Por Carolina Viñarás

 

Sobre la espuma del mar, en el escenario se acomodan los peques y sus papás para presenciar Bú… La cuarta pared desaparece en este espectáculo para bebés de Acoyani Guzmán. Un teatro en el que todos participan y sienten. La luz tenue y las piezas musicales de piano invitan a sumergirse en el mundo marino. Los movimientos acompasados de la actriz a través de sus manos y pies captan la atención de los más pequeños. El plástico rugoso del suelo rompe cual olas bajo las manitas curiosas que todo lo exploran. El juego lumínico anima a zambullirse a grandes y chicos en la profundidad del océano. Aparecen, poco a poco, los animales marinos conducidos por la actriz: el delfín, la ballena… peces refulgentes de colores y, caballitos de mar surcan el espacio escénico entre inofensivas medusas de algodón. Primero, distantes del público bajo su refugio, después se acercan a los niños, siempre respetando sus deseos de querer alcanzarlos o de observarlos, sin rozarlos, desde el regazo de papá o mamá. Los sonidos guturales del delfín se atesoran en el romper de las olas, embriagando todo de una tibia brisa marina. Los bebés se hallan en un entorno nuevo que, paulatinamente, les va acogiendo con suavidad, como un adagio; un ambiente donde escuchan los latidos de un corazón muy parecido al que escuchaban en la tripa de mamá. Lo etéreo permanece en una escenografía en movimiento. Es una obra donde la ausencia de palabras se transforma en luz y, el diálogo con el pequeño público se establece con la imagen que revolotea y la melodía que arrulla las sensaciones. Al término de la función, el contacto con la realidad sucede gradualmente, con el fin de que los bebés se habitúen a una salida del teatro pausada, mientras pueden reconocer el espacio y jugar en él.

 

 

CHAPOTEAR EN EL ARTE ESCÉNICO en Madrid

 

Para Acoyani, este tipo de representaciones están catalogadas como obras para la primera infancia donde el dramaturgo / actor tiene el papel de jugador, pues mientras las escenas se desarrollan, él / ella interactúa con los más pequeños. Esta dramaturga crea desde la Compañía profesional de teatro para bebés, Bámbola Teatro de la que es fundadora, siendo ya la quinta obra dedicada al público menudo. Precedieron a Bú…, El sueño del Sol y la Luna y, La fiesta de los pájaros, obras de microteatro que más tarde aunó en una obra conjunta titulada El vuelo del Sol y la Luna y, Nadar, todas representadas en numerosas ocasiones y en diferentes teatros y centros culturales de Madrid.

 

Actualmente está con Bú... hasta abril en Nave 73, los sábados a las 11h30. Conforme a sus palabras, trabajar con bebés le supone un estrecho contacto didáctico que mide a través de la calidad del movimiento; los padres se convierten en espectadores activos que modifican la conducta del bebé y, la relación con ellos y con la escena proporciona a los más pequeños la necesidad de explorar y aprender. Le gustaría en un futuro próximo poder llevar este ‘teatro para bebés’ por diferentes países. El formato es ideal para exportarlo, ya que la palabra, ausente, se repliega en lo visual, y facilita su entendimiento sin barreras idiomáticas. Según Acoyani, ella plasma en estas cuidadas representaciones para bebés el simbolismo de la naturaleza, desplegando ante los ojitos curiosos todo un abanico de seres vivos y astros que cohabitan transmitiendo su esencia y armonía, despertando la sensibilidad de los más peques a través de la manifestación artística y la contemplación activa de la belleza.

 

Crecer poetizando los sentidos.