatro. Hay tiempo para todo… o no. Esta vida va muy rápido y no te permite muchas dudas: haz cosas, pero hazlas; no las pienses y las pospongas. Yo no soy de ver el vaso ni medio lleno ni medio vacío: yo soy de beberme lo que haya en ese vaso.

(Palabras del gran Jose Boto… ¡Infinitas gracias, salud y risas! ¡Con nombre y apellidos!)

 

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