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Bululú2120

Jaime Bartolomé, uno de los responsables de la Sala Bululú2120, nos cuenta cómo está afectando la crisis del COVID-19 a esta sala y escuela fundada por Antonio Malonda.

 

Con la actividad escénica interrumpida, ¿estáis pudiendo desarrollar otras actividades: gestión, contacto con las instituciones, preparación y difusión de recursos digitales…?

Estamos un poco de servicios mínimos. Hacemos algo de gestión desde nuestras casas, pero, obviamente, ni podemos preparar programación, ni reajustar la programación que se ha caído por este tsunami.

 

Cuando escucháis lo del teletrabajo como recomendación gubernamental: ¿qué sentís?

Bueno, yo entiendo que el gobierno debe lanzar recomendaciones generales. Ya imagino que la Ministra de Trabajo supone que ni actores ni técnicos de teatro pueden teletrabajar, salvo que pretendamos sustituir los teatros por canales de Youtube.

 

¿Cuántas personas trabajaban en vuestra sala habitualmente?

4 personas contratadas más las personas que nos ocupamos de la programación y que somos autónomos societarios.

 

¿Qué ha supuesto esta situación para vosotros a nivel de puestos de trabajo de forma directa? ¿Habéis tenido que prescindir de alguien o podéis mantener todos los puestos?

Nosotros optamos por hacer un ERTE con fecha lunes 16 de marzo, pero que presentamos a los trabajadores y acordamos con ellos el viernes 13 de forma presencial. Nuestra idea es conservar esos puestos de trabajo y volver a contratarles tan pronto como podamos recuperar nuestra actividad. Bululú es su gente y algunos de ellos llevan con nosotros toda la vida. No concibo no tener a Jonatan (González) o a Emi (Caínzos) en la plantilla de Bululú.

 

E indirectamente ¿Cuántos espectáculos vamos a dejar de ver en vuestra sala y cuántas compañías se ven afectadas?

Indirectamente hemos cancelado un gran número de sesiones y, honestamente, no he querido meterme en nuestro documento de programación a obtener esa cifra. Entre otras cosas porque no me creo que el día 11 de abril nadie vaya a decirnos “Claro, volvamos a abrir los teatros” porque, seguramente, no sea muy razonable hacer eso desde el punto epidemiológico. Por lo tanto, y a falta de saber cuánto dura esto te diría que entre diez y veinte compañías se han visto afectadas.

 

¿Qué impacto económico mensual va a tener para vosotros?

Dado que somos escuela y sala de teatro y ambas actividades han quedado cerradas ante la situación sanitaria, nuestros ingresos básicamente han quedado reducidos a cero. La cifra puede variar pero estimo que sería entre quince y veinte mil euros al mes contando con ambas actividades.

 

A nivel de instalaciones, ¿estáis de alquiler o el local es vuestro? ¿Supone uno de los grandes gastos a mantener aunque no haya actividad?

Sí, el local está en alquiler y es un gasto enorme. Afortunadamente, nuestro casero siempre nos ha apoyado y estamos buscando una solución negociada a esta situación.

 

¿Cuáles creéis que van a ser para vosotros las repercusiones a largo plazo de esta crisis del COVID-19? ¿De qué forma lo vais a sufrir de cara al futuro?

No tengo ni la más remota idea. No sé lo que va a pasar la semana que viene; me cuesta mucho imaginarme lo que va a pasar dentro de seis o siete meses. Tengo claro que nos gustaría volver a abrir, volver a llenar la sala de risas, de teatro, de improvisación, de niños. Pero también va a depender mucho de que la situación socioeconómica global permita a las familias gastarse dinero en eso. Porque si la Ministra de Economía decide que es más importante el déficit que las familias, es muy probable que las familias decidan que es más importante comer que ir al teatro.

 

Se está hablando mucho de las medidas que ha tomado el Gobierno. ¿Crees que son suficientes para la cultura a nivel general y para vosotros en particular?

Honestamente, las medidas que ha tomado el gobierno son una risa. No ya a nivel de la cultura sino a nivel global. Un gobierno pretendidamente de izquierdas ha quedado muy a la derecha de las medidas adoptadas por países como Francia donde gobierna “el centro derecha”. Les falta pedir cuerno de unicornio para acogerse a la moratoria de hipotecas y el desarrollo reglamentario de todas las medidas sigue pendiente porque supongo que están muy ocupados haciendo encuestas.

