Ríos y Solano, dos cómicos de la legua del siglo XVII, aparecen hoy en el teatro. Confusos, frenéticos y desorientados, se llaman a voces dentro de un lugar oscuro y desconocido, hasta que por fin se encuentran y perciben el espacio que les rodea. No saben donde están, cómo han llegado allí ni qué pasará con ellos a a continuación. Y de pronto, ven al público. Lo miran, lo analizan y, ahora sí, entienden qué va a ocurrir: “Hay que empezar”. “Diremos lo mismo, haremos lo mismo… ¿hasta cuándo?”.