Por Álvaro Vicente/@AlvaroMajer

Fotos: David Ruiz

 

Alvaro Tato, Yayo Cáceres y Emilia Yagüe presentan su nuevo proyecto de producción y creación de espectáculos con el ciclo Miradas al Siglo de Oro que acoge el Teatro Fernán Gómez entre enero y febrero con sus dos primeros montajes: Mestiza, de Julieta Soria, y Todas hieren y una mata, del propio Álvaro Tato, ambas dirigidas y musicadas por Cáceres. Aquí nos cuentan los detalles.

 

Álvaro Tato y Yayo Cáceres, para cualquier aficionado al teatro, son dos nombres irremediablemente identificados con Ron Lalá, pero desde hace años -por no decir desde siempre- ambos desarrollan una carrera paralela con sus trabajos para la Compañía Nacional de Teatro Clásico, por ejemplo, o con sus dedicaciones individuales a la poesía en el caso de Tato y a la música en el caso de Cáceres. Pero ahora este 30 por ciento de Ron Lalá se embarca en una nueva aventura junto a Emilia Yagüe, que ha respaldado la producción y distribución de casi todos los espectáculos de Ron Lalá también. El nombre de la nueva compañía remite a ellos tres, con las iniciales de Álvaro y Yayo que, leídas al revés, conforman la primera sílaba de Yagüe. El juego de palabras es consustancial a todo lo que lleve la firma de Álvaro Tato, que explica que, además de ser sencillo, «ay implica el grito pero también el canto y una de las señas de identidad de esta compañía y del lenguaje del propio Yayo, está en la música. Si Yayo fuera ebanista, el barniz de todos sus muebles sería la música. Con Ay queríamos separarnos de nuestros otros proyectos y decir que también hacemos esto que tiene un lenguaje propio y un interés particular. Con Ay Teatro nos podemos permitir ir la fondo, hacia un teatro muy esencial, muy pobre a la manera argentina, aprovechando la imaginación del espectador como herramienta básica de trabajo, y disfrutando del teatro como un juego donde las claves son la metonimia, la metáfora y la sinécdoque».

Canto al mestizaje

Sin duda, el máximo exponente en nuestra historia teatral de esta forma, de esta apelación constante a la imaginación del público, es el teatro barroco. De ahí que el Siglo de Oro sea, de un modo u otro, protagonista de las dos primeras creaciones de Ay Teatro. Mestiza se estrenó en el pasado Festival Clásicos en Alcalá y llega ahora al Fernán Gómez para contarnos una -en palabras de Gloria Muñoz- «improbable aunque no imposible» entrevista entre un joven Tirso de Molina y Francisca Pizarro Yupanqui, mestiza del Perú, hija de la hermana del inca Atahualpa y del conquistador Francisco Pizarro, una noble que vivió en la calle del Príncipe de Madrid, una mujer importante e interesante que, como tantas otras, cayó en el olvido en medio de ese oscuro desván de la Historia española que es la conquista y colonización de América. «Me sedujo todo de este personaje -confiesa Yayo Cáceres, de quien surge la idea de hablar de ella-, todo en su vida era enrevesado y fascinante y que hablaba del poder y de cómo, igual que muchas otras veces en la Historia, se decide sobre la vida de una mujer y parece que ella no estuviese. Pero ella peleó por su felicidad y por su dignidad. Es una mujer a la que se intenta arrebatar su vida y que se rehace y su historia es la de tantas idas y venidas, de tanta gente desposeída. Yo prefería, sinceramente, contar esta historia que cambiarle el final a Carmen. Me parece mucho más interesante».

Un viejo anhelo hecho realidad

El mestizaje de Mestiza está impreso en su puesta en escena, donde además de Gloria Muñoz y Julián Ortega, su hijo, hay dos músicos latinoamericanos que hacen el puente actual con el continente hermano. La música y el siglo de oro están absolutamente presentes también en Todas hieren y una mata, cuyo estreno se vivirá en febrero en el Fernán Gómez y que supone la respuesta -positiva- a una pregunta que Álvaro Tato venía haciéndose desde hace muchos años: «¿Se puede escribir ahora, hoy en día, una obra barroca, en verso, observando todas las reglas del arte nuevo de hacer comedias de Lope de Vega? Y no solo si se puede, sino ¿por qué escribirla? ¿Para qué escribirla sin que sea un ejercicio de arqueología o un juego formal sin más? La respuesta me la ha dado la experiencia, estar en el camino, encontrarme con la poesía barroca en la Compañía Nacional de Teatro Clásico y con tentativas de Ron Lalá como Siglo de Oro, Siglo de Ahora. Era la manera ideal de hablar del paso del tiempo, del amor a la cultura, del amor y del deseo pero visto desde la madurez y la juventud a un tiempo, el punto intermedio en el que se siente alguien como yo, alguien de mi generación». Así que sí, la respuesta es sí, Álvaro Tato ha escrito una comedia de capa y espada con las maneras del Siglo de Oro y con los temas del siglo XXI. “Además -sigue Tato- es una comedia de magia que incluye viajes en el tiempo entre nuestro siglo y el siglo XVII, de manera que podemos hablar del tiempo de la vida aprovechando unos personajes arquetípicos o las estructuras de los personajes básicos del Siglo de Oro, que nos permiten hablar de cosas que entonces estaban prohibidas o arrinconadas. La protagonista es Aurora, una dama cuyo objetivo en la vida no es casarse, cuyo deseo vital principal no es el amor o el deseo. Es una dama ilustrada y su familia no le deja leer, con lo que roba libros y los entierra en su jardín”. Un personaje, en definitiva, muy potente y muy contemporáneo.

¡Larga vida a Ay Teatro!