 

¿Qué necesitáis vosotros particularmente de las instituciones en un momento así?

Honestamente, pensar que lo que necesitamos los teatros es distinto de lo que necesitan los panaderos, el tío del taller mecánico o un restaurante nos hace un flaco favor al sector de la cultura. Necesitamos un gobierno que apueste por rescatar a las PYMES y a los pequeños negocios, que son quienes vertebran este país y quienes están amenazados de muerte por esta situación. Necesitamos una ministra de economía que deje de pensar en cifras macro y piense en qué carajo va a pasar cuando todo esto pase.

 

¿Tenéis concedida alguna ayuda pública reciente? Si es que sí, ¿tenéis ya el dinero o todavía no? ¿Os han dado las instituciones alguna previsión en este sentido?

Llevamos esperando cobrar la Ayuda del Consorcio de Rehabilitacion de Teatros desde mediados del año pasado. Se han ido pidiendo más y más justificaciones y el pésimo funcionamiento de la web del ayuntamiento no ha contribuido para nada a que los técnicos puedan hacer su trabajo. ¡Mira, a lo mejor pueden rehacer la puñetera web aprovechando que ahora no hay actividad alguna!

 

Para atacar a este sector siempre se habla de que la cultura está muy subvencionada, pero llega una situación como esta o una crisis económica y vemos que es un sector que sufre mucho y en casi todos los niveles. ¿Por qué la sociedad no reconoce al sector como debería? ¿Por qué siempre le dan de lado?

A ver, yo aquí me voy a saltar la premisa. Esto no es una crisis de la cultura ni una crisis nacional; esto es una crisis global y cuanto antes saquemos todos la cabecita de nuestros ombligos, antes entenderemos que, o cambiamos la forma en la que está planteado el mundo entero, o no hay ayuda, subvención ni paquete de apoyo que salve no ya la cultura sino la subsistencia de quienes no atesoramos varios millones de euros en Suiza.

 

Vosotros sois también escuela. ¿Cómo os ha afectado ahora y cómo os afectará de cara al futuro?

Nos ha obligado a cerrar todos los talleres y cursos regulares que teníamos en marcha. Respecto al futuro, no tenemos ni idea pero, por nuestra experiencia en crisis anteriores, los periodos de recesión suelen disuadir en gran medida a quienes quieren emprender carreras artísticas ya que no parecen invitar a ello.

 

¿Cuántos cursos (talleres, laboratorios, etc.) habéis tenido que parar y a cuántos alumnos y trabajadores ha afectado?

Hemos tenido que suspender tres niveles de nuestro curso regular y unos diez talleres de diferentes edades y niveles. En total, yo calculo que unos 30 profesores han dejado de percibir ingresos por sus clases (algunos están en el ERTE ya que estaban en nómina, pero los colaboradores ocasionales nos facturan con carácter externo)

 

¿Cuántos ya organizados no van a poder empezar?

 Afortunadamente, la primavera no es una época de comienzo de muchos cursos pero sí que tenemos tres o cuatro talleres que van a terminar cancelados.

 

¿Cuándo solíais lanzar convocatoria para los cursos de la siguiente temporada? ¿Creéis que esta situación retrasará también esos plazos y puede provocar perdida de futuros alumnos aunque la situación ya se haya solucionado?

Nuestro plan es intentar lanzar esos cursos con el mismo tiempo que se lanzan otros años, pero está claro que, de cara al curso regular de tres años, si la situación se prolonga va a ser problemático porque hay un proceso de admisión, visitas a la escuela, entrevistas, etc que se irá retrasando.

 

¿Tenéis formación online? ¿Creéis que puede ser una salida? Si no la tenéis, ¿Os lo estáis planteando?

Estamos tratando de mantener el contacto online con nuestros alumnos y algunas asignaturas (teoría, por ejemplo) sí están manteniendo clases online con sus alumnos. También estamos haciendo pequeños ensayos o lecturas de texto con ellos y ellas pero, honestamente, una escuela de teatro necesita que los estudiantes converjan en un espacio físico e interactúen entre sí. Todo lo demás, puede que sea otra cosa pero no será teatro.

 

 

